LA MASACRE DE NAPALPÍ
MarsaultEnsayo12 de Septiembre de 2022
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LA MASACRE DE NAPALPÍ
El genocidio de los 100 años
Pérez, Nelson Gabriel
Se conoce como la Masacre de Napalpí al genocidio sufrido por la comunidad Qom en territorio chaqueño en el año 1924, a manos del Estado Argentino.
Durante décadas, el hecho fue silenciado, intencionalmente olvidado por la historia oficial, tergiversados los acontecimientos para que la verdad permaneciera oculta.
Fue la memoria del propio pueblo Qom la que a través de la oralidad pudo mantener latente lo sucedido, y que luego de pasados los años y de generación en generación, fue transmitiendo su verdad hasta que logró tomar entidad pública.
Que le quede claro al lector: la Masacre de Napalpí fue un acto genocida, es decir, un plan sistemático de exterminio por parte del Estado de las comunidades originarias del territorio chaqueño.
El hecho no sólo debe verse como una aberración del pasado que merece ser contada, sino que puede entenderse en su relación con la problemática actual del pueblo Qom, es decir, como una continuidad, donde las poblaciones originarias son víctimas, en el presente, de la discriminación, de la invisibilización, de la marginalidad, y del olvido, al igual que hace un siglo.
Y como la oralidad, decíamos, es ese puente invisible que logra cruzar sobre generaciones, tomaremos como referencia a Juan Chico, integrante del pueblo Qom, nacido y criado en el propio lugar de la matanza, en Napalpí, quien, a través de un empecinado labor, fue buscando y descubriendo a esas voces sobrevivientes de la masacre, a esos abuelos que habían presenciado o escuchado los relatos sobre ese hecho que marcaría a fuego a toda la comunidad. El propio Juan me dice, sentados bajo la sombra de un Lapacho rosado:
Las cabecitas de nuestros abuelos son los libros que nosotros tenemos que cuidar, cada una de las cabezas de nuestros abuelos es como 1000 libros juntos, ahí está nuestra historia, y tenemos que ir a ellos, escucharlos, y preservar todo eso. Porque nuestro pasado se pierde en cada anciano que muere.
Ya volveremos a Juan, una y otra vez, como un susurro que nos recuerda que una verdad (y una injusticia) sigue latente, y hay que desenterrarla. Pero continuemos con la idiosincrasia de la comunidad, para ir acercándonos más, poco a poco, y lograr comprender.
Habitualmente al pueblo Qom se los denomina como Tobas, el cual en realidad es un término guaraní. Ellos se llaman a sí mismos Qom, o Nam qom o Qoml´ek, y pertenecen como grupo étnico a la familia lingüística mbayá-guaikurú, integrada por los tobas, mocovíes y los abipones. En tiempos prehispánicos y aún mucho después, hasta la conquista de sus territorios por el Estado argentino, todos estos grupos compartieron el vasto territorio del Chaco junto a los grupos de la otra gran familia lingüística de la región, la mataco-mataguaya, integrada a su vez por los wichís, los yofuáhas y los nivaclés.
El primer grupo, entre los que se encuentran los Qom, incorporaron el caballo traído por los conquistadores españoles, con lo que se transformaron en culturas ecuestres, y participaron de un proceso histórico ulterior muy parecido al de los tehuelches, mapuches y ranqueles del centro y sur del país, caracterizados por la resistencia y la defensa de sus territorios libres ante los embates del blanco.
Cazadores natos, los Qom, vivían en un paraíso donde una increíble diversidad de animales era la fuente básica de su subsistencia. La palabra "Chaco" deriva del quechua chacu, que significa precisamente "territorio de caza".
El Gran Chaco es una extensa llanura boscosa que abarca la región que comprende parte de las repúblicas de Paraguay, Bolivia y Brasil, y en la Argentina, abarca las provincias de Formosa, Chaco, parte de Salta, Santiago del Estero y Santa Fe, designando una topografía de llanura y selva. Es una zona cruzada por tres grandes ríos que corren de Noroeste a Sureste: el Pilcomayo al norte, el Bermejo al centro y el Salado en el sur, los que desembocan en los ríos Paraná y Paraguay. La región chaqueña desde el punto de vista geográfico se puede dividir en tres subregiones: el Chaco boreal, al norte del río Pilcomayo, el Chaco central, entre los ríos Pilcomayo y Bermejo, y el Chaco austral, entre el río Bermejo y el Salado. Esta región se comenzó a poblar hacia el 5.000 a.C.
En cuanto a su cosmovisión, los antiguos Qom creían en Ñim Qar'ot, el “creador”, como el supremo, pero también creían y creen que los montes, ríos y lagunas tienen su dueño o espíritu protector.
En el área del cielo de acuerdo a su visión habitaban entidades denominadas Piguem le'ec, por ejemplo el qasoxonaga, que era el dueño del trueno o el que manda la lluvia. En el agua estaban los etaxat le'ec, estos seres cuidaban los animales del agua y una persona antes de cazar o pescar tenía que pedirles permiso a estos seres protectores. En el monte, los aviaq le'ec, estos seres o espíritus eran los encargados de cuidar el monte, la flora y la fauna.
Este tipo de creencias regulaban o constituían las leyes que resguardaban el medio ambiente para no hacer un uso desmedido, y de esa forma, se mantenía la relación con la naturaleza. Estas normas eran inculcadas a los niños desde muy temprana edad para que tuvieran conocimiento y respeto a la gran casa que es la naturaleza.
Los Pi'oxonaq eran los encargados y los facultados para hablar con estos guardianes de la naturaleza, ya que no cualquiera podía hacerlo.
La palabra pi'oxonaq viene de lapioxo', que significa cerebro, y naq que indica volumen de cantidad
Para ser Pi'oxonaq uno se inicia desde muy niño o se hereda de otro Pi'oxonaq, por lo general de un Pi'oxonaq de la familia.
El rango más alto es el de Oiquiaxaic, que es un poder que viene del cielo. Los Oiquiaxaic son conocedores de todos los secretos de la naturaleza, pueden hablar con los animales y las aves. Curaban a los enfermos recetándoles remedios de hierbas naturales. Se comunicaban con los seres protectores del monte o del agua ya que en la cosmovisión Qom cuando alguien está enfermo el problema no es tanto físico sino espiritual, y a veces su dolencia resultaba de haber violado las reglas de la comunidad con respecto a la naturaleza.
Estas creencias se transmitieron de generación en generación y en varias regiones se mantienen así, mientras que en otras se produjeron algunas modificaciones.
En cuanto a su organización, la comunidad Qom estaba conducida por un Nataxala' (líder) que en su mayoría era Pi'oxonaq (persona inteligente). Estos Nataxala' no eran jefes supremos; no tenía poder de coacción, la comunidad no se encontraba bajo sus órdenes, ya que estaban bajo el control de un consejo de ancianos (asesores) en lo político, económico, militar y religioso.
El Pi'oxonaq llegaba a ese rango en la comunidad por las siguientes cualidades: ser guerrero valiente, experto cazador, conocedor de las hierbas del monte, por su talento de orador y por su conducta comunitaria. Era el responsable de mantener la paz y la armonía en la comunidad. Debía ser generoso y amable con todos, razón por la cual en su mayoría los Nataxala' eran los más pobres de la comunidad.
Todas las culturas indígenas de la región eran cazadoras- recolectoras. Se cazaba y se consumía lo necesario. Un cazador podía trabajar una o dos semanas alejado de la comunidad y la semana siguiente la utilizaba para el ocio dentro del contexto familiar y comunitario.
La mayoría de las mujeres se dedicaba a la recolección de frutos, especialmente la fruta del algarrobo, y a la educación de los niños.
En la cultura Qom, la mujer es considerada la portadora del saber, por el rol fundamental que cumple con los niños en los primeros años.
Esta forma de vida, autosuficiente y en armonía con el entorno, se vería perturbada con el arribo del blanco a la región.
Durante la colonia, el territorio del Chaco no fue accesible para el español, que se limitó a ir rodeándolo con rudimentarias poblaciones, esperando el momento propicio para invadirlo.
Pero esto sucedió muchísimo tiempo más tarde, cuando los sucesivos intentos del Estado Argentino culminaron en 1884 con las expediciones del general Victorica, que acabaron con la resistencia de los Qom y los Mocovíes. Al igual que la campaña de Roca en el sur del país, éstas apuntaron a los grandes jefes indios, a los guerreros y a la desintegración de las comunidades.
Habría todavía algunos reflujos de resistencia, incluso en pleno siglo XX, pero la vida originaria y libre se había perdido para siempre.
Se instalaron entonces los obrajes, las grandes plantaciones y los ingenios, en donde gran parte de la masa indígena, ahora sometida, fue incorporada como mano de obra barata.
Este fue el caso de la Reducción de Napalpí, donde centenares de aborígenes, mayoritariamente del pueblo Qom, padecían una insostenible explotación y enajenación relacionada a la cosecha del algodón.
Cansados de este trato desigual e inhumano, los aborígenes de Napalpí decidieron llevar adelante, en 1924, lo único que tenían a su alcance: una huelga.
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