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La Regeneración En Colombia


Enviado por   •  27 de Junio de 2013  •  2.370 Palabras (10 Páginas)  •  655 Visitas

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DEPARTAMENTO DE HISTORIA

HISTORIA DE LA EDUCACION EN COLOMBIA

PERIODO DE LA REGENERACION EN COLOMBIA Y SU IMPACTO EN LA EDUCACION.

Este escrito Muestra la manera como el gobierno Nacional implementa políticas educativas dirigidas a la conservación del nuevo orden, retomando las teorías de Pestalozzi como criterio pedagógico, las cuales en el momento de ser llevados al contexto real, se vieron fuertemente influenciados por las condiciones históricas.

Aunque la educación ha impartido lineamientos a través de modelos pedagógicos sobre la formación del individuo, la manera como son aplicados en la práctica se ve fuertemente influenciada por fuerzas históricas conductoras, que hacen difícil su aplicación de manera limpia, dando como resultado una apropiación del modelo. Es importante entonces, tener en cuenta que la educación adopta diversas formas según los lugares, los tiempos, las funciones sociales otorgadas al aprendizaje, y los diferentes grupos que tiene acceso a esas oportunidades. Partiendo de lo anterior, y para intentar establecer la manera como fue asumida la apropiación del modelo pedagógico pestalozziano en Colombia, se requiere por tanto abordar el contexto histórico que lo moldeó, para poder entender el quehacer educativo, el ideal de hombre que se quería formar y el papel que desempeñó el modelo para este propósito.

El periodo de 1886 a 1899 políticamente se caracterizó como el de la Regeneración, hace alusión a una etapa de la vida nacional y regional bastante convulsionada, donde la lucha por el poder y el establecimiento de una carta política que rigiera la vida de los ciudadanos colombianos era una prioridad, en estos momentos el general Rafael Núñez trazaba sus lineamientos que vendrían a materializarse con la Constitución de 1886.

Apareció un proyecto que representó para quienes lo promulgaron, "la salvación nacional", el plan global de gobierno incluía tres aspectos: económico, jurídico - político e ideológico . Se esperaba que su aplicación garantizara el orden, la paz y la seguridad, para permitir la llegada de la prosperidad, la cual ayudaría a enfrenar el cúmulo inmenso de problemas a los cuales el País se veía expuesto. Para contribuir a este cambio se consideraba que la sociedad no podía existir sin un principio moral unificado, y por ello era solicitada con urgencia la predicación católica del evangelio que permitiría pacificar los ánimos, y establecer un verdadero orden social, donde cada individuo tuviera un rol específico que cumplir y estuviera siempre dispuesto a obedecer y contribuir al cambio, fortaleciendo a la Nación con su trabajo y entrega. La transformación para la unificación nacional, debería realizarse "desde arriba" y se excluía por completo cualquier participación popular, la república debía asumir en este caso, una actitud autoritaria para evitar cualquier tipo de desorden.

Frente a ello, la educación del momento tenía que sufrir indudablemente alteraciones muy profundas; pues el sistema mutuo o método lancasteriano, traído desde 1822 al país, no permitía hacer distingos respecto al credo de sus alumnos, aspecto que le había generado a la iglesia católica la pérdida de su hegemonía y por ende la unidad moral. Este sistema además, por razones de economía y política había servido como estrategia para alfabetizar a una masa pobre y ruda, a los hijos de los artesanos y a los campesinos recién llegados a las ciudades, brindándoles una educación elemental de hábitos, virtudes y trabajo, junto con principios básicos de conocimientos que les permitieran asumir una vida civilizada. Debido a ello, todas las clases conformaban una escuela única siendo abolido el concepto de un salón para cada maestro y donde los alumnos más adelantados que aún se encontraban en formación, enseñaban a otros; basándose en la memoria, la repetición, la disciplina y el orden. El éxito de la disciplina se veía aquí reflejado en el hecho de que cada alumno cumplía con el papel de agente vigilante. Aunque el sistema mutuo se oponía al castigo corporal y en lugar de ello proponía la utilización de recompensan positiva, es decir premios materiales en dinero con el fin de enseñar el valor al trabajo, la connotación de recompensa y castigo fue asumida de forma distinta en nuestro país, que sometió al niño a castigos físicos, palmetazos, varazos o fuetazos, a sentarse en un banco separado de sus compañeros, entre otros. Estas acciones no eran consideradas como actos salvajes de violencia, de venganza individual, o incluso de represión institucional, sino que estaban ligadas con los fines sociales asignados al hechos de mantener agrupados de modo regular a unos niños fuera de su hogar para la formación de hábitos de obediencia, disciplina y trabajo, es decir el castigo físico contribuía a encauzar la naturaleza humana infantil según el propósito de la sociedad moderna.

La imposibilidad e incapacidad de nuestros dirigentes de crear un modelo propio, capaz de reemplazar el método Lancasteriano, hizo que se adoptase otro extranjero, el Pestalozziano , que utilizado a través del proyecto político regeneracionista , permitiera el mejoramiento de la situación del país, apuntara a la búsqueda de la "salvación nacional" y contribuyera a la erradicación de la memoria, el verbalismo y los castigos físicos; los cuales se habían convertido en los grandes problemas pedagógicos que entorpecían la instrucción de los niños colombianos, impidiéndoles alcanzar un verdadero desarrollo del entendimiento.

Este modelo fue introducido en Colombia bajo el auspicio del presidente conservador Mariano Ospina Rodríguez, y aplicado por José María Triana en la Escuela Normal Lancasteriana de Bogotá entre 1845 y 1847, con el fin de superar la enseñanza mecánica en las clases de gramática y aritmética. Desde 1872, la pedagogía objetiva como fue también llamada, empezó a ser difundida oficialmente en las Instituciones Normales establecidas en cada una de las capitales de los Estados Unidos de Colombia a cargo de los maestros protestantes de la primera Misión Pedagógica Alemana, traídos al país por los gobernantes liberales radicales. Más adelante, durante el periodo presidencial de Miguel Antonio Caro (1892-1898) el modelo es readaptado buscando cambiar los principios establecidos en las escuelas protestantes y laicas y fue proclamado como oficial, convirtiéndose en la base de la pedagogía para la instrucción primaria colombiana que vino a orientar la educación hasta principios de los años treinta del siglo XX .

Este modelo fue tomado y adaptado por el Estado, pero no fue seguido al pie de la letra, sino que por el contrario, se obviaron aspectos que se consideraron peligrosos, pues el niño podía quedarse solo, "viendo las cosas". En el terreno de los saberes, el sistema fue asumido como una forma de enseñanza en las escuelas, evadiendo la fundamentación en la producción de la ciencia, basándose solo en desarrollar los sentidos del niño.

A nivel de estrategias político - religiosas, para eliminar el riesgo de formar niños materialistas, se revaloró la tradición científica y catequista religiosa, asumiendo la filosofía neo-escolástica para la modernización del sistema escolar. Los avances metodológicos y organizativos de los saberes experimentales fueron usados pero asegurando los fines sobrenaturales y morales para el individuo, la sociedad y el Estado, es decir fue aceptado el discurso moderno, pero a la vez se validó la lectura de la palabra de Dios. La regeneración propició un ambiente favorable para el auge del neotomismo10, buscando la coexistencia entre el pensamiento moderno sin perder la creencia en Dios, manteniendo de esta manera el horizonte católico.

El gobierno regeneracionista a través del concordato firmado con el Vaticano en 1887 le da a la iglesia católica la función de promulgar la práctica de la religión, y sobre todo la intervención en los asuntos de la moral pública y privada de los ciudadanos y de los problemas del control social. Con este acto, la iglesia católica asumió el control del contenido de la enseñanza, ella se encargaría de moldear las tres fuerzas del sujeto: corazón, mente y mano, pero partiendo de principios católicos neotomistas utilizando como base la pedagogía pestalozziana. Bajo esta filosofía se consolidó el cristianismo práctico como proyecto nacional de dominación, trabajo desarrollado por la iglesia, la cual era vista por los dirigentes políticos hegemónicos conservadores como la única institución capaz de establecer una ligadura ético-religiosa eficaz dentro de un país extenso y desarticulado, con extremas desigualdades sociales, raciales y regionales. Esta institución poseía un aparato burocrático centralizado doctrinario y organizado que gozaba del respeto de las grandes masas; tenía una larga experiencia educativa desarrollada durante tres siglos de dominación colonial, lo que le había permitido controlar el aparato educativo; era la única con una propuesta y un saber pedagógico que armonizaban a la perfección con los fines sociales asignados a la educación por el nuevo ordenamiento constitucional, que incluía el tipo de sujeto, hombre y ciudadano que se pretendía formar; y además contaba con recursos materiales y humanos, tanto internos como externos, para colaborar con el proyecto en el plano educativo.

Con el fin de trazar normas de organización para la enseñanza e imponer un sistema de educación nacionalmente unificado, el gobierno regeneracionista a través de la constitución de 1886, declaró que la instrucción primaria costeada con fondos públicos "sería gratuita pero no obligatoria" , la educación debía ser por tanto, obra tan solo de los particulares, frente a lo cual el papel del Estado era el de actuar allí donde no llegaba o no se interesaba por llevar la iniciativa privada. El Estado como agente educativo, debía funcionar más como complemento, pero debía siempre mantener la disposición de, "la suprema inspección y vigilancia" a través del poder central. Esto permitió que desde entonces, las congregaciones religiosas volvieran a monopolizar la educación, por lo menos hasta más o menos 1930.

De esta manera el Estado estableció la enseñanza obligatoria de la religión católica, la observancia de las prácticas piadosas, se reservó la facultad de imponer textos de religión, filosofía y moral, de denunciar y hacer excluir a todo docente que pudiera aparecer como sospechosos de creencias morales o religiosas distintas, interferir el contenido literario o científico, se neutralizó la posibilidad de crear un modelo pedagógico local y cesó con la participación de los maestros y los padres en discusiones sobre la educación y la pedagogía, pues era preciso seguir lo establecido.

El plan Zerda de Instrucción, estableció además que la meta del sistema escolar debía ser la unidad nacional y el fomento de la riqueza a través de la formación de obreros cualificados, en lugar de letrados inútiles, formados bajo preceptos morales y religiosos, insistiendo en la educación cívica que permitiera despertar tanto en maestros como en estudiantes el amor a la patria, el reconocimiento de sus héroes, de la bandera y del himno nacional. De esta manera la escuela pública primaria quedó definida como esencialmente práctica y encaminada a dotar al alumno de nociones que lo habilitaran para el ejercicio de la ciudadanía y lo prepararan para el trabajo en la industria, la agricultura y el comercio.

"La educación fue dividida en primaria, secundaria y profesional. Se organizó la inspección educativa y se establecieron las direcciones departamentales de educación, que estarían bajo el control de los gobernadores. Se dejó a cargo de los departamentos la instrucción primaria en lo que se refería al nombramiento y pago de los maestros. A cargo de la Nación quedó el suministro de útiles escolares y por cuenta de los municipios el suministro de locales. Se estatuyeron unas juntas provinciales de educación compuestas por el prefecto de la provincia y 3 ó 4 personas nombradas”.

En las prácticas, las escuelas funcionaron académicamente teniendo en cuenta las normas oficiales, pero su organización y disciplina interna fueron guiados según los criterios de la orden que dirigía la escuela, dando como resultados diferentes formas de apropiación del modelo pestalozziano.

Los planes de estudio sufrieron durante este periodo varios cambios, no fundamentados en la ley, ocasionando deficiencias en las enseñanzas y la no culminación de los estudios por parte de los alumnos; además de ello hubo inconformidades frente a los currículos pues para los caudillos del departamento del Tolima, estos no respondían a las necesidades de la región y no estaban acorde con la situación de pobreza de la mayoría de la población tolimense. Frente a estas dificultades se sumaron otras que contribuyeron en definitiva a opacar el proyecto de expansión católico y de igual manera impidieron el funcionamiento continuo de las escuelas. Por un lado, existieron desacuerdos para decidir el sitio de ubicación de las sedes, no se contó con presupuesto suficiente para construirlas ni para reparar las existían, ya que habían sido usadas como cuarteles durante la guerra ; aunque fueron nombrados 92 maestros para trabajar en las escuelas, muchos de ellos carecían de idoneidad para desempeñar la labor de educador pues además de hacer una mala aplicación del Plan Zerda, continuaron con los golpes de vara y las humillaciones públicas, heredadas del sistema de enseñanza mutua.

En cuanto a lo político, a pesar del centralismo, el gobierno tenía escaso poder efectivo en cada una de sus provincias para garantizar el cumplimiento de las disposiciones educativas, ya que las estructuras locales y regionales de poder eran las que marcaban de manera cotidiana las prácticas educativas. Por último se encontró la Guerra de los Mil Días iniciada en octubre de 1899, catástrofe que le dio fin al proyecto católico, acabando con la existencia de los planteles educativos, al ser clausurados.

Como conclusión se puede apreciar que fueron muchos los factores que incidieron en la forma como fue asumido el modelo pestalozziano a nivel nacional y regional, sería interesante observar la manera como otros modelos hicieron presencia antes y después de este periodo, para tratar de acercarnos a la comprensión del hombre actual, estableciendo como se ha consolidado su pensamiento y sus prácticas culturales, cuáles de ellas han desaparecido y cuales han perdurado; entender el proceso de formación de la sociedad actual, a través del análisis de la educación y los objetivos del aprendizaje, teniendo en cuenta por supuesto la normativa social y cultural.

BIBLIOGRAFIA:

- JARAMILLO URIBE, Jaime. El proceso de Educación en la República. 1830-1886. En: Nueva Historia de Colombia. Editorial Planeta. Tomo II. Bogotá, 1989.

- SAENZ OBREGON, Javier, SALDARRIAGA, Oscar y OSPINA, Armando. Mirar la infancia: pedagogía, moral y modernidad en Colombia, 1903 - 1946. Ediciones Uniandes, Editorial Universidad de Antioquia, Ediciones foro nacional por Colombia y Colciencias. Vol. 1. Santafé de Bogotá, 1997.

- SILVA, Renán. La Educación en Colombia 1880 -1930. En: Nueva Historia de Colombia. Editorial Planeta. Bogotá, 1989.

- TIRADO MEJIA, Álvaro. Estado y la Política en el siglo XIX. En: Nueva Historia de Colombia. Editorial Tomo 2. Planeta. Bogotá, 19

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