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La importancia de enseñar historia


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2015  •  Documentos de Investigación  •  2.658 Palabras (11 Páginas)  •  194 Visitas

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Contenido

Introducción: Los fines generales de la historia como materia educativa        2

Análisis sobre las corrientes  historiográficas        4

ESCUELA POSITIVISTA        4

ESCUELA HISTORICISTA        6

ESCUELA MARXISTA:        7

ESUELA DE LOS ANNALES FRANCESES:        7

Ámbitos de estudio de la historia        9


Introducción: Los fines generales de la historia como materia educativa

Enfoque didáctico de la Historia según los planes y programas 2011 afirma que se debe trabajar para que los alumnos analicen el pasado para encontrar respuestas a su presente y entender cómo las sociedades actúan ante distintas circunstancias.

 La historia contribuye a entender y analizar el presente, planear el futuro y aproximar al alumno a la comprensión de la realidad y sentirse parte de ella como sujeto histórico. La historia permite hacer del aprendizaje un proceso de construcción permanente, tanto personal como social, por medio del desarrollo y fortalecimiento de los valores para la convivencia democrática, la identidad nacional y el legado histórico de la humanidad. Para el logro del enfoque es importante considerar el desarrollo del pensamiento histórico.

Herodoto Historiador griego, para él la Historia era un recuento riguroso de los hechos, narrando las causas que provocaban las guerras que vivieron en su momento histórico. El objetivo de su obra era dejar testimonios para que no se cayeran en el olvido.

Así pues, la Historia se convierte en una recopilación de información, narrada para que sirva a las futuras generaciones, otorgándoles al ser humano la capacidad de discernir sobre los acontecimientos.

La enseñanza de la historia es importante por ser la memoria de la humanidad que nos introduce en la evolución de la civilización y  los logros del género humano. Este saber ha acompañado a los hombres desde el despegue de su vida, y la memoria de sus experiencias y descubrimientos permite la acumulación del conocimiento y su avance continuo. A medida que la vida y la cultura de los seres humanos se hicieron más complejas, el registro del pasado también se transformó

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Como ciencia, la Historia tiene un ámbito de estudio que no es el pasado en sí, ya que este es inexistente e inaprehensible. Su campo de estudio lo constituyen las “reliquias del pasado”, el conjunto de restos y vestigios del pasado que perviven en el presente bajo diversas formas. Al trabajar con estas reliquias, el conocimiento no es el pasado, sino una parte fragmentaria y parcial del pasado.

El estudio de la historia desde edades tempranas es un excelente medio para desarrollar el intelecto y habilidades, tales como clasificar, comparar, analizar, describir, inferir, explicar, memorizar, ordenar las ideas.

La función como materia idónea para formar y educar a niños y jóvenes, en enseñar y aprender a realizar análisis, despertar la curiosidad, la exactitud o el deseo de alcanzar la verdad, por eso debe ocupar un lugar en el currículo educativo general.


Análisis sobre las corrientes  historiográficas

 ESCUELA POSITIVISTA

El concepto positivismo surgió de los trabajos de Augusto Comte, quien dividió la historia de la humanidad en tres estadios diferentes y el tercero era el positivo, caracterizado por lo certero, real y preciso, de ahí que esta corriente de pensamiento historiográfico esté en la búsqueda permanente del dato cierto, real, útil y preciso.

El positivismo postula la idea de progreso como definición del devenir histórico. Concibe a la historia por etapas que van de la barbarie hacia el desarrollo; donde cada una es mejor que la anterior; y concibe el tiempo unilinealmente y no reconoce retrocesos.

Postuló que el investigador debía estar alejado temporal y anímicamente del objeto de estudio para estudiarlo objetivamente; explica que el historiador no puede ni debe interpretar sino solamente acumular datos para describir objetivamente el suceso. Su intención era encontrar el dato puro y construir leyes históricas.

El positivismo es el responsable de dotar a la historiografía de su primer método para darle carácter científico. Sus principales representantes son Leopold von Ranke, Jules Michelet, Denis Fustel de Coulanges. Su origen se ubica en los inicios del siglo XIX en Francia, aunque fue en la actual Alemania, donde tuvo muy importantes representantes.

Sus fundadores Comte y Henri planteaban la necesidad de investigar y observar empíricamente el fenómeno social y luego debía ser interpretada en cómo debería ser la sociedad de su tiempo. Inicios del siglo XVII – XIX.

SE DIVIDE EN 3 ESTADOS:

Estadio Teológico: Fuerzas sobrenaturales crean los fenómenos. Se encuentra el Fetichismo: culto a objetos, El Politeísmo: culto a varios dioses y Monoteísmo: a un solo Dios

Estadio Metafísico: aquí las fuerzas abstractas sustituyen la divinidad para explicar las causas y los propósitos de los fenómenos. Se relaciona con la monarquía.

Estadio Positivo: Hay leyes abstractas y concretas. Las primeras en modo empírico y las segundas en teoría. No se reconocen las causas ni esencias de un fenómeno.

Considera que hay dos tipos de épocas en la historia:

Las críticas: son necesarias para eliminar las fosilizaciones sociales.

Las orgánicas: donde el hombre no es una entidad pasiva dentro del acontecer histórico, sino que siempre trata de descubrir modos de alterar el medio social dentro del cual vive, dichas alteraciones se imponen como indispensables para el desarrollo de la sociedad cuando funciona ésta según normas no correspondientes. No se puede decir en absoluto que existen normas sociales convenientes a toda organización humana; lo que para una época puede ser adecuado, para otra no. Así sucede para con la sociedad industrial moderna.

Para Saint-Simon es engañoso suponer que las clases deben ser niveladas o que deben mantener la estructura de anteriores épocas, durante las cuales dependía de la jerarquía, pero se mantenía cuando menos en lo que concierne a la moral y a las creencias religiosas, una cierta igualdad. Dice que esta igualdad es imposible: "la moral y los sistemas de ideas deben ser diferentes para cada una de las clases fundamentales de la nueva sociedad industrial moderna". (Ramírez, Pág. 10 , 2000)

Saint-Simon atribuyó el poder temporal a los industriales (propietarios, técnicos y campesinos) y el espiritual, a aquellos a quienes encomendaba la elaboración de un sistema llamado Nuevo Cristianismo basado frente a los preceptos negativos desarrollados por el catolicismo, protestantismo y otras religiones en leyes positivas afirmadoras del desarrollo del trabajo. Dicho sistema tenía como núcleo fundamental: la idea de fraternidad, que conducía a la concepción de una sociedad mundial libre, es decir, una sociedad universal continuamente dedicada a la producción y en la cual la Iglesia pudiese ser sustituida por el taller.

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