La Difusión De La Industrialización Y La Emergencia De Las Economías Capitalistas (1815-1870)
eiroasred15 de Noviembre de 2014
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Capítulo 10
Crecimiento y cambio en la agricultura española desde la Guerra Civil
LOS EFECTOS DE LA GUERRA CIVIL EN LA AGRICULTURA.
La agricultura española, al finalizar la Guerra Civil, no presentaba los graves problemas que la caracterizarían durante la década de 1940. La guerra no tuvo efectos catastróficos sobre la agricultura (no se destruyó demasiado ganado, cultivos ni instalaciones).
LA CRISIS AGRARIA DE LA DÉCADA DE 1940.
La agricultura española se sumió en 1940 en una profunda crisis. La superficie cultivada, la producción, y los rendimientos disminuyeron en relación con los niveles alcanzados en la república. Como consecuencia, el nivel de consumo de alimentos descendió, generalizándose el hambre.
La teoría oficial culpa a la guerra de esta situación, pero las destrucciones de la guerra fueron pocas, y tras un período razonable de recuperación, sus consecuencias tendrían que haber desaparecido. La culpa no era la falta de maquinaria ni de abonos, ya que eran medios de producción que se podían reponer con facilidad. Bastaba con una adecuada política agraria y una inteligente política comercial exterior.
LA POLÍTICA AGRARIA DEL NUEVO ESTADO.
La causa esencial de la crisis de los 40 fue la propia política económica. Una política agraria fuertemente intervencionista y de signo autárquico, inspirada en los fascismos europeos, aunque más tarde intentarán explicar su fracaso económico por el aislamiento internacional al que fue sometida la dictadura. Se optó por una política económica autárquica, industrializadora, y de abandono del sector agrario.
Los precios de los productos y de los factores de producción empezaron a fijarse por decreto, sin embargo, este sistema de intervención que regulaba la producción y el mercado triguero produjo unos efectos contrarios a los deseados.
LOS EFECTOS DE LA INTERVENCIÓN: EL MERCADO NEGRO.
Los precios de tasa se fijaron por debajo de los de equilibrio, por lo que los agricultores desviaron su producción hacia el mercado negro, reduciendo los cultivos más controlados, como el trigo. Los consumidores intentaron incrementar el consumo del producto tasado a bajo precio. Esto hace reducir la producción y aumentar la demanda Mercado muy desequilibrado. El mercado negro perduró mientras se mantuvo el mecanismo de intervención. El sistema de intervención impuesto a la agricultura por el régimen fracasó rotundamente.
La intervención proporcionó 2 mecanismos de acumulación:
Se garantizó el nivel mínimo de racionamiento a bajos precios a los obreros industriales, lo que hizo soportable la pérdida de poder adquisitivo de los salarios.
Hubo agricultores que acumularon mucho más al acudir más al mercado negro.
El sistema de intervención se saldó con un balance negativo para la mayor parte del país. Ocasionó hambre, subconsumo, y una dependencia total del exterior en el abastecimiento de productos alimenticios.
EL NUEVO ESTADO Y LA PROPIEDAD DE LA TIERRA: CONTRARREVOLUCIÓN AGRARIA Y COLONIZACIÓN.
El Nuevo Estado mantuvo y reforzó el sistema de propiedad privada de la tierra. Una de las nuevas medidas fueron un conjunto de disposiciones mediante las que se legalizó el proceso de recuperación de las tierras por parte de los antiguos propietarios, así como una violenta represión de los beneficiados por la reforma agraria. Los bajos salarios agrícolas y el mercado negro empujaron a los propietarios al cultivo directo de sus tierras. La reforma económica y social de la tierra quedó reducida a una modesta obra de colonización agraria. Se inmovilizó en la compra de las tierras un capital que era escaso y que podía haber sido utilizado en otros proyectos.
Causas del fracaso de la colonización:
Inadecuación de los proyectos a las circunstancias económicas de la época.
Ambiente contrario a cualquier clase de reforma agraria.
Ineficacia del aparato administrativo.
La política de bajos precios incidió negativamente sobre las expectativas de los agricultores.
LA POLÍTICA AGRARIA DEL NUEVO ESTADO DURANTE LOS 40: UN BALANCE FINAL.
Esta política permitió una gran acumulación de capital en el sector agrario, algo necesario para impulsar el desarrollo económico. Diez años de hambre, miseria y privaciones terminaron por provocar los primeros brotes de protesta contra el régimen. Se necesitaba un sistema que mantuviese los mecanismos básicos de acumulación y permitiera un aumento del consumo y un mínimo nivel de satisfacción de las necesidades más elementales. Ello coincidía con apoyos y presiones exteriores e interiores.
LA LIBERACIÓN ECONÓMICA DE LA DÉCADA DE 1950.
En 1851 cambia el gobierno. Cavestany (Ministro de agricultura) era consciente de las ineficacias, y elevó los precios y suprimió normas de intervención. Esto se vio reforzado por una política comercial exterior que facilitó la compra de abonos, semillas y maquinaria. Esto permitió a los agricultores levantar en poco tiempo un campo maltrecho.
LA RECUPERACIÓN DE LA AGRICULTURA EN LA DÉCADA DE 1950:
En pocos años se incrementaron las superficies cultivadas, las producciones y los rendimientos. Los niveles de consumo también aumentaron para toda una serie de bienes, aunque no se consumían todavía el mínimo de calorías y proteínas por habitante.
Los mercados agrarios también se fueron normalizando paulatinamente, aunque tras un período en el que la legalidad no podía cumplirse, mucha gente estaba ya habituada a saltarse las normas y se resistió a cambiar su manera de actuar.
LAS TRANSFORMACIONES ESTRUCTURALES EN LA AGRICULTURA DURANTE LA DÉCADA DE 1940:
Los logros más importantes se alcanzaron en la obra colonizadora. Los grandes beneficiados de esta transformación fueron los grandes propietarios de las zonas regables.
El problema del minifundismo se pretendió solucionar mediante la concentración parcelaria, aunque los logros fueron muy limitados por el conservadurismo de la ley.
La repoblación forestal no reportó al país todo sus potenciales beneficios, ya que no se respetó el equilibrio ecológico de cada zona. Se utilizaron especies arbóreas de rápido crecimiento a costa de especies autóctonas, y se expropiaron muchos montes comunales. Se buscaron resultados rentables a corto plazo a costa de los intereses de los habitantes de la zona.
Además del impulso recibido por una política agraria más coherente y activa, el sector agrícola inicia el proceso de mecanización, se produce una progresiva intensificación, más rendimientos, más productividad y más integración en el mercado.
ETAPA DORADA DE LA AGRICULTURA TRADICIONAL:
Los 50 es una época de esplendor de la agricultura tradicional, especialmente favorable para los grandes propietarios cerealistas. El régimen estaba en orden y con crecientes apoyos exteriores. La mano de obra era abundante y barata, y los agricultores podían adquirir medios de producción. Los precios agrarios mantuvieron una tendencia creciente. Se conceden créditos a la agricultura y se destinan inversiones públicas al sector agrario.
En los 50 la agricultura española aportó mano de obra al proceso industrializador, y jugó un papel muy importante como mercado de muchos productos industriales.
LA CRISIS DE LA AGRICULTURA TRADICIONAL.
Durante la década de los 60 se desencadenó, definitivamente, la crisis del sistema de agricultura tradicional en España, como consecuencia de la aceleración del proceso migratorio desde el campo a las zonas industriales de España y de Europa occidental. Este proceso elevó los salarios de los agricultores, lo que obligó a los propietarios a sustituir mano de obra por maquinaria (resultaba factible tecnológicamente hacerlo en ese momento). Aunque la modernización fue tardía, se generalizó con gran rapidez.
Esta tecnología aumentó importantemente los índices usuales de productividad y de la renta agraria. Se creía que los problemas del campo se arreglarían facilitando los medios financieros para aplicar esas nuevas técnicas. Esa fue la política agraria de la España de los 60, y este esplendor le llega hasta 1973.
La agricultura en este período declinó en su aportación de capitales, continuó exportando mano de obra y aumentó su papel como mercado para otros productos industriales.
LA CRISIS DE LA AGRICULTURA MODERNA.
Se basaba en unos supuestos equivocados, como que los precios de la energía y materiales de las explotaciones no iban a variar.
El encarecimiento de la energía y de las materias primas (encarecen inputs) fue la causa básica de la crisis de las agriculturas modernas, de la erosión de las rentas agrarias y del endeudamiento actual del sector.
La crisis económica ha frenado el proceso de emigración, favoreciendo un proceso de retorno al campo.
El creciente consumo de productos químicos y energéticos ha provocado una paulatina pérdida de eficiencia de la energía utilizada, deterioro medioambiental y la disminución de la calidad de los alimentos.
El modelo de desarrollo agrícola moderno no era el adecuado para resolver el problema de la alimentación de la humanidad.
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