Las herejías medievales y la inquisición
BlanqapAUTrabajo20 de Octubre de 2014
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LAS HEREJÍAS MEDIEVALES Y LA INQUISICIÓN.
Entre los siglos XI-XV la cristiandad europea estuvo invadida por numerosos y diversos movimientos heréticos, los cuales han de ser considerados como una forma de interpretación y una actuación particular de la religiosidad del tiempo. Estos movimientos son considerados heréticos en cuanto que siguieron experiencias religiosas que no sólo hacían de menos a la Iglesia Católico sino que en muchas ocasiones se contraponían a ella constituyéndose una organización propia.
Las herejías presentan sugestiones interesantísimas para la comprensión de la mentalidad medieval. Más que la ortodoxia de estos movimientos interesa hoy el estudio de sus orígenes y de sus motivaciones. Son considerados en un visión más amplia que otros fenómenos paralelos como puede ser la afirmación de una sociedad comunal y la aversión contra ciertas evoluciones en la vida de la propia sociedad.
Los movimientos heréticos de la Edad Media eran substancialmente movimientos laicales. Sus herejías no son intelectuales, sus doctrinas son en general simples, muchas veces sin ninguna reflexión sistemática, no pudiendo ser parangonadas con Lutero o Calvino, por ejemplo. Son más bien una forma del despertar de los laicos medievales. Gregorio VII había instigado a los laicos a rebelarse contra los enemigos del papado reformado (recordemos por ejemplo la Pataría Milanesa). De suyo este .impetus religiosus. de los laicos no se pudo suprimir más por la jerarquía. La incomprensión de los deseos religiosos de los laicos por parte de la jerarquía condujo e el XII a la formación de movimientos religiosos que sólo en parte constituían una orden religiosa, aunque incluso ciertas herejías están próximas a las órdenes religiosas.
En parte se distinguen de la Iglesia sin estar al comienzo de la herejía. El momento histórico del fenómeno, el gran número de los movimientos o grupos, la complejidad misma de las corrientes y de las tendencias hacen difícil incluso una simple caracterización de las herejías medievales.
Un historiador italiano que se ha ocupado de este fenómeno, el P. Hilarino de Milán, ha distinguido dos tipos de herejías medievales
· El Evangelismo Ascético: Estos movimientos se dirigen a la imitación directa de Jesucristo y de los primeros discípulos. Forman parte de esta corriente los grupos evangélicos-pobres, que sostenían la necesidad de una vuelta a la pobreza de la vida evangélica y que se sustraían de la vigilancia de la Iglesia de la que contestaban el laicismo moral y la riqueza. En estos grupos se contestaba también la .Donación de Constantino. como símbolo de una Iglesia demasiado implicada en los asuntos políticos y feudales. En este grupo se sitúan los Valdenses.
· Los Movimientos Doctrinales: A la base de su experiencia religiosa estaría un complejo doctrinal o un principio teológico-filosófico. Representantes de este grupo serían los Cátaros.
Para el profesor esta división de las herejías es demasiado esquemática. El Evangelismo Ascético no era adogmático, y los Movimientos de tipo Doctrinal eran atrayentes propiamente por su vida ejemplar evangélica.
1. Las herejías del Imperio Bizantino.
Son fundamentalmente dos: los Pauliciani y los Bogomili.
Los Pauliciani aparecen por primera vez a mediados del VII en Armenia Con, una provincia del Imperio Bizantino de confín, la Anatolia central actual. El nombre de la secta deriva de Paulo el Armenio que guiaba el movimiento desde el 688-718, sin ser su fundador. Es más un movimiento bizantino que armenio, extendido entre la oblación rural del este del Imperio. Sólo podemos reconstruir su doctrina a través de tradiciones del IX, según las cuales los Pauliciani enseñaban un dualismo radical
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