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Los Gobiernos De Menem

klary_1515 de Mayo de 2014

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1° y 2° GOBIERNO DE CARLOS SAUL MENEM

ASPECTOS ECONOMICO, POLITICO Y SOCIAL

Génesis del menemismo: "Del triunfo eleccionario al Swiftgate" (1988-1991)

LLEGADA DE MENEM AL PODER

El año 1989 fue bastante particular para el país, por un lado, había un clima de enorme expectativa por las elecciones que se realizarían en el mes de mayo, para elegir al sucesor del Gobierno, ya totalmente desacreditado de Alfonsín. El otro aspecto clave fue la hiperinflación, que se desató luego de la devaluación del Austral (la moneda del país durante el período comprendido entre los años 1985-1991), realizada en febrero de ese año, y que supuso la pérdida del poder adquisitivo para aquellos ahorristas que habían invertido en el sistema financiero utilizando la moneda local (por ejemplo en el caso de los plazos fijos). Esto además supuso un período de aumentos drásticos del dólar y consecuentemente de los precios. Esta situación llevó a la economía a su descontrol, ya que los índices inflacionarios se dispararon. Llegando en el mes en el que se desarrolló el acto eleccionario ser del 78,4%.

Este contexto, en el cual la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores hacía crecer la pobreza, le permitió a Menem triunfar en los sufragios obteniendo el 47,49%.Cabe destacar que el eje de la campaña del hasta entonces gobernador de La Rioja fue la promesa de un salariazo acompañado de un proceso de revolución productiva.

El traspaso presidencial estaba previsto para el 10 de diciembre de ese año, sin embargo ante los problemas de conflictividad social (ola delictiva, saqueos, etc.), Alfonsín no tuvo otra alternativa que adelantar el cambio de mando, por lo que este se produjo el 9 de julio.

MENEM EN LA PRESIDENCIA, PRIMEROS AÑOS E INFLUENCIA EXTERNA

Nos ubicamos a principios del "89, el lugar: Washington D.C., capital de los Estados Unidos. Aquí se reunieron los representantes del Departamento de Estado del país norteamericano, del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional (FMI de aquí en más), los ministros del en ese entonces llamado G-7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia), y los presidentes de los bancos privados más poderosos del Mundo. Estos llegaron a un acuerdo conocido como "Consenso de Washington". Este establecía:

Disciplina presupuestaria (los presupuestos públicos no pueden tener déficit);

Reordenamiento de las prioridades del gasto público (reducir gastos destinados a la salud y la educación;

Aumentar la recaudación impositiva;

Liberar el Sistema financiero;

Un tipo de cambio de la moneda competitivo;

Liberalización del comercio internacional (disminución de aranceles);

Eliminación de las barreras a las inversiones extranjeras directas;

Privatización (venta de las empresas públicas y de los monopolios estatales);

Desregulación de los mercados;

Protección de la propiedad privada.

Estas "sugerencias" fueron conocidas como "postulados del Consenso de Washington", y aquellos países que no cumpliesen con estos aspectos, no recibirían ayuda de los organismos internacionales de crédito. Estas ideas, además, eran la síntesis de la llamada "Economía de libre mercado" o neoliberalismo económico.

Menem asumió en un contexto desastroso: inflación mensual de tres dígitos, cambio compulsivo de dólares por australes, saqueos, salarios reales bajísimos, violencia social y niveles record de pobreza. Ante este contexto, y con la necesidad de un cambio urgente, Menem aprovechó su oportunidad, y aduciendo que la única posibilidad de mejorar la situación era entrar en "la economía popular de mercado", avalando la apertura del país hacia el Nuevo Mundo Globalizado, y pregonando las privatizaciones como la manera de terminar con el déficit fiscal. En otras palabras, comenzó a hacer suyas las políticas sugeridas en el consenso de Washington. De esta manera, Menem designó sucesivamente en el Ministerio de Economía, a dos de los más importantes ejecutivos de Bunge y Born, Miguel Roig (quien falleció a poco de asumir en su cargo), y Néstor Rapanelli. A su vez tejió alianzas con Álvaro y María Julia Alsogaray, quienes durante años habían pregonado una política privatista.

De esta manera, poco a poco, Menem se iba apartando de sus promesas electorales de campaña, características del peronismo tradicional. A su vez, Menem también designó a alguien que resultaría clave en los años posteriores, Domingo Cavallo asumió como Canciller. Cavallo era uno de los hombres clave en el gobierno; su presencia era vital en el gabinete, ya que contaba con una imagen muy favorable entre los bancos y el FMI tras haber estatizado la deuda privada en tiempos de la dictadura militar. De hecho, había sido el propio Cavallo quien había sugerido a los organismos internacionales de crédito que limitaran sus préstamos al por entonces gobierno de Raúl Alfonsin.

Los dos años iniciales en la gestión Menem tuvieron el claro objetivo de sacar al país de la crisis inflacionaria y de inestabilidad. Para ello, y ante la falta de oposición del radicalismo en el congreso, Menem envió los proyectos de ley de Emergencia Económica (que contemplaba una serie de recortes en el gasto público y permitía despedir empleados estatales) y Reforma del Estado (que establecía la metodología con la que se transferirían las empresas estatales a grupos privados). A su vez, a través de Rapanelli, se impusieron una serie de ajustes y congelamiento de precios y una devaluación. Estas medidas en conjunto resultaron de "shock" y permitieron palear la inflación por un lapso muy breve. Sin embargo al poco tiempo los precios se dispararon nuevamente, y se entró en una nueva hiperinflación (que duró hasta marzo de 1990), y que supuso el fin del plan BB y la asunción de un tercer ministro de economía en tan solo (seis) meses: Erman González.

El nuevo ministro, anunció la eliminación en las restricciones cambiarias, la suspensión en los controles de precios y la creación del llamado "Plan BONEX" que consistió en el canje de los plazos fijos a bonos con fecha de vencimiento en 1999, a un valor muchísimo menor que lo que había sido depositado. Esta medida perjudicó en gran forma a los pequeños y medianos ahorristas, y además provocó una fuerte recesión que incluyó la cancelación de los créditos bancarios, y una serie de medidas restrictivas por parte del Estado.

Paralelamente a estas medidas, se produjeron las primeras ventas y concesiones de empresas estatales al sector privado. Estas fueron las de ENTEL, Aerolíneas Argentinas, los canales de televisión, los ferrocarriles y la concesión de áreas para la explotación petrolera de empresas multinacionales.

Luego del final de la hiperinflación, hubo un cierto período de calma con índices no mayores al 15% mensual. Sin embargo, el precio del dólar que había sido liberado, comenzó a declinar, y el déficit aumentó, obteniendo como resultado una corrida contra el austral a principios de 1991.

En medio de todos estos hechos, el 3 de diciembre de 1990 se produjo el último alzamiento militar "carapintada". Durante el cual los rebeldes tomaron numerosos objetivos, incluso el Edificio Libertador, lugar donde opera el Estado Mayor del ejército. Menem, aprovechando la posibilidad para demostrar que no iba dar lugar a las negociaciones como sí había hecho su predecesor, ordenó reprimir a los sediciosos. Orden que fue llevada a cabo por quien luego sería el Jefe del Ejército, Martín Balza. Si bien hasta hoy no están del todo claras las razones por las cuales se produjo el alzamiento, muchos especulan con que se debía a la visita de George Bush al país para incluir a Argentina dentro del modelo neoliberal, ya que los carapintadas tenían una tendencia nacionalista, y no estaban de acuerdo en incluir a Argentina en el proceso de Globalización, querían evitar que esto sucediera.

Sumado a este hecho, semanas más tarde, el 28 de diciembre, Menem dictó el indulto a las cúpulas de las Fuerzas Armadas que se encontraban en prisión por los crímenes cometidos durante la última Dictadura militar.

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Durante este tiempo cobró notoriedad el primer hecho de corrupción, de los tantos que se harían públicos durante la década. El hecho conocido como "Swiftgate" o caso Swift consistió en un pedido de coimas por parte de funcionarios argentinos a la empresa norteamericana, que recurrió al embajador estadounidense Todman y que movilizó al presidente de dicho país George Bush. Este hecho hizo que el presidente Menem, de relación cercana al país norteamericano, generase una renovación en su gabinete. En este contexto, Cavallo asumió el rol de Ministro de Economía, y Guido di Tella en el de Relaciones Exteriores.

Este sería el comienzo de la profundización del modelo neoliberal y del fin del problema inflacionario en el país.

Auge del menemismo: "de la convertibilidad a la reelección" (1991-1995)

EL REACTIVAMIENTO ECONÓMICO

En 1991 con el cambio de gabinete, resultante del primer hecho de corrupción que saliera a la luz durante el gobierno de Menem, el ya mencionado Domingo Cavallo había sido nombrado Ministro de Economía. Su objetivo principal debía ser terminar con la inflación, y a partir de ese momento, comenzar con la apertura económica pregonada por el gobierno. Por otro lado, el nuevo Canciller sería Guido Di Tella, quien intentaría mostrar una imagen de Argentina como "país de Primer Mundo",

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