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La Encomienda Indiana.

saraidedaniel2 de Septiembre de 2013

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EXPLOTACIÓN SOCIAL Y ECÓNOMICA

La Encomienda Indiana.

Fue una institución de origen castellano, introducida a la Nueva España por Hernán Cortés con el propósito de premiar los esfuerzos y las hazañas de los conquistadores. Las especificaciones de la encomienda quedaron como sigue:

Por la autoridad del rey de Castilla un grupo de familias de indios, se sometían a la potestad de un español, llamado encomendero.

El encomendero estaba facultado para cobrar y disfrutar del tributo que los indios debían pagar al rey como un impuesto de carácter personal, al que estaban obligados por el hecho de ser vasallos libres del monarca. El tributo debía ser pagado en dinero, en especie o con trabajo.

A cambio de esos privilegios, el encomendero estaba obligado a amparar y proteger a los indios encomendados y a instruirlos en la religión católica; también contraía ante el rey el compromiso de residir en la provincia donde habitaban sus encomendados y prestar servicio militar cuando fuese requerido.

La concesión de una encomienda no confería al español la propiedad de tierra alguna, no le daba jurisdicción judicial sobre sus encomendados ni le otorgaba dominio señorial alguno sobre ellos; se trataba de una posesión, no de una propiedad, a cual era inalienable y no heredable.

Una encomienda vacante debía volver al monarca español, quien podía retener a sus indígenas bajo la administración de su representante en la colonia, o volver a otorgarlos a un nuevo encomendero.

En 1542 Carlos I expidió en Barcelona las llamadas “Leyes Nuevas”,

Las “Leyes Nuevas” dieron un giro decisivo a la historia laboral de la Nueva España; suprimían la esclavitud de los indios y, respecto a la encomienda, dictaban disposiciones que dieron un duro golpe a esta institución.

EL CUATEQUIL

Recibió el nombre de cuatequil o repartimiento, la institución que restableció el trabajo forzoso, pero remunerado, de todos los indios, excepto los “principales”, con edades entre 14 y 60 años, en favor de empleadores españoles, quienes debían compensar a los indios con salarios proporcionales a cada provincia, al tipo de trabajo ya la eficiencia del operario.

El cuatequil tuvo ventajas significativas sobre la encomienda pero, como en otros tipos de relación de trabajo entre españoles e indios, se prestó a abusos y explotación excesiva por parte de los primeros, principalmente en las regiones más apartadas de los grandes centros de población, donde era muy difícil para las autoridades realizar una vigilancia adecuada.

En 1632 fue abolido todo tipo de cuatequil.

EL PEONAJE

El peonaje por deudas se generalizó con gran rapidez, principalmente en las haciendas agrícolas, y para fines del siglo XVII llegó a convertirse en una relación normal entre trabajadores y patrones. Mediante este mecanismo, que el patrón se encargaba de estimular los peones quedaban sujetos de por vida al patrón, por una deuda que nunca terminaban de pagar y que, a su muerte, pasaba a hijos y nietos, de generación en generación.

OBRAJES

Fueron las empresas textiles establecidas por los españoles, quienes se sirvieron de la experiencia indígena en la producción y tejido del algodón y otras fibras para desarrollar una industria artesanal. El trabajo en los obrajes llegó a ser, salvo escasas excepciones, “una de las más horrendas instituciones coloniales”, pues en esos lugares se dio la más cruel de las explotaciones sobre indígenas y presos, obligados a convivir bajo un mismo techo, a puertas cerradas, sometidos a un régimen infrahumano en el que la comida era insuficiente, el trabajo agobiador en intensidad y duración, y se aplicaban castigos corporales en caso de cualquier muestra de negligencia.

LA AGRICULTURA: LA PRODUCCIÓN CEREALERA

En un principio la agricultura novohispana tuvo un desarrollo lento, debido a que fue necesario aclimatar los nuevos cultivos, lo cual requería paciencia y conocimiento de los labradores españoles pero en general no estaban dispuestos a trabajar la tierra porque consideraban la labranza como una actividad servil, inadecuada para la condición señorial en que los había colocado la conquista respecto de la población indígena.

GANADERÍA

La cría de ganado vacuno se extendió más rápidamente que la de otras especies; los españoles se admiraban de que las vacas comenzaran a tener crías a los dos años de edad y continuaran reproduciéndose con más frecuencia que las que había en España, lo cual se reflejó de inmediato en una drástica disminución de los precios de la carne en las ciudades de México y Puebla.

MINERÍA

El auge minero de la Nueva España se inició al comenzar la segunda mitad del siglo XVI, con el descubrimiento de yacimientos naturales de plata en Zacatecas en 1546.

Esta actividad se extendió como Guanajuato, Pachuca y otras áreas del actual estado de Zacatecas. Estos hallazgos coincidieron con el “beneficio de patio”, descubierto y desarrollado en Pachuca alrededor de 1555, para extraer la plata del mineral utilizando sal, pirita de hierro o cobre y azogue, con muy buenos resultados ya que redujo el tiempo y el costo de la producción.

ARTESANÍAS Y GREMIOS

Después de la Conquista, los artesanos indígenas siguieron abasteciendo a la mayor parte de su población, y más tarde a la mestiza, con artículos manufacturados como mantas y loza producidos en sus talleres domésticos pero generalmente transformadas y mejoradas con la adopción de herramientas y técnicas europeas que aprendieron a usar en poco tiempo gracias a la enseñanza de los frailes, con lo cual pudieron perfeccionar sus oficios.

PREDOMINIO COMERCIAL EN MEXICO

El comercio de la Nueva España estaba dominado por la ciudad capital, que llegó a ser una de las más grandes y ricas del mundo. La ciudad de México era la metrópoli económica y cultural de todo el país, y funcionaba como almacén de todas las mercancías importadas, así como de buena parte de los artículos de mayor demanda producidos en las distintas provincias del reino. El comercio de Veracruz estaba completamente dominado por las casas comerciales de México, a través de los agentes vendedores que recogían la mercancía de las flotas procedentes de España tan pronto anunciaban su llegada al puerto.

CRÉDITO Y MONEDA

El crecimiento constante de empresas de todo tipo hizo indispensable la existencia del crédito, pues comerciantes, mineros, terratenientes y la Iglesia fueron acumulando grandes cantidades de capital. A la persona que financiaba una empresa se le llamaba “aviador” porque concedía préstamos de avío. En algunos casos los aviadores proporcionaban dinero y otras veces herramientas o mercancías.

Respecto a la moneda los conquistadores no pudieron adaptarse a la forma de intercambio que sólo servía para transacciones pequeñas. Ante la necesidad urgente de fabricar monedas, las autoridades reales permitieron la fundación de casas de moneda en México, Bogotá y Potosí.

EL COMERCIO CON LA METRÓPOLI

Desde un principio la Corona buscó monopolizar el comercio en sus posesiones territoriales en el continente americano, por lo que en 1503 fue creada la Casa de Contratación de Sevilla, cuyas funciones principales consistieron en cobrar los diferentes impuestos, contribuciones y derechos que gravaban el comercio trasatlántico, y encargarse del transporte y la recepción de los metales preciosos, ya fueran amonedados o en barras. Era además un organismo promotor y regulador de las actividades de navegación y de las exploraciones geográficas, mediante la inspección de los barcos.

SOCIEDAD NOVOHISPANA

A la estructura productiva implantada en la Nueva España correspondió una estructura socio profesional integrada, en el sector urbano, por los grupos burocráticos, militares, eclesiásticos, comerciales, propietarios rurales y mineros artesanos e integrantes de la servidumbre; en el sector rural, componían la estructura social los hacendados y empresarios de minas, las órdenes religiosas rurales, los agricultores y trabajadores de las minas.

En lo más alto de la sociedad novohispana se encontraban los españoles que prácticamente se convirtieron en señores de la tierra, a pesar de que muy pocos podían presumir de ser nobles de origen, es decir “hidalgos”, y los que gozaban de este privilegio contaban sólo con la adscripción por herencia ya que su riqueza material era escasa.

Las personas que llegaron de la metrópoli una generación después de la Conquista siguieron considerándose como españoles, aunque fue necesario entonces identificarlos como peninsulares, a fin de distinguirlos de los hijos de españoles que habían nacido en la Nueva España, a quienes se llamó criollos.

Los criollos ocupaban el segundo nivel en la estratificación social, pues aun cuando su apariencia física no los hacía diferentes a sus padres, el solo hecho de haber nacido en tierras americanas era suficiente para ubicarlos en un estrato inferior.

En el tercer nivel se encontraban los mestizos, que eran los hijos de matrimonios entre españoles y mujeres nativas, porque con el propósito de que los colonos adquirieran estabilidad en las nuevas tierras y ante las dificultades para hacer llegar mujeres españolas, las autoridades fomentaron dichos matrimonios.

En el cuarto nivel social, bajo la categoría genérica de “indios”, quedaron todos los pueblos que antes formaron el mosaico étnico del área cultural mesoamericana, mientras que a los habitantes nativos del Norte se les aplicó

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