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LA INVESTIGACIÓN - ACCIÓN PARTICIPATIVA. ESTRUCTURA Y FASES


Enviado por   •  30 de Enero de 2014  •  3.508 Palabras (15 Páginas)  •  429 Visitas

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LA INVESTIGACIÓN - ACCIÓN PARTICIPATIVA. ESTRUCTURA Y FASES

Joel Martí

I. Las etapas y las fases de una IAP

En primer lugar presentamos dos cuadros: el primero de ellos sintetiza la estructura y principales etapas de una IAP; el segundo muestra un cronograma orientativo de la investigación, bajo el supuesto de un proceso desarrollado a lo largo de un año (11 meses). Evidentemente, el diseño de las fases y su duración variarán en cada contexto, pero sí que se pueden identificar unos ejes centrales en su desarrollo que constituyen el esqueleto de la IAP:

• En primer lugar, la delimitación de unos objetivos a trabajar que responden a la detección de determinados síntomas (por ejemplo, déficits de infraestructuras, problemas de exclusión social, etc.).

• A esta etapa de concreción le siguen otras de "apertura" a todos los puntos de vista existentes entorno a la problemática y objetivos definidos: se trata de elaborar un diagnóstico y recoger posibles propuestas que salgan de la propia praxis participativa y que puedan servir de base para su debate y negociación entre todos los sectores sociales implicados.

• Esta negociación es la que da lugar a una última etapa, de "cierre", en la que las propuestas de concretan en líneas de actuación y en la que los sectores implicados asumen un papel protagonista en el desarrollo del proceso.

• La puesta en marcha de estas actuaciones abre un nuevo ciclo en el que se detectarán nuevos síntomas y problemáticas, y en el que cabrá definir nuevos objetivos a abordar.

Cuadro 1. Etapas y fases de una Investigación Acción Participativa (IAP).

Etapa de pre-investigación: Síntomas, demanda y elaboración del proyecto.

0. Detección de unos síntomas y realización de una demanda (desde alguna institución, generalmente administración local) de intervención.

1. Planteamiento de la investigación (negociación y delimitación de la demanda, elaboración del proyecto).

Primera etapa. Diagnóstico.

Conocimiento contextual del territorio y acercamiento a la problemática a partir de la documentación existente y de entrevistas a representantes institucionales y asociativos.

2. Recogida de información.

3. Constitución de la Comisión de Seguimiento.

4. Constitución del Grupo de IAP.

5. Introducción de elementos analizadores.

6. Inicio del trabajo de campo (entrevistas individuales a representantes institucionales y asociativos).

7. Entrega y discusión del primer informe.

Segunda etapa. Programación.

Proceso de apertura a todos los conocimientos y puntos de vista existentes, utilizando métodos cualitativos y participativos.

8. Trabajo de campo (entrevistas grupales a la base social).

9. Análisis de textos y discursos.

10. Entrega y discusión del segundo informe.

11. Realización de talleres.

Tercera etapa. Conclusiones y propuestas.

Negociación y elaboración de propuestas concretas.

12. Construcción del Programa de Acción Integral (PAI).

13. Elaboración y entrega del informe final.

Etapa post-investigación: Puesta en práctica del PAI y evaluación. Nuevos síntomas.

Fuente: Basado en el cuadro elaborado por T. Alberich "Ejemplos de fases y técnicas en la IAP" (no publicado).

Cuadro 2. Cronograma orientativo.

Meses

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

I

Etapa 1.Planteamiento investigación

2. Recogida de información c c

3. Reunión Comisión Seguimiento (1) c c c c

4. Constitución del GIAP(2) c c

5. Elementos analizadores o

6. Inicio trabajo de campo c

7. Primer informe a

II

Etapa 8. Trabajo de campo c c

9. Análisis de textos y discursos a

10. Segundo informe a a

11. Talleres o o

III

Etapa 12. Programa de Acción Integral o o

13. Informe Final a a

o Talleres, jornadas, ruedas de prensa, etc. dirigidas a toda la comunidad.

c Trabajo de campo y recogida de información.

a Análisis de la información.

(1) Reuniones posibles (para discutir las distintas etapas).

(2) El GIAP se reúne regularmente, según convenga, de acuerdo con la programación del trabajo.

1. Planteamiento de la investigación.

El planteamiento general de la investigación debe responder fundamentalmente a las siguientes cuestiones: ¿Para quién y para qué se hace? ¿Quién lo hace? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?. La primera pregunta exige plantearse cuáles son los objetivos "de fondo" de la investigación qué efectos tendrá sobre la comunidad y, por lo tanto, inicia un proceso de (auto)reflexión y negociación de la demanda que se está realizando. La segunda pregunta supone constituir el equipo investigador, equipo que generará todo el proceso que va a implicar progresivamente a otros actores sociales. Finalmente, las preguntas ¿por qué?, ¿cómo? y ¿cuándo? conviene que sean respondidas con la elaboración de un proyecto de investigación que defina cuáles son los objetivos que se persiguen, cuál va a ser la metodología seguida y en qué fases y tiempos se va a desarrollar.

(a) La negociación de la demanda.

A la recepción de una demanda le sigue un proceso de debate y negociación con la institución demandante. En primer lugar, aclarando qué es lo que se pretende con ella, cuáles son sus fines político-ideológicos (por ejemplo, en una empresa, una metodología participativa puede ser utilizada para generar procesos organizativos que disminuyan la explotación del capital sobre el trabajo, pero también para aumentar la productividad y apropiarse de conocimientos no reconocidos en términos salariales ni de cualificación; en una comunidad, el estudio de las condiciones de vida de la población inmigrante puede ser un instrumento para reforzar la integración en el tejido social, pero también para justificar políticas excluyentes y represivas). En segundo lugar, conviene delimitar la problemática a trabajar y los objetivos generales del proyecto. En este punto es importante tener en cuenta dos factores:

• Frecuentemente, las demandas son ambiguas, difusas o bien centradas en temas sensibles y candentes pero que a su vez se agotan en sí mismos. En este sentido, es importante articular temas sensibles o generadores con temas en profundidad o integrales, los cuales deben estar presentes en el proyecto inicial y a lo largo de la investigación . Estos temas son los que constituyen la base teórica de la IAP y se refieren a:

a) Economía y empleo.

b) Territorio y medio ambiente.

c) Comunicación y participación.

d) Sociopraxis (paso de los temas sensibles a lo temas integrales).

No es el objetivo del capítulo desarrollar esta articulación entre temas sensibles y temas integrales (para ello nos remitimos a la bibliografía adjunta y, especialmente, a Villasante, 1998), aunque no por ello deja de ser un factor fundamental en el planteamiento teórico del tema tratado y en todo el diseño de la investigación.

• La IAP no es mágica y nosotros tampoco, ni disponemos de todo el tiempo ni recursos del mundo. A veces, las demandas iniciales desbordan con creces las posibilidades reales de intervención; así, en determinados contextos en los que el tejido organizativo sea muy débil, va a ser dificultoso llevar a cabo metodologías participativas sin un proceso previo de dinamización social que llevaría mucho más tiempo; igualmente, determinadas demandas u objetivos pueden ser excesivamente ambiciosos para cubrirlos en una IAP de duración determinada. Por ello, es recomendable acotar los ámbitos a investigar y adecuarlos a las potencialidades reales de acción en el territorio.

(b) La constitución del equipo investigador

Para la constitución del equipo investigador es útil tener en cuenta los siguientes puntos:

• Conviene que el equipo sea lo suficientemente grande como para permitir el intercambio de puntos de vista, y a su vez lo suficientemente pequeño para que las dificultades de coordinación no impidan este intercambio (en un equipo formado por 5-7 personas se puede generar una buena dinámica de trabajo).

• Un grupo heterogéneo, con personas de distintas procedencias, puede enriquecer notablemente la dinámica del grupo debido al intercambio de perspectivas y experiencias. Es importante que dentro del equipo haya personas con cierta experiencia y/o conocimiento del mundo asociativo, así como también en la utilización de métodos cualitativos.

• Por contra, uno de los inconvenientes de esta heterogeneidad es que choquen distintas formas de trabajar y se bloquee la dinámica grupal. Para evitarlo, puede ser útil organizarse funcionalmente de la forma que resulte más adecuada según los distintos perfiles de cada una, dedicándose unas personas en mayor medida a los contactos institucionales, otras al trabajo con la base social, otras al análisis del material de campo, etc. Sin embargo, es fundamental que en todo momento se dé el correspondiente intercambio entre los miembros, puesto que de lo contrario la posible sinergia de esta diversidad se verá truncada por una fragmentación de tareas que impide una perspectiva global del proceso.

• La presencia en el equipo de profesionales pertenecientes a las instituciones demandantes es positiva en tanto que desde el principio se tiene un conocimiento previo del territorio y de las relaciones intergrupales existentes (algo especialmente valorable cuando el tiempo y/o los recursos previstos son limitados). Sin embargo, su posición (entre la sociedad civil y las instituciones con las que mantiene una vinculación laboral), no deja de ser delicada durante y después del proceso, lo que entraña cierto riesgo de "pragmatismo" y de inhibición de las potencialidades transformadoras de la metodología (al fin y al cabo, se están jugando el puesto de trabajo).

(c) La elaboración del proyecto de investigación

Aunque los puntos de partida teóricos de la IAP suponen un diseño flexible y construido progresivamente a lo largo del proceso, cabría preparar una primera propuesta de investigación que sirva de base para el debate y discusión en la presesentación pública del proyecto.

• El proyecto de investigación debería contener:

1) Demanda inicial y justificación de la investigación.

2) Objetivos generales, que tengan en cuenta las posibles limitaciones, tanto las asociadas a la naturaleza del territorio y a los objetivos propuestos como las referidas a los medios y recursos materiales y temporales de la investigación.

3) Diseño general en el que se propongan las fases a seguir y las técnicas que se utilizarían.

4) Cronograma en el que se temporalicen las fases del proceso (ver ejemplo en el apartado anterior).

• Si el tema o los objetivos tratados son muy específicos y/o técnicos, puede plantearse la colaboración de expert@s externos en el tema en cuestión. El nivel ideal de esta colaboración sería una triangulación regular a lo largo de todo el proceso entre expert@s metodológicas (equipo de investigación), expert@s convivenciales (vecinas que forman parte del GIAP), y expert@s temáticas; no obstante, y dado que esto puede suponer un coste excesivo, una alternativa es la de realizar algunas entrevistas exploratorias a expert@s para la elaboración del proyecto.

2. Recogida de información.

Una vez definido el proyecto, se trata de recopilar y trabajar con información general y específica sobre el tema y territorio que se está estudiando, con los siguientes objetivos:

• Conceptualizar la problemática a partir de los objetivos planteados en el proyecto.

• Obtener un conocimiento exploratorio de la población, el territorio y el tema tratado.

• Contextualizar y contrastar el conocimiento que se produzca a lo largo del proceso con las informaciones y los datos existentes.

• Disponer de las características de la población para la construcción de muestras teóricas en el diseño de técnicas cualitativas (ver apartado 8).

Por un lado, interesa conceptualizar la problemática, es decir, explicar qué es lo que estamos estudiando o, mejor, qué entendemos que es. Por ejemplo, si el tema estudiado es la juventud, conviene acercarnos al concepto de qué es "ser joven" (condición que en última instancia depende del contexto socio-cultural en el que nos encontremos), lo que llevará a preguntarnos qué significa "ser joven" en relación a aspectos de fondo (integrales) que tienen que ver con la posición que los distintos colectivos ocupan en la estructura social (jóvenes y mercado de trabajo, jóvenes y vivienda, jóvenes y familia, jóvenes y participación, etc.). Para ello podemos recurrir a la bibliografía existente y a entrevistas con expert@s (técnic@s, académic@s, etc.), así como a datos estadísticos disponibles. No se trata de atragantarse con todos los libros y artículos que se hayan publicado sobre el tema (no somos ratas de biblioteca), sino de escoger algunos que sepamos (o nos hayan dicho) que son significativos en la materia. Tampoco se trata de obtener un conocimiento que sea verdadero (la verdad no existe), sino de contrastar distintas formas y perspectivas de afrontar un mismo tema y, en última instancia, posicionarnos en un enfoque que sea pertinente a los objetivos propuestos y a las finalidades que con ellos se persiguen.

También debemos acercarnos a la situación concreta sobre la que queremos intervenir, tanto a nivel general (características del territorio y de la población) como específicamente entorno al tema abordado. Serán aquí de utilidad documentos proporcionados por las administraciones locales y movimientos sociales (siguiendo con el ejemplo de juventud, será de interés el obtener documentación sobre la política de juventud desarrollada en el territorio pero también, y en la línea de contrastar constantemente distintas posiciones y puntos de vista, fanzines y contrainformaciones producidas desde movimientos y colectivos alternativos). Paralelamente, la búsqueda de información es una buena excusa para dar a conocer lo que se está haciendo y para empezar a ponerse en contacto con distintos grupos de la comunidad.

Se trata también de obtener datos estadísticos generales que, normalmente, suelen estar ya tratados y disponibles a nivel local y que permiten un mayor acercamiento al contexto y a la composición social del territorio y población, así como a la temática específica. Estos datos pueden ser de naturaleza poblacional y general (censos y padrones o grandes encuestas sobre condiciones de vida como la "Enquesta de la Regió Metropolitana de Barcelona") o bien de carácter mucho más concreto (estadísticas sectoriales de recursos sociales, registros locales creados con finalidades administrativas, etc.) . Lo mismo que antes se ha dicho para los libros sirve también para los datos: no se trata de recopilar y trabajar todos los datos existentes, sino que es importante ser consciente de los recursos y tiempo disponible que se está dispuest@ a dedicarles en relación a la información que se desea; por ejemplo, obtener una pirámide de población de un municipio es relativamente fácil porque en la mayor parte de los casos ya está elaborada, pero tampoco esperemos que nos dé la clave de todos los problemas: la información que de ella se pueda extraer no irá mucho más allá de situarnos en contexto y de una cuantificación de lo que ya es conocido en términos aproximativos; en cambio, analizar las fichas en las que se registran las actuaciones de los servicios sociales locales seguramente nos proporcionará un conocimiento muy valioso sobre el perfil de la población afectada y los tipos de diagnóstico e intervenciones realizadas, pero exigirá más tiempo y un conocimiento previo de análisis de datos. Es aconsejable dejar este tipo de tratamientos en profundidad para el final del proceso, cuando se elaboren propuestas de actuación y, con ellas, se proponga medir la incidencia actual y futura de determinados fenómenos a partir de indicadores basados en procesos cualitativos y participativos previos (ver apartado 12).

3. Constitución de la Comisión de Seguimiento.

La Comisión de Seguimiento (CS) reúne a todas las entidades potencialmente interesadas en debatir el proyecto en cada una de sus etapas. En este apartado vamos a sintetizar sus características principales; en el capítulo de Basagoiti y Bru puede encontrarse un mayor desarrollo de las mismas.

(a) Composición.

• Equipo investigador, representantes del tejido asociativo y de la administración (polític@s y técnic@s).

• El número de integrantes no es fijo, sino que variará en cada territorio y momento del proceso. La idea es que, a medida que la investigación llegue a más sectores sociales organizados, éstos se vayan integrando en las siguientes reuniones de la CS.

• Es útil que un@ de l@s técnic@s presentes en la CS ejerza de contacto/interlocución con la institución demandante (en algunos casos es posible que sea integrante del propio equipo investigador), con el objetivo de proporcionar los contactos, informaciones y datos que sean necesarios a lo largo de la IAP.

(b) Objetivos generales de la Comisión de Seguimiento.

• Realizar el seguimiento, supervisión y reorientación de la investigación.

• Plantear y debatir los puntos de vista de los representantes institucionales y asociativos entorno al tema tratado.

• Debatir y negociar propuestas.

(c) Proceso.

• La frecuencia aproximada de reunión es bimensual o trimensual (como mínimo, una primera reunión para constituirse y presentar el proyecto, y tres más para discutir cada una de las etapas).

• Es importante que la CS no interfiera en el día a día de la investigación, no porque no se quiera la participación de los dirigentes, sino porque su presencia constante podría alterar el contacto con la base social.

• Será útil que uno o dos miembros del equipo investigador ejerzan de “secretari@s”, recogiendo las intervenciones del debate y anotando cualquier aspecto que sea relevante en la relación entre l@s participantes (quién está al lado de quién, quién habla con quién, miradas de complicidad, etc.).

(d) Objetivos específicos de la primera reunión de la Comisión de Seguimiento.

• Constitución formal de la CS.

• Presentación de la metodología y discusión del proyecto de investigación.

• Inicio del diálogo entre los actores sociales con el fin de avanzar hacia objetivos específicos.

• Delimitación, por parte del equipo investigador, de los principales posicionamientos en torno al tema tratado.

• Es importante que los miembros de la CS se comprometan a dar publicidad a la investigación, con el fin de que en las posteriores reuniones se puedan ir incorporando nuevas asociaciones e instituciones.

4. Constitución del Grupo de IAP (GIAP).

El Grupo de Investigación Acción Participativa (GIAP) es un grupo mixto formado por el equipo investigador y vecin@s de la comunidad que tiene por objetivo participar de forma activa en el día a día del proceso. En el capítulo de Basagoiti y Bru se desarrollan con mayor profundidad las características y funcionamiento del GIAP (véase especialmente el cuadro comparativo entre el GIAP conformado, el GIAP informado y la Comisión de Seguimiento).

(a) Composición.

• Equipo de investigación y vecin@s que se comprometen a colaborar activamente a lo largo del proceso. Se puede constituir un GIAP a partir de 3 personas, aunque es recomendable que el número de vecin@s que se incorporen no sea menor al del número de miembros del equipo investigador que asista a las reuniones de trabajo, para no provocar una excesiva superioridad de una parte sobre otra.

• La captación de vecin@s se puede iniciar en la primera reunión de la Comisión de Seguimiento, pero es importante que no se apunten presidentes ni dirigentes comunitarios, sino gente de la base asociativa (especialmente mujeres y jóvenes) y no asociada.

(b) Objetivos

• A diferencia de la Comisión de Seguimiento, de la que no se desea una implicación regular ni excesivamente cercana, en el caso del GIAP se pretende constituir un grupo de trabajo que asuma una alta corresponsabilidad y protagonismo a lo largo del proceso, tanto por lo que se refiere al diseño de la investigación, como al análisis de los materiales de campo y a la capacidad para elaborar propuestas y generar procesos en la comunidad.

• Aunque, en última instancia, el grado de implicación que los miembros del GIAP estén dispuestos a asumir determinará en gran medida la capacidad/disponibilidad de análisis y acción del propio grupo, los objetivos a perseguir son los siguientes:

En cuanto al diseño de la investigación

 Realizar el seguimiento cotidiano y discusión crítica del proceso investigador.

 Proporcionar conocimientos contextuales sobre el territorio e informaciones básicas de la comunidad.

 Mapear de la situación : representar las redes sociales y los objetivos declarados de los diferentes grupos, con el fin de conocer cuáles son los principales posicionamientos y, por tanto, cuáles son los grupos y personajes clave a entrevistar.

 Proporcionar y realizar contactos con la base social de la comunidad.

En cuanto al análisis de los materiales de campo

 Realizar la contextualización y lectura crítica de los discursos, a partir del conocimiento cotidiano que como vecin@s poseen.

En cuanto a generación de procesos en la comunidad

 Generar procesos de autoformación.

 Discutir y elaborar propuestas.

 Transformarse en "grupo para sí" más allá del proceso de investigación, desarrollándose como plataformas estables dinamizadoras de la comunidad y asumiendo la realización, evaluación y retroalimentación de los proyectos elaborados.

(c) Proceso

• La frecuencia de reuniones variará según el tipo de grupo y el momento de la investigación, pero por término medio podemos contar con reuniones semanales o quincenales.

• Es importante que el equipo investigador asuma, sobretodo en las primeras etapas del proceso, un papel más activo y a la vez dinamizador del grupo. Aunque el objetivo del GIAP es llegar a un grupo “conformado” (grupo estable con identidad propia y con alta capacidad de interlocución, reflexión y acción) hay que ser consciente que en determinados contextos no logra traspasarse la barrera de un grupo “informado” (conjunto de personas con menor disponibilidad y compromiso que siguen el proyecto con cierta asiduidad y que ejercen de informantes cualificados).

• Igual que en el caso de la Comisión de Seguimiento, de los debates mantenidos en el GIAP se puede dejar constancia en un documento que sirva de material de análisis.

5. Introducción de elementos analizadores

En esta primera etapa es importante introducir determinados acontecimientos o analizadores construidos planteados en el propio proceso de investigación que provoquen algún impacto en la comunidad. Formalmente, los analizadores construidos "desbloquean el poder psíquico y provocan una acción/reflexión de y sobre la sociedad" (Alberich, 1998, pág. 36). Si en las fases anteriores se había incidido especialmente en las dimensiones investigadoras y participativas de la IAP, este momento es fundamentalmente de intervención y acción: se trata de generar reacciones, movimientos y, en definitiva, praxis, que permitan deconstruir y “abrirse” hacia nuevas situaciones y puntos de vista.

(a) Objetivos.

• Difusión, movilización, implicación y participación de la comunidad, promoviendo la acción/reflexión.

• Captación de nuevas asociaciones e instituciones para la participación en la investigación y, particularmente, en la Comisión de Seguimiento.

• Paralelamente, el impacto social y las reacciones que se generen pueden ser también un elemento susceptible de análisis (y, por tanto, es útil registrarlo de alguna forma como material de observación).

(b) Proceso.

Si bien la propia constitución de la Comisión de Seguimiento o la realización del trabajo de campo intervienen sobre la realidad social y, por tanto, son ya analizadores construidos, otros posibles analizadores que se pueden introducir son:

• Rueda de prensa de presentación de la investigación.

• "Desembarco" en la calle con grabadoras de audio y vídeo.

• Talleres con expertos convivenciales.

• Asamblea de vecin@s.

• Conciertos y otras actividades culturales, deportivas, etc.

6. Inicio del Trabajo de campo.

La primera fase del trabajo de campo consiste en la realización de entrevistas semiestructuradas

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