Los Borgia Temporada 1

Temporada 1

Los Borgia. Una serie que se sitúa a finales del siglo XV, comienzos del XVI, en el auge de su poder y gloria; ya que esta familia de extranjera en el Vaticano por ser de origen valenciano.

Rodrigo Borgia, fue sin duda un hombre fascinante, inteligente y con una gran visión de futuro, hablando así de este hombre, no se asemeja a la visión pérfida, que ha dejado en la "Historia" de él y su descendencia. Pues son bien la representación de los vicios, y perversiones imaginables, haciéndoles culpables de toda la red de corrupción de la época, y a pesar de esta leyenda negra que rodea a la familia Borgia estos no eran una excepción dentro de la sociedad renacentista italiana de su época. Cuando hablamos del pasado y lo juzgamos con los criterios de nuestra época cometemos un error, porque los actos de los hombres siempre hay que vincularlos con el marco social en el que tienen lugar y en el Renacimiento italiano el asesinato era un instrumento más de la política y en cuanto al sexo, tampoco era una excepción dentro de la Iglesia de su tiempo, como se muestra a lo largo de la serie. Hablo de esta manera, porque los pecados de los que sin duda eran culpables estos Borgia, eran comunes en todas las familias nobles italianas. En Europa, existen básicamente dos superpotencias en ciernes de un lado España y del otro Francia, la partida política es intensísima, además en la península itálica, no existe la hegemonía de un único estado, se trata de un conjunto de estados, cada cual dirigida por una familia noble italiana, en este marco las alianzas políticas se manifiestan vitales.

Tenemos que tener en cuenta que la Italia del siglo XV es un hervidero de luchas por el poder entre diferentes familias como los Sforza en Milán, los Medici en Florencia o los Colonna y los Orsini en Roma.

El siglo XV también es el siglo del Renacimiento, cuando pintura, escultura y arquitectura parece despertar de un largo sueño de siglos, en la que se inventa la imprenta y comienzan a difundirse los libros. Es una explosión cultural y vital de enorme fuerza, pero también es una época de violencia y excesos en muchos aspectos de la vida.

La serie da apertura con el Papa Inocencio VIII moribundo, y una serie de cardenales a su alrededor, Colonna, Sforza, Orsini, Borgia y Della Rovere; Inocencio VIII ante su inminente muerte, se muestra afligido ante la corrupción existente, en Roma, y por ende en la Iglesia Católica. Todos los cardenales juran que reformaran la Santa Madre Iglesia Católica.

En el cónclave que sucedió a la muerte de Inocencio VIII los favoritos eran Ascanio Sforza, de la poderosa familia milanesa de los Sforza, y Giuliano Della Rovere. Como no lograba ninguno de los dos candidatos la mayoría, Rodrigo actuó con rapidez y a través de los sobornos consiguió su nombramiento como nuevo papa Al propio Sforza le prometió ser canciller de la Iglesia mientras que a los Colonna y Orsini les entregó diversas propiedades.

Mientras en Roma, no haya un Papa electo, la ciudad es insegura; reina la anarquía, esto sin duda, es lógico, ya que todos los altos dignatarios, de la Iglesia se hayan reunidos, y no existe una cabeza visible de la Iglesia y por extensión, del gobierno de Roma. Vemos a Cesar Borgia, que ha atravesado toda la ciudad hasta el Vaticano, para reunirse con su padre, del cual recibe las instrucciones oportunas para que la elección les sea favorable, haciendo uso de simonía .

El siguiente plano, se remarca el profundo odio, de la nobleza romana a esta familia extranjera, Juan Borgia quien después de un cruce de "lindezas" con un romano, se bate con espada con él. Justo a tiempo y cuando, parece, que su suerte está echada, aparece su hermano Cesar para salvarle, se muestra como las asperezas que existen entre los hermanos, algunas veces son limpiadas por el bien de la familia.

Volviendo, al desarrollo de la trama principal del capítulo, Versucci, Piccolomini y Sanso, reciben sobornos a través de la comida, es de alabar como los Borgia son capaces de comunicarse con los obispos corruptibles, ya que el conclave era a puerta cerrada y la metáfora de la escena cuando uno de ellos, chupa con gusto y placer el pergamino, en el que se le ofrece el soborno. Sin duda, la realidad histórica seguramente difiera, veo más verosímil el mercadeo, entre los propios obispos, charlando entre ellos de esto y aquello. Habría que preguntarle, algún político de hoy, cuál es el modus operandi, ya que por desgracia, todavía no me han intentado sobornar.

Una vez designado Papa, se ha de constatar, de que él elegido fuera varón, para ello, un mancebo comprobaba la existencia de los testículos delante de todos los integrantes del conclave . Tras la coronación, en la soledad con los monaguillos, y Cesar, Alejandro VI tiene un arranque de sincera humildad, esta decisión del realizador, me parece muy adecuada ya que aun siendo unos hipócritas consumados, con respecto a los principios cristianos, no se puede negar

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