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La Tercera Guerra Mundial


Enviado por   •  19 de Agosto de 2014  •  6.275 Palabras (26 Páginas)  •  327 Visitas

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Introducción

En el semblante de un colapso económico global total, las perspectivas de una guerra internacional de gran envergadura se están incrementando. Históricamente, los períodos de decadencia imperial y crisis económica están marcados por creciente violencia internacional y guerras. El declive de los grandes imperios europeos estuvo marcado por la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, con la Gran Depresión obrando en el período intermedio.En la actualidad, el mundo es testigo de la decadencia del imperio norteamericano, en sí mismo un producto nacido de la Segunda Guerra Mundial. Como hegemonía imperial de post-guerra, Estados Unidos manejó el sistema monetario internacional y reinó como campeón y árbitro de la economía política global.Para gestionar la economía política global, EEUU ha creado la fuerza militar única más grande y más poderosa de la historia mundial. Un control constante de la economía global requiere de la presencia y acción militar constante.

Ahora que tanto el imperio norteamericano y la economía política global se encuentran en decadencia y colapso, la perspectiva de un final violento a la época imperial estadounidense se incrementa drásticamente.

Este ensayo se divide en tres partes separadas. La primera parte cubre la estrategia geopolítica de la OTAN desde el final de la Guerra Fría, en los comienzos del Nuevo Orden Mundial, que esbozara la estrategia imperial occidental durante la guerra en Yugoslavia y la “Guerra contra el Terror”. La Parte 2 analiza la naturaleza de las “revolución de terciopelo” o “revoluciones de color” en la estrategia imperial de Estados Unidos, centradas en establecer la hegemonía sobre Europa Oriental y Asia Central. La Parte 3 analiza la naturaleza de la estrategia imperial para construir un Nuevo Orden Mundial, centrándose en el aumento de los conflictos en Afganistán, Pakistán, Irán, América Latina, Europa Oriental y África, y el potencial que poseen estos conflictos para iniciar una nueva guerra mundial con China y Rusia.

Definiendo una Nueva Estrategia ImperialEn 1991, con el colapso de la Unión Soviética, la política exterior de EEUU y la OTAN tuvo que reimaginar su papel en el mundo. La Guerra Fría sirvió como medio de justificación a la expansión imperialista de EEUU en todo el mundo con objeto de “contener” la amenaza soviética. La misma OTAN se creó y existió con el único propósito de forjar una alianza anti-soviética. Con la URSS desparecida, la OTAN no tenía razón de existir, y Estados Unidos tenía que encontrar un nuevo propósito para su estrategia imperialista en el mundo.En 1992, el Departamento de Defensa de EEUU, bajo la dirección del Secretario de DefensaDick Cheney [que más tarde sería Vicepresidente de George Bush Jr.], y que tenía de Subsecretario de Defensa para Política del Pentágono a Paul Wolfowitz [que más tarde sería subsecretario de Defensa de George Bush Jr. y Presidente del Banco Mundial], escribió un documento de defensa para orientar la política exterior de Estados Unidos en la era post-Guerra Fría, comúnmente conocida como “Nuevo Orden Mundial”.

El documento de Orientación para Planificación de la Defensa se filtró en 1992, y reveló que, “En un nuevo marco de políticas que está en su fase de redacción final, el Departamento de Defensa afirma que la misión política y militar de Estados Unidos en la post-Guerra Fría será garantizar que no se permita el surgimiento de una nueva superpotencia en Europa Occidental, Asia o los territorios de la antigua Unión Soviética,” y que “el documento clasificado propone el caso para un mundo dominado por una única superpotencia, cuya posición puede ser perpetuada mediante un comportamiento constructivo y suficiente poder militar como para disuadir a cualquier nación o grupo de naciones a desafiar la supremacía estadounidense”.

Además, “el nuevo proyecto esboza un mundo en el que existe un único poder militar dominante, cuyos dirigentes deben mantener los mecanismos para disuadir a competidores potenciales incluso de aspirar a un mayor papel regional o global.” Entre los retos necesarios para la supremacía norteamericana, el documento “postula guerras regionales contra Irak y Corea del Norte”, y sindicó a China y Rusia como sus principales amenazas. Además, “sugiere que los Estados Unidos también podrían considerar la ampliación a las naciones de Europa Oriental y Central de compromisos de seguridad similares a los otorgados a Arabia Saudita, Kuwait y otros estados árabes del Golfo Pérsico.”[1]

La OTAN y Yugoslavia

Las guerras en Yugoslavia durante la década de 1990 sirvieron como justificación para la existencia continuada de la OTAN en el mundo, y para ampliar los intereses imperiales estadounidenses en Europa Oriental.

El Banco Mundial y el FMI prepararon el escenario para la desestabilización de Yugoslavia. Después de que el longevo dictador de Yugoslavia, Josip Tito, muriera en 1980, se desarrolló una crisis de liderazgo. En 1982, funcionarios de política exterior estadounidense prepararon un conjunto préstamos del FMI y el Banco Mundial, dentro de los recién creados Programas de Ajuste Estructural (PAE), para manejar la crisis de los $ 20 billones de deuda norteamericana. El efecto de los préstamos, en el marco del PAE, fue que “causaron estragos económicos y políticos… La crisis económica amenazó la estabilidad política… así como también amenazaron con agravar las tensiones étnicas.” [2]

En 1989, Slobodan Milosevic se convirtió en presidente de Serbia, la más grande y poderosa de todas las repúblicas yugoslavas. También en 1989, el primer ministro de Yugoslavia, viajó a los Estados Unidos para reunirse con el presidente George H.W. Bush, a fin de negociar un nuevo paquete de ayuda financiera. En 1990, comenzaron los programas del Banco Mundial y el FMI, y los gastos del Estado yugoslavo se fueron hacia la amortización de la deuda. Como resultado, los programas sociales fueron desmantelados, la moneda fue devaluada, los salarios congelados, y los precios subieron. Las “reformas impulsaron tendencias secesionistas que se alimentaban de los factores económicos, así como de las divisiones étnicas, garantizando prácticamente la separación de facto de la República”, que condujo a la secesión de Croacia y Eslovenia en 1991 [3].

En 1990, la comunidad de inteligencia de EEUU publicó un Estimado Nacional de Inteligencia (NIE), prediciendo que Yugoslavia se desmembraría, estallaría en una guerra civil, y el informe echaría la culpa al presidente serbio Milosevic por la desestabilización que vendría. [4]

En 1991, estalló

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