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Introduccion A La Estética

cy_elena8 de Mayo de 2013

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Introducción

a la estética y su historia

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La historia de la estética es una disciplina de las ciencias sociales que estudia la evolución y transformación de las ideas estéticas a lo largo del tiempo. Se podría decir que, así como la lógica estudia el conocimiento racional, la estética es la ciencia que estudia el conocimiento sensible, el que adquirimos a través de los sentidos. Entre los diversos objetos de estudio de la estética figuran la belleza o los juicios de gusto, así como las distintas maneras de interpretarlos por parte del ser humano. Por tanto, la estética está íntimamente ligada al arte y al estudio de la historia del arte, analizando los diversos estilos y periodos artísticos conforme a los diversos componentes estéticos que en ellos se encuentran. A menudo se suele denominar a la estética como una «filosofía del arte».

El término estética proviene del griego αἴσθησις, aísthêsis, «sensación». Fue introducido por el filósofo alemán Alexander Baumgarten en su obra Reflexiones filosóficas acerca de la poesía (1735), y más tarde en su Aesthetica (1750). Así pues, la historia de la estética, rigurosamente hablando, comenzaría con Baumgarten en el siglo XVIII y, sobre todo, con la sistematización de esta disciplina realizada por Immanuel Kant. Sin embargo, el concepto fue objeto de reflexión y estudio por filósofos anteriores, especialmente de la Grecia clásica. Cabe señalar, por ejemplo, que los antiguos griegos tenían un vocablo equiparable al actual concepto de estética, que era Φιλοκαλία (filocalía), «amor a la belleza». Se podría decir que en Grecia nació la estética como concepto, mientras que con Baumgarten se convirtió en una disciplina filosófica.

La estética es una reflexión sobre los objetos artísticos y naturales, sobre la belleza y la naturaleza de lo bello, y cuyo resultado es un «juicio estético». La percepción sensorial, una vez analizada por la inteligencia humana, produce ideas, que son abstracciones de la mente, y que pueden ser objetivas o subjetivas. Estas ideas provocan juicios, al relacionar elementos sensoriales; a su vez, la relación de juicios es razonamiento. El objetivo de la estética es analizar los razonamientos producidos por dichas relaciones de juicios. Por otro lado, los valores estéticos y los juicios que de ellos se derivan no se presentan aislados; son expresión de valores morales, políticos e incluso económicos. Las ideas evolucionan con el tiempo, adaptándose a los contextos culturales de cada época. Dicha evolución es por tanto el objeto de estudio de la historia de la estética.

Antigüedad clásica

Grecia

Para los griegos preclásicos –como se puede percibir en la obra de Homero (s. VIII a. C.)– la belleza era tanto la natural como la de un objeto hecho por el hombre, si bien no tenía una definición clara y se asociaba generalmente con otras cualidades: lo bello (τò καλόν) es lo que gusta, lo que resulta grato a la mirada del espectador. El pensamiento preclásico era mitológico, interpretaban el mundo a través de mitos y fábulas. El pensamiento mítico (de μύθος: mýthos) evolucionó hacia otro tipo de pensamiento, el λόγος (lógos), más lógico y reflexivo, que interpretó el mundo en base a conceptos racionales, dando lugar a la filosofía.

El primero en plantearse el mundo de forma racional fue Tales de Mileto (639-547 a. C.), que comenzó a fijarse en la naturaleza, deduciendo sus leyes. Sin embargo, fue la escuela pitagórica la primera en hacerle un lugar a la estética. Pitágoras (582-507 a. C.) es el creador de una filosofía de vida basada en la armonía y la belleza. La vida toda de una persona debería de ser una obra de arte Interpretó la naturaleza en base a relaciones matemáticas. En su estudio de la música se dio cuenta de que ésta depende de proporciones matemáticas, de acuerdo a la longitud de las cuerdas tensadas en los instrumentos musicales. Fue el primero en aplicar al universo el nombre de cosmos: el universo entero es un orden armónico, una sinfonía. Partiendo de aquí creó una teoría terapéutica de la música, la cual era capaz de restaurar la armonía del alma del ser humano.

Durante el llamado siglo de Pericles (495-429 a. C.), en el período clásico griego, el arte gozó de un gran esplendor, generando un estilo naturalista de interpretar la realidad: los artistas griegos se inspiraban en la naturaleza, en base a unas proporciones y unas reglas (κανών, canon) que permitiesen la captación de esta realidad por parte del espectador. Se perseguía un concepto de belleza basado en la realidad natural pero idealizado con la incorporación de una visión subjetiva que reflejaba la armonía de cuerpo y alma, equiparando belleza con bondad (καλοκαγαθία, kalokagathía).

Uno de los primeros filósofos en ocuparse de temas relacionados con la estética –sobre todo el arte y la poesía– fue Demócrito (c. 460 a. C.), quien bajo una actitud empírica estudió el arte de forma más descriptiva que conceptual, considerándolo un reflejo de la naturaleza y con un objetivo tendiente al placer. Recordemos que, con el arte griego se produce un salto cualitativo con respecto a las civilizaciones anteriores (por ejemplo: la egipcia) surgiendo el concepto de gozo y disfrute de las formas, un arte lúdico. Precisamente algunos filósofos, como Protágoras (485-411 a. C.), considerarán la belleza como «lo que produce placer por medio del oído y de la vista», relativizando el concepto de belleza como algo diferente para cada individuo. Sócrates (470-399 a. C) opinó que el arte es la idealización de la naturaleza, y que cuando representa al ser humano no lo hace tan sólo en cuerpo sino también en el alma, estableciendo por primera vez el concepto de belleza espiritual, contrariamente al de belleza física que había defendido hasta entonces la filosofía griega.

Platón

Platón (427-347 a. C.) fue el primero que trató sobre conceptos estéticos como centro de muchas de sus reflexiones, sobre todo en temas relativos a la belleza: en Hypias mayor habla de la belleza de los cuerpos, lo bello sensible, y refuta los conceptos comúnmente aceptados de lo que la belleza es. “Se menciona lo que es bello no lo que es lo bello”, escribe Platón, y también: “Existe una belleza por la que todas las cosas son bellas”. En Fedro habla de la belleza de las almas y la relaciona con el amor: la belleza es aquello que el amor busca y que no posee. En El Banquete, de la belleza suprema, la belleza en sí, independiente de todas las cosas materiales y que solo los sabios (los filósofos) alcanzan. En este estadio la belleza se identifica con el Bien y la Verdad. Se percibe pues una clara evolución: de la búsqueda de una noción terrestre de belleza del Hipias, utilizando el sistema socrático de comparación, dedujo en el Fedro que la belleza está más allá de la realidad que nos envuelve; por último, en El banquete, identificó la búsqueda de la belleza con la propia vida humana, siendo el amor la forma de acceso. Asimismo, en el Protágoras, habló del arte, que es la capacidad de hacer cosas por medio de la inteligencia, a través de un aprendizaje. Para Platón, el arte (τέχνη, téchne) tiene un sentido general, es la capacidad creadora del ser humano.

• Hipias mayor: utilizando un diálogo entre Hipías y Sócrates, Platón intenta describir la belleza perfecta, la «belleza ideal platónica». Proporciona varias definiciones de belleza, como la «conveniencia», que es la adecuación a una finalidad, que hace que un objeto parezca bello; o la «utilidad», relacionando la belleza con el bien, con la dimensión moral (la belleza conduce al bien, en relación causa-efecto)

• Fedro: en este texto Platón explica su teoría del conocimiento basado en las «ideas». Sócrates cuenta a Fedro que el alma se encuentra originariamente en el mundo de las ideas, pero al encarnarse en un cuerpo se olvidan en mayor o menor grado. Para Platón, el conocimiento es el recuerdo de estas ideas. La materia es «sombra de las ideas», que a través del estímulo que ofrecen pueden conducirnos a ellas, a través de un procedimiento que identifica como «amor» (έρως, éros). Así, el amor por las cosas bellas puede conducirnos a la idea de belleza, a la belleza perfecta, ideal.

• El banquete: en esta obra Platón manifiesta que el hombre tiene inclinación a buscar la perfección, la belleza, y que ésta se puede conseguir a través del amor, que es un camino de conocimiento, una energía que nos orienta. Platón distinguía dos clases de amor: el «popular», relacionado con el cuerpo, las formas y las acciones; y el «celestial», asociado a la virtud y el intelecto. El amor es la búsqueda de la belleza –que relaciona con la Verdad –, primero la belleza física (amor de los cuerpos), y después la belleza espiritual (amor de las acciones), llegando por fin a la belleza ideal, al amor por la ciencia. Se pasa pues del cuerpo a la virtud, y de aquí a la esencia. El amor ideal –el llamado «amor platónico»– es infinito, no tiene tiempo ni forma.

Platón fue el origen de dos de las teorías sobre la belleza más defendidas a lo largo del devenir histórico: la belleza como «armonía y proporción» y la belleza como «esplendor». Postuló que la belleza es independiente de su soporte físico, así como que no depende de la visión, que a menudo nos engaña: la visión sensible es superada por la visión intelectual, que es la que proviene de la filosofía. El concepto

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