LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
leblin9 de Noviembre de 2013
3.779 Palabras (16 Páginas)321 Visitas
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Primera Guerra Mundial es el nombre con el que comúnmente se designa al conflicto militar que tuvo lugar entre 1914 y 1918. Afectó a los cinco continentes e implicó a gran parte de la humanidad. Otras denominaciones que ha recibido son: “Gran Guerra”, “Guerra Europea” o “Guerra del 14".
Lo que se inició como una guerra circunscrita a las viejas potencias europeas se extendió por el resto del mundo merced a las posesiones coloniales. Además intervinieron otros países como Estados Unidos de Norteamérica, Japón, China o algunos países iberoamericanos. España permaneció al margen del conflicto.
Se inició poco después del asesinato del príncipe heredero a la Corona de Austria, el Archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, quien junto con su esposa fue víctima de un atentado terrorista en la ciudad de Sarajevo (Bosnia) el 28 de junio de 1914. Los responsables del atentado, bosnios de origen serbio, reivindicaban la anexión de Bosnia (bajo dominio austríaco) a Serbia.
Soldados neozelandeses embarcados rumbo a Europa. Ampliar imagen
Soldados neozelandeses
Austria-Hungría atribuyó a Serbia la responsabilidad del atentado y, tras un ultimátum, le declaró la guerra (28 de julio de 1914). El funcionamiento de las alianzas militares constituidas en los inicios del siglo XX por las principales potencias europeas precipitó la extensión del conflicto fuera de las fronteras balcánicas.
CAUSAS
Causas económicas
Entre el último tercio del siglo XIX y la primera década del XX se desarrolló la Segunda Revolución Industrial. Ésta se caracterizó por una serie de cambios: nuevas fuentes de energía (petróleo y electricidad), nuevos sectores de la producción (químico, siderúrgico y alimentario), nuevas formas de organización del trabajo (taylorismo), la concentración de capitales en torno a grandes agrupaciones de tendencia monopolística (cartel, trust) y una creciente globalización de la economía.
Surgieron nuevas potencias industriales (USA y Japón) que se unieron a las ya existentes (G. Bretaña, Alemania, Francia). Alemania ganó terreno económico a Gran Bretaña por el carácter más competitivo y moderno de su industria y se erigió en la líder indiscutible de determinados sectores productivos, como el siderúrgico y el químico. Quejas del cónsul inglés en Aleppo sobre la irrupción de productos alemanes
Al mismo tiempo intentó por todos los medios arrebatar a Inglaterra sus tradicionales mercados, tanto europeos (Bélgica, Holanda, Rusia) como coloniales, y se convirtió en un serio rival comercial.
Las disputas imperialistas
Alemania demandaba una nueva realidad colonial algo que trataban de impedir Gran Bretaña y Francia.
Ese escenario fue testigo de tensiones internacionales, hecho acrecentado por el nacimiento de nuevas potencias como Japón o Estados Unidos, cada una de ellas con sus propios planes imperiales.
Dos episodios constituyeron la antesala de la Gran Guerra. Tuvieron lugar entre 1904 y 1911 en Marruecos, área bajo las aspiraciones coloniales francesas que Alemania utilizó para conseguir sus propios beneficios coloniales. Se conocieron como “Crisis marroquíes”.
Las crisis marroquíes
La primera crisis marroquí (1904-1906)
Estalló por la pretensión francesa de crear un protectorado en Marruecos a lo que se opusieron Alemania y España, que también tenían intereses en la zona.
Alemania vio la oportunidad de frenar la expansión colonial francesa y obtener para sí ganancias territoriales. Por su parte Inglaterra transigió con las aspiraciones de Francia a cambio de la renuncia de ésta a intervenir en Egipto, en tanto que España obtuvo el visto bueno francés para actuar en una pequeña parte del territorio marroquí. Pero Alemania se erigió en garante de la independencia de los gobiernos locales frente a las pretensiones imperialistas francesas, originando fuertes desavenencias.
En 1906 se celebró la Conferencia de Algeciras. En ella participaron numerosas potencias y se logró aliviar transitoriamente el riesgo de conflicto. Se admitió la formal independencia de Marruecos bajo la soberanía del sultán Muley Hafiz, pero en realidad el territorio se mantuvo bajo la tutela francesa. En correspondencia se permitió el libre comercio a todas las potencias. España consiguió mantener sus aspiraciones sobre el norte de la cordillera del Rif y organizó formalmente el área como protectorado en 1912; Francia ya lo había hecho anteriormente con sus territorios.
La primera crisis marroquí desató las alarmas ante un posible conflicto internacional ya que en 1904 Francia y Reino Unido habían suscrito un pacto, la “Entente Cordiale”, ampliado en 1907 con la incorporación de Rusia (Triple Entente). Un conflicto entre Francia y Alemania hubiese supuesto una guerra de proporciones incalculables.
La segunda crisis marroquí (1911)
Francia, apoyada por Gran Bretaña, se doblegó finalmente a las pretensiones germanas, cediendo parte del Congo a cambio de gozar de total libertad de acción en Marruecos.
La segunda crisis marroquí exacerbó los ánimos nacionalistas de franceses y alemanes y despejó el camino hacia la guerra.
El nacionalismo radical
El nacionalismo atribuye entidad y singularidad propias a un territorio y a sus ciudadanos, y sobre él se asientan aspiraciones políticas de carácter muy diverso. En ese proceso nacieron en el siglo XIX dos estados que jugarían un papel fundamental en la historia de Europa: Alemania e Italia. Al tiempo que esto acontecía, tenían lugar procesos de signo inverso que supusieron la disgregación de viejas entidades estatales en beneficio de otras nuevas. Fue el caso de la Turquía otomana, imperio que a finales del siglo XIX estaba en plena descomposición, parte de la cual se desarrollaba en el área de los Balcanes.
La guerra franco-prusiana (1870), puso los territorios franceses de Alsacia y Lorena en manos de los alemanes. Desde entonces nacionalismo francés no cesó de alentar el desquite y el rescate de dichos territorios.
Las alianzas militares
Entre 1872 y 1890 las relaciones internacionales europeas estuvieron marcadas por la preponderancia de Alemania. Su canciller, Otto Von Bismarck, intentó mantener no obstante una política de equilibrio entre las potencias, que incluía el aislamiento de Francia.
El país galo era percibido por las potencias más conservadoras como el inspirador de las ideas revolucionarias que atentaban contra el principio de autoridad monárquica y el orden tradicional. La política bismarckniana recibió el nombre de Realpolitik” (“Política pragmática”) y se llevó a la práctica mediante un complicado entramado de alianzas que es conocido como "Sistemas bismarckianos". Otto Von Bismarck
A partir de 1890, tras el retiro de Bismarck, el káiser (emperador) Guillermo II tomó personalmente las riendas de la política exterior germana, modificando la del viejo canciller.
Ya no se trató solamente de aislar a Francia, también se pretendió rivalizar con el Imperio Británico, apoyándose en la construcción de una potente marina de guerra. Es lo que se conoce como “Weltpolitick” (“Política mundial”).
La Triple Alianza
Se formó en 1882 promovida por el canciller alemán Bismarck. Estuvo constituida por Alemania, Austria-Hungría e Italia. Sin embargo esta última no cumplió sus compromisos cuando estalló la guerra y en principio se mantuvo neutral hasta intervenir más tarde como miembro del bando contrario.
A lo largo del conflicto nuevas potencias se adhirieron a este bloque: Turquía (octubre de 1914) y Bulgaria (octubre de 1915).
La Triple Entente
Durante el conflicto se incorporaron Bélgica (atacada por Alemania); Japón (agosto de 1914) aspirante a arrebatar a Alemania sus colonias del Pacífico y sustituir su papel de potencia imperialista en China; Italia (mayo de 1915); Rumanía (junio de 1916), Portugal (marzo de 1916); Estados Unidos (abril de 1917); Grecia (junio de 1917); también fue el caso de China y varios estados latinoamericanos.
La carrera de armamentos
Los gobiernos consideraban que la guerra era inevitable y trataron de protegerse mediante alianzas, causando de esa forma los recelos y el reforzamiento militar de sus oponentes.
El Reino Unido incrementó sus gastos militares: los 44 millones de libras que invertía en 1899 se convirtieron en 77 millones en vísperas de la guerra.Alemania, deseosa de construir una potente flota que pudiese competir con la británica, dio el salto de 90 millones anuales de marcos en 1899 a 400 millones entre 1910 y 1914.Francia y las restantes potencias incrementaron igualmente el potencial de sus respectivos ejércitos
La carrera de armamentos fue fruto de esas tensiones, pero al tiempo contribuyó a agravarlas. Los gobiernos, valiéndose del uso de la propaganda, alentaron el nacionalismo y el miedo a fin de hacer sentir a la opinión pública que su país se encontraba en peligro frente a la hostilidad enemiga.
Poco pudieron hacer las fuerzas partidarias de la paz llamando a la sensatez y reclamando un sistema de arbitraje internacional que atenuara la tensión. En la Haya se celebraron en 1899 y 1907 dos conferencias
...