La sombra

EN SOMBRAS

Oscuridad, presencia misteriosa, te posas alos pies de tu elegidos como buitres,¿por qué me escogiste a mi de entre tantos hombres? Y sus delirios, cautivos de mi mismo y mis sentidos. El amor es una utopía para mi alma despues de sufrir el escalofriante encuentro de tu nombre.

Desde muy joven me gustaban las historias vampíricas admiraba a esas terribles criaturas exiliadas, me fascinaba el misterio de sus rostros pálidos, sus ojos hipnoticos, la altivez de sus cuerpos seductores y su inmortalidad, sin embargo dicha obsesion sobrepasaba los limites nomarles  y se convertía en un anhelo, un deseo repugnante, una tortura interna que cada instante se apoderaba  de mi ser.

Una tarde me dirigí hacia ala biblioteca para averiguar más sobre el vampirismo y sus perennes preguntas, puesto que era un estudiante curioso y despierto con una genialidad innata para dicifrar enigmas a leer entre líneas los mensajes literarios. Afortunadamente logré encontrar un libro que parecía ser notablemente interesante "la Reina  de los condenados" de la autora Anne Raise; me semergí en la lectura como un buceador en el fondo del mar. Repentinamente sentí que el hielo de la tarde enfriaba el ambiente , habia quedado solo en la biblioteca leyendo el libro atónito con cada palabra escrita, atraido por la oscura personalidad de cada personaje. Las horas pasaron rapidamente al leer el libro , note que mi profundo anhelo era conocer a un vampiro real.

Salí de la biblioteca pensando y divagando, dominando por los deseos malévolos de mi curiosa alma. La noche se precipito y mi codicia se hacia cada vez mas mayor, no importaba  si fuese el mismo diablo, ni la misma muerte, mi espiritu solo queria ahondarse en los misterios del terror. Mis pensamientos se hicieron profundos, tan profundos que me perdi en el paso del tiempo y el espacio, quede hechizado por mi propia incertidumbre, hasta que mis pasos sr tornaron confusos Repentinamente advertia que una voz llamaba mi nombre de forma hipnotica y abrazadora que se adueñaba de mi cuerpo y de mi voluntad ; ademas inexplicablemente guiaba mis pasos, cuando tome conciencia, me hallaba en un lugar lejano y desertico, muy lejos de mi hogar.

Un terrible remolito cubierto de niebla negra sacudió mi cuerpo, elevándolo por los aires, golpeandolo tempestuosamente contra el suelo, llevándome involuntariamente hacia una gruta parecia a una cueva, el viento paró tempestuosamente en aquel extraño lugar, a continuacion de la penetrante ascuridad sobresalio la figura  de la mujer que me llamaba sensualmente, poseia una figura de terrible belleza, que mostraba sus senos redondos y muy bien formados, tapada únicamente con una túnica negra.

— Henry Miller, pude escuchar el llamado de tu agónica alma que sucumbe ante la mortalidad, tu deseo fatuo de alzanzar la gloria de la vida eterna de sobrepasa los limites que te impone la muerte.

-¿Usted es lo que creo que es? - le pregunté asombrado usted reprrsenta la belleza de la oscuridad, la verdad que siempre quise escuchar.

- No dudes de mi nombre, yo soy Vampiría, la reina condenada, la primera en probar la sangre castigada por Dios

- Dime si tu encuentro es un simple sueño, una burla que domina mi mente, o si eres real mi eterna Diosa, pues si es asi fuera, te idolatraria, te enttegaria mi inmunda carne humana.

- Henry Meller, hece mucho tiempo fuiste escogido por mi, por eso te llamé de entre los mortales, por que senti tu afliccion y ahora tu anhelo se hará realidad.

Se aproximó, mirándome tenazmente, penetrandome por dentro con un juego ardiente, acaricio mi rostro con sus manos blancas, acercó sus dientes clavándome fuertemente sus colmillos en mi cuello.

El placer fue inmenso como el agua dulce cuando estás sediento, como el mejor orgasmos, todos las sensaciones lujuriosas hervian en mi sangre, la maldad se apoderó de cada resquicio y al fin pude sentir  lo que siempre quise; el poder, la vanidad, la fuerza y el misterio se llamaban finamente dentro de mi mismo.

La metamorfosis de mi cuerpo fue increiblemente pervesa, como si un demonio lo hubiera eaculpido con un cincel. Mi vision cambio, la noche parecía tener otra forma, veia imágenes catastrófica perderse en el aires, rostros indelebles de seres demoniacos, la noche parecia hablar otro lenguaje. Luego un dolor agudo como si un cuchillo perforara mi cuello, me quemaba y ardia en mi interior.

Brutalmente cai en um sueño muerto; por unos segundos me halle en el limbo, flotando inerte. Desperte dentro de la cueva completamente desnudo como un bebé recien nacido olvidado instantáneamente de dondé venia, tan solo recordaba mi nombre y los dientes en mi garganta. Confudido y sediento, estaba en la total oscuridad pero podía ver perfectamente tanto como si fuera la luz del dia.

- No te sustes Henry Miller,  eres un vampiro recien nacido, ahora nos perteneces -me dijo Vampiría quien se hallaba acompañada con dos hermosas mujeres.

Las dos mujeres se acercaron ofreciendome placeres carnales, con una seduccíon netamente diabolica y exquisita, rodearon mi cuerpo mordieron mi vientre, me tocaban mi sexo, estaba perdido en sus ojos demenciales, nos entrelazamos poseidos por una pasíon infernal que es imposible dr describir, mientras Vampiría miraba la escena excitada bordeando su lengua por sus labios, disfrutando la entrega de mi carne ala malefíca lujuria del sexo plenamente enmohecido por el mal y delicioso como una fruta madura, sin embargo los gemidos se tornaban moustrosos como el sonido de la cascabel que está punto de morder a su presa, mi alma visualizo el dolor de todas las victimas de aquellas vampiras, la.sangre brotaba de mis labios y de todo mi cuerpo, se secaban mis huesos, se extinguian mi sangre y se oprimia mi pecho. El placer se torno molesto, repudiable incluso siniestro. Luego se produjo un orgamo mezclado con la muerte.

- ahora estás  preparado, mi querido Henry Miller. Ahora eres un no muerto, un ser sin corazón que todavía tiene vida. Tal como lo anhelabas eres un "vampiro real".

-¿Qué debo hacer?, venerable dama oscura, quiero explotar mi nueva forma -dije todavia estremecido por la sensacion de placer.

-Debes tener paciencia, pronto nos sorprenderá el amanecer, debemos sellar la cueva, mañana conocerás el sabor y el deleite de la sangre humana.

Me trajeron un ataúd negro y una vestimenta bastante extraña, donde pasé mis dias, condenado a no mirar al sol; sin embargo, en lo mas profundo de mi interior, parte de mi humanidad no habia muerto, note que el amanecer para mí se convertíria ennun misterio , el color del sol un recuerdo y todo lo que alguna vez disfruté quedaba en el pasado; en realidad parecí inmortalmente.

...