Intervencionismo Norteamericano.

Juan Sebastián Holguín Velásquez

Historia del Derecho

¿Es justificable el modelo Imperialista Norte Americano desde la teoría Hobbesiana presentada en el Leviatán?

Para nadie es absolutamente un secreto la carrea política intervencionista y expansionista que ha desarrollado Estados Unidos históricamente desde su independencia del colonialismo Británico en el año de 1776; carrera que traería consigo demasiados perjuicios para la gran mayoría de la población mundial, especialmente para la sociedad Latinoamericana, quien ha sido una de las más afectadas por este desastroso suceso que en el año de 1829 ya Simón Bolívar lo presentía proclamando la siguiente frase: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad.”

Principiando a retomar la teoría Hobbesiana, en primer lugar esta tiene y estipula un marco muy claro para la legitimidad de sobreponer un poder sobre toda una sociedad, el cual se basa en un Estado de Naturaleza en el que todos están en cierto sentido dispuestos en el momento que sea para la guerra. He allí, en este punto donde radica mi primera cuestión, la cual es: ¿Se encontraba Latinoamérica en realidad preparada y dispuesta para la guerra, después de haber apenas vivido relativamente en términos de tiempo sus procesos de independencia, para aceptar el expansionismo Americano? La inmediatamente repuesta es no, y es aquí donde esa teoría Hobbesiana empieza a jugar un papel contrario a la justificación del Imperialismo Norte Americano, ya que si hubo un proceso independista es porque hubo sociedad, y al haber sociedad, es totalmente ilógico que pueda existir un estado de naturaleza donde se legitime la agresión al otro, es decir, que no se excusa la posibilidad de querer llegar a imponer un modelo obligatoriamente a un lugar donde ya se ha establecido anteriormente un tipo y forma de sociedad organizada.

En segundo lugar, hay un punto demasiado crucial en el desarrollo de la teoría ya mencionada anteriormente, el cual decía Thomas Hobbes o más bien lo relacionaba directamente con el Derecho Natural en el momento en que se refería a la libertad; siendo esta misma catalogada en el Leviatán por el mismo de la siguiente manera: “Por libertad se entiende, de acuerdo con la significación apropiada de la palabra, la ausencia de impedimentos externos, impedimentos que a menudo pueden arrebatar a un hombre parte de su poder para hacer lo que le plazca, pero no pueden impedirle usar del poder que le queda, de acuerdo con lo que le dicte su juicio y razón” . Por tal definición, surge la segunda cuestión: ¿Estaba plenamente ratificado y seguro de la legitimidad Norte América, de la “Libertad” con que estaba aplicando su expansionismo en tierras Latinas? La solución a esta cuestión vuelve a ser negativa, ya que los Americanos si tenían un gran impedimento para llevar a cabo este proceso, y ese grandísimo impedimento era la Soberanía de la sociedad Latinoamericana; es decir, la facultad de decidir lo que es legítimo o no en su territorio.

Poco a poco, se va desmoronando por pedacitos la cuestión Nuclear de este ensayo, demostrando además que si Hobbes decía que no había injusticia, cuando no había un poder común y que por eso no hay ley, ¡que error tan grave en el que habían caído estos “avispados expansionistas”!, ya que al haberse dado unos procesos de independencia, a partir de allí se había elegido y decidido proclamar un poder común en cada sociedad Latinoamericana, por ende se había empezado a cometer la injusticia más grave a la luz del desvirtuamiento de la teoría Hobbesiana justificando dicho proceso bélico.

Desde otra perspectiva, la cual enmarca el tercer punto crucial de este escrito y tomando como base que desde la Doctrina Norteamericana del “Destino Manifiesto”, la cual “fue desarrollada prácticamente por todos los grandes líderes norteamericanos de ese tiempo: Thomas Jefferson, Benjamín Franklin, John Adams, Andrew Jackson y James Monroe.” , y que ponía de presente un sistema rígidamente racista y religioso, el cual supuestamente por designio divino era el pueblo elegido para dominar el mundo. Pero es demasiado irracional pensar que por obra y gracia divina se pueda someter a otros, es decir, por simple sentido común este planteamiento va en contra de todo principio religioso, a no ser que su gracia divina la tomaran como base de la famosa religión que los líderes políticos norteamericanos por especulación se cree que practican desde ya hace varias décadas, La Masonería. Más sin embargo, si planteamos: ¿Es esta cuestión justificable desde el poder soberano mencionado en el Leviatán? Como es de esperar, no lo es; y no lo es, ya que en ningún momento la sociedad Latinoamericana ha renunciado o llego a renunciar a su derecho para que un país ajeno a la situación que en esta sociedad vivía y vive, viniera a imponer su soberanía sobre la nuestra, teniendo que aceptar los medios que ellos quisiesen, para lograr su fin último que no era la seguridad, sino el dominio económico de esta sociedad.

Y no se justifica además, acciones llevadas a cabo por Estados Unidos apropiándose de territorios de manera bélica, como lo hecho en México en el año de 1844 en donde “se anexaba los territorios de Texas, Nuevo México y California como resultado de la firma del tratado Guadalupe-Hidalgo” . Además, la elaboración de un incidente en la isla de cuba para agravar la guerra contra España, y así poder llevar a cabo su intervencionismo en estos territorios centroamericanos.

Desde otra perspectiva, se podría argüir una situación bastante valedera hacia la defensa de la tesis expuesta al inicio de este texto, la cual es: ¿Y acaso los regímenes oligarcas Latinoamericanos constituidos por la pequeña población de conservadores y títeres del Imperio Americano, no legitimaban el propósito de esta “Súper-nación”? Sencillamente mi respuesta basada en que en ningún momento se le dio el carácter de Soberanas a estas sociedades oligarcas, para poder decir que lo que estas hicieran también eran acciones de la sociedad restante, es no; y es no porque en ningún momento se le dio el poder a esta porción reducida, para que actuase en nombre de la inmensa mayoría de la sociedad Latina, queriéndose atribuir ellos mismos diría en mi concepto un Estado por Adquisición.

En síntesis y conclusión, no pude haber sido más claro y conciso, en demostrar lo incoherente de la carrera Imperialista Norteamericana a la luz de la teoría Hobessiana expresada en el Leviatán. No se puede ser más injusto con una sociedad, al querer imponerle un modelo que no va con sus costumbres, moral y lo más importante, con su orden jurídico y político, el cual, únicamente esta misma es quien está facultada y autorizada a modificar y a imponerle nuevos esquemas de organización.

Por lo tanto, espero sirva este escrito para demostrar lo importante de estas Teorías contra-actualistas que a simple vista parecen venenosas y crueles; pero que en realidad, sirven y son demasiado importantes en el momento de desvirtuar hechos tan perjudiciales para la salud de sociedades enteras y de toda la población mundial.

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