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Luciano De Privitellio - La Politica Bajo El Signo De La Crisis (Resumen)


Enviado por   •  8 de Abril de 2015  •  2.403 Palabras (10 Páginas)  •  2.633 Visitas

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LUCIANO DE PRIVITELLIO.

LA POLÍTICA BAJO EL SIGNO DE LA CRISIS

SEPTIEMBRE DE 1930: LA “HORA DE LA ESPADA”

La columna revolucionaria se integró con grupos de civiles mal armados, convocados por los partidos opositores y algunos diarios como Critica, acompañados por algunos adolecentes y una escasa tropa de línea; los jefes principales Uriburu y Justo, eran militares retirados.

La columna llego hasta la Casa Rosada y se apodero de ella sin que nadie intentara seriamente detenerla; la única excepción fue la resistencia organizada en el Arsenal de guerra por el ministerio del Interior Elpidio Gonzalez junto con los generales Aladid, Mosconi y Toranzo. Pero el arsenal se rindió cuando recibió la notificación de la renuncia del vicepresidente Enrique Martinez.

Según de Privitellio se ha pasado por alto la profunda crisis del yrigoyenismo, que arrastró consigo a su partido y, finalmente al propio régimen institucional. ¿Cómo se llega a esta situación apenas dos años después de la espectacular victoria electoral del radicalismo en 1928?

LA CRISIS DEL YRIGOYENISMO

En 1928 el radicalismo yrigoyenista supero en las elecciones presidenciales ampliamente al radicalismo antipersonalista 840000 votos contra 440000 votos de los antipersonalistas. De esto se perfilaron dos reacciones, en el personalismo la convicción absoluta de su identidad con “la nación”; en la oposición acercamiento a opciones conspirativas junto con un desencanto frente a la “cultura cívica” y la práctica del sufragio.

El radicalismo concibió la reelección de Yrigoyen como un plebiscito, exhibía una vez más una vocación totalizante de la cultura política local con procedimientos, como el plebiscitario, se utilizaban en otros lugares como alternativa a la democracia liberal en crisis. La ley electoral de Saenz Peña había permitido consolidar esta cultura política.

A pesar de la representación de las minorías, la reforma de 1912 no termina de incorporar el pluralismo, la sociedad fue concebida como un bloque único con un atributo también único y determinante: su ideal de progreso. En consecuencia, los comicios no tienen como objetivo manifestar las voces de intereses sociales diversos, sino de representar la voluntad progresista unánime de la nación. La ley electoral amplía el electorado desde una visión que la planteaba como homogénea y estaba llamada expresar el “alma de la nación”.

Los beneficiados de la reforma fue la UCR que fue asociando su propia identidad a la integración ciudadana en la monolítica comunidad política nacional. Otro factor de la “religión cívica” proclamada por el partido es su autoidentificación con una “causa” llamada a desplazar a la clase política anterior a un espacio demonizado del “régimen oligárquico”. Los radicales decían expresar la voluntad única de la nación, Sin hacer recortes sectoriales, como de “clase media”.

Pero la expectativa generada alrededor de la figura de Yrigoyen en 1928 se desgasto a la vez que los datos de la realidad se mostraban diferentes de lo previsto. La crisis económica, incluso antes del crack de Wall Street, provocó aumento de la inflación, descenso de sueldos y disminución del gasto público. Decayó profundamente la adhesión al presidente.

En este clima entre 1028 y 1929 el gobierno inicio un avance sobre la oposición con el objeto de ganar control del Senado. Se intervinieron provincias. La oposición se volcó agresivamente a las calles. En pocas semanas aumento la violencia.

En las elecciones legislativas nacionales se vislumbró la gravedad de la situación. La campaña y los comicios repletos de incidentes, muertos, presiones policiales y fraude. Triunfa la UCR pero con un margen pequeño, y en Capital Federal la UCR pierde con el Partido Socialista Independiente.

El radicalismo había dado la espalda a aquella religión cívica de elecciones transparentes y de mayoría incontrastable. Mientras la oposición coexistía el entusiasmo electoral con la preferencia de una ruptura institucional.

La doble crisis económica y política se ve agravada por la crisis interna por el desgaste de la autoridad de Yrigoyen. El deterioro físico explica en parte esta circunstancia, aunque también hay que tener en cuenta las luchas internas por la sucesión anticipada. Yrigoyen se convertía en el árbitro final.

Esta situación dio el tono a la estrategia conspirativa de civiles y militares conocidas por el gobierno. Ante esto se dieron dos tendencias, la encabezada por Dellepiane que pretendía desarticular las fuerzas conspiradoras y por otro lado la de Martinez la de minimizar la situación y no alterar los ánimos. La decisión presidencial se inclinó por la del segundo grupo.

¿GOLPE O REVOLUCIÓN?

El movimiento del 6 de Septiembre recibió múltiples apoyos. Fue visto por los contemporáneos como una más de las “revoluciones” de origen civil con apoyo militar que constituían la tradición local evocando los movimientos sucedidos en 1890. El objetivo tampoco era novedoso era la restauración de un régimen democrático e institucional que estaría siendo violado por el presidente.

El fenómeno se encuadra en la dificultad de la democracia liberal desde fines de la Gran Guerra. Tenía de original que impugnaba al gobierno afirmando los principios que lo sostenían, la constitución y la reforma Sáenz Peña, no como sucedía en Europa que descartaba globalmente el sistema. La oposición coincidía en el rol pedagógico de la ley electoral y fundamentalmente de los partidos, pero sostenía que la apuesta aún no se había cumplido, la responsabilidad era de la UCR e Yrigoyen por su demagogia.

La UCR también era considerada culpable de males que en otros lugares se le atribuía a la democracia en general, la inoperancia de las administraciones o las votaciones parlamentarias en bloque.

Pero la fuerza de la concepción mayoritaria explica la falta de poder de Uriburu para imponer su visión militarista, además que se configura rápidamente una oposición a el conformada por el Partido socialista Independiente y Conservador de Buenos aires y luego se sumaran los antipersonalistas del interior. Uriburu insiste en imponer una reforma constitucional, lo cual desgasto su poder y posiciono a Justo como posible continuador quien controlaba material e ideológicamente el ejército.

EL EJÉRCITO HACIA 1930

Desde comienzos de los años 20, el Ejército se encontraba en consolidación de una serie de estructuras institucionales, se había formado una poderosa burocracia que controlaba

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