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La independencia de México fue una lucha armada y una confrontación de ideas


Enviado por   •  5 de Febrero de 2014  •  Tutoriales  •  5.537 Palabras (23 Páginas)  •  619 Visitas

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La independencia de México fue una lucha armada y una confrontación de ideas.

La necesidad de darle a México nuevos cambios, nueva vida, las alianzas entre criollos y peninsulares, el arribo de Agustín de Iturbide (1783-1824), político, militar y primer emperador de México, la aparición de las logias masónicas, las pugnas entre liberales y conservadores, entre otros elementos, son fundamentales durante el periodo, y determinantes dentro de esta separación; la del México independiente que todos anhelaban.

Al consumarse la Independencia, la nueva nación que surgía tenía que superar la anarquía económica que había dejado la guerra. Se necesitaba establecer un nuevo orden político que permitiera crear bases para un desarrollo político, económico y social que posibilitara al país incorporarse a la economía mundial, que a cada momento se hacía presente en la frontera norte de México.

La destrucción de caminos y puentes, el alza de precios, la falta de moneda circulante y una población disminuida por la guerra, epidemias y hambre eran la herencia de una década de lucha.

Con frecuencia, los jefes del ejército dominaban y/o expresaban la voluntad de las facciones políticas mediante acciones de fuerza que ocasionaron permanente inseguridad y caos. Ante esta situación, se perfilaron dos grupos: los conservadores, quienes defendían los privilegios de la Iglesia, de las corporaciones civiles y militares, y los liberales, los cuales se manifestaban en contra de dichos privilegios. Los liberales, por medio de las leyes, trataron de limitar los abusos reafirmando la autoridad del gobierno sobre tales corporaciones.

LA FORMACIÓN DE TRES GRUPOS EN EL CONGRESO

Monárquico (proyecto borbonista)

Los borbonistas creían que era necesario mantener su petición a Fernando VII para que aceptara el cargo de emperador de México. Los antiguos peninsulares, que radicaban en México, pensaban que ésta era la única opción para mantener la unidad de la nación, es decir, manifestaban abiertamente su simpatía por la monarquía constitucional.

Como sabían que Fernando VII muy difícilmente vendría a gobernar México, proponían el advenimiento de un príncipe europeo, de preferencia de la Casa de Borbón. Los partidarios de la forma republicana de gobierno y herederos de los insurgentes, Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria entre otros, ante la evidente actitud de Agustín de Iturbide por acceder al gobierno, consideraron más peligrosa una monarquía encabezada por éste que la del príncipe invocado por los borbonistas y, por eso, se les unieron momentáneamente.

Imperial (Agustín de Iturbide)

Los iturbidistas, apoyados por los militares, el clero y los criollos ricos, buscaban la posibilidad de designar a un mexicano como emperador; consideraban a Agustín de Iturbide como la persona ideal para el cargo.

Mientras Iturbide, presidente de la Junta Provisional y de la Regencia, organizaba la estructura política de la naciente monarquía todavía sin monarca, llegó la noticia de que el gobierno español declaraba nulos los Tratados de Córdoba y, por lo tanto, desconocía la Independencia de México.

Esto generó un fuerte rechazo contra la población peninsular. Aprovechando la situación, el grupo de iturbidistas exaltó los ánimos del pueblo a favor de la elección de un monarca mexicano y, no habiendo candidato más propicio, se designó al propio Agustín de Iturbide.

La noche del 18 de mayo de 1822, Iturbide fue nombrado emperador de México. Al día siguiente, el Congreso aprobó su proclamación y le asignó el título de Agustín I. Sin embargo, desde que había ocupado la Regencia, Iturbide enfrentó serias discrepancias con el Congreso.

A partir de la instauración del Imperio, que se prolongaría hasta abril de 1824, sus dificultades aumentaron al extremo de que dos meses después de su ascenso al trono el emperador decidió disolver el Congreso.

En esos tiempos la situación económica del país se agravó debido, por una parte, a los gastos de la corte imperial y, por otra, a que el nuevo gobierno exigió contribuciones y préstamos forzosos, prohibió la salida de capitales al extranjero, confiscó grandes sumas de dinero a los comerciantes españoles y comenzó a emitir papel moneda.

Estas condiciones adversas hicieron que la caída de Iturbide fuera inminente. Sólo faltaba que se diera un golpe de Estado. Por otra parte, los antiguos insurgentes pensaban que se debía cambiar la monarquía por un gobierno republicano.

Republicano

Así que como tercer alternativa se encontraban los republicanos, quienes pretendían establecer un gobierno federal que garantizara la conformidad de todos los mexicanos (representados, entre otros, por Vicente Guerrero). Ellos pugnaban por una mayor participación del pueblo en la designación de las autoridades del país.

El movimiento para el establecimiento de la república fue iniciado en Veracruz por Antonio López de Santa Anna, un militar cuya figura habría de cubrir una extensa época de la historia de México.

El joven Santa Anna, antiguo oficial realista, fue inicialmente partidario del Plan de Iguala y, después de la instauración del imperio, se levantó en armas a finales de 1822 exigiendo la reinstalación del Congreso. Los generales Nicolás Bravo y Vicente Guerrero secundaron el movimiento, mientras que Guadalupe Victoria hacía lo mismo en Veracruz. Al no poder derrotarlos, Iturbide se vio precisado (marzo de 1823) a reinstalar el Congreso. Éste inició sus trabajos en abierta oposición al emperador quien, finalmente, renunció al gobierno de México y salió del país. Después de la caída de Iturbide, el Congreso constituyó un organismo gubernamental de carácter provisional, llamado Supremo Poder Ejecutivo.

Como los jefes de algunas provincias se negaban a obedecer al nuevo gobierno, el país estuvo a punto de fragmentar su territorio en entidades políticas más pequeñas. Tal fue el caso de las provincias de Centroamérica que en enero de 1822 se habían incorporado al Imperio Mexicano, pero que en julio del siguiente año se declararon independientes. Por otro lado, Chiapas se reintegró a México en 1824 y Yucatán, uno de los estados de ideas separatistas, ponía como condición la implantación del sistema federal para mantenerse unido a México.

Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero firman el Plan de Iguala, estableciendo lo siguiente:

 La

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