ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Luis XIV un Rey Francés


Enviado por   •  15 de Enero de 2017  •  Informes  •  1.235 Palabras (5 Páginas)  •  428 Visitas

Página 1 de 5

 En el siguiente informe hablaremos sobre Luis XIV un Rey Francés, este monarca fue sucesor de Luis III, conociendo sobre su reinado y la vida que llevo durante su gobierno. Algunas de sus mayores obras y lo que lo ayudo a incrementar el poder sobre Francia. También discutiremos sobre la monarquía, que fue la forma de gobierno más antigua de la humanidad, consagrada por un rey quien se encargaba de llevar todo los regímenes para obtener el poder. Y del porque los monarcas creían que eras descendientes de dioses y que poseían  don divino para gobernar.

Luis XIV nació el 5 de septiembre de 1638 quien también fue llamado el Rey del Sol fue rey de Francia desde el 14 de mayo de 1643 hasta su muerte, con casi 77 años de edad y 72 de reinado. También fue considerado el Rey de la belleza, a quien todos le tenían como modelo. Fue el heredero al trono de Luis XIII y de Ana de Austria, quienes lo concedieron luego de veintitrés años en busca de obtener un sucesor. Incrementó el poder y la influencia francesa en Europa, combatiendo en tres grandes guerras: la Guerra de Holanda, la Guerra de los Nueve Años y la Guerra de Sucesión Española. Algunas de sus grandes obras se conoce, el nuevo y fastuoso Palacio de Versalles, obra de Luis Le Vau, Charles Le Brun y André Le Nôtre. Al trasladar allí la corte en 168, se alejó del perjuicio y las intrigas de París, y pudo controlar a la nobleza. Versalles fue el escenario perfecto para el despliegue de la grandeza y para la sacralización del soberano.

Luis XIV, uno de los más destacados reyes de la historia francesa, consiguió crear un régimen absolutista y centralizado, hasta el punto que su reinado es considerado el prototipo de la monarquía absoluta en Europa.

Al morir Luis XIII, se decretó que Luis XIV aun con la minoría de edad que sería el encargado de dirigir el reino, reduciendo así el poder de su esposa Ana de Austria, ya que no confiaba en su habilidad en el trono. No obstante, tras la muerte de Luis XIII y el progreso al puesto de rey, Luis XIV con cinco años de edad llego a ser único y absoluto Rey de Francia, pero Ana anuló el testamento de Luis XIII en el Parlamento, rompió con el consejo y quedó como única regente. Durante su gobierno, confió el poder a su primer ministro, el italiano cardenal Mazarino, al que la mayoría de los círculos políticos franceses despreciaban por su origen no francés. Luis aun siendo un infante privilegiado iba a vivir entre 1648 y 1653 una experiencia inolvidable. En esos años tuvieron lugar las luchas civiles de la Fronda. La mala administración de Mazarino y la creación de nuevos impuestos suscitaron primero las protestas de los llamados parlamentarios de París, prestigiosos abogados que registraban y autorizaban las leyes y se encargaban de que fueran acatadas. Mazarino hizo detener a Broussel, uno de sus líderes, provocando con ello la sublevación de la capital y la huida de la familia real ante el empuje de las multitudes. Fue el comienzo de la guerra civil. Luego de aquella rebelión Luis XIV fundo la monarquía absoluta en Francia, según un concepto cuya difusión aseguraría: el del despotismo por derecho divino. La omnipotencia ministerial que desde 1624, con Richelieu y Mazarino, había sentado las bases del poderío francés, quedaba ahora subsumida en la autoridad real. Desde entonces, ni la reina madre ni otros dignatarios volvieron a ser convocados a ninguna reunión de los consejos de Estado. El monarca invitaba sólo a la tríada ministerial formada por Jean-Baptiste Colbert, François-Michel Le Tellier, marqués de Louvais, y Hugues de Lionne. Inseparables del rey, se reunían dos o tres veces por semana en los consejos reservados que éste presidía, demostrando que poseía una personalidad y firmeza suficientes para controlar los órganos centrales de gobierno. El otro gran golpe de efecto de Luis XIV en ese año fue el arresto de Nicolas Fouquet, superintendente de Finanzas de Mazarino, a quien el rey consideraba demasiado rico y poderoso, capaz por ello de convertirse en sucesor del cardenal. Así, el año 1661 marcó el advenimiento de una nueva era en Francia y en Europa, la de la monarquía absoluta. El siglo XVIII la monarquía se llevó a cabo el sistema político predominante en Europa, la monarquía como resultado del fortalecimiento del poder real  iniciado desde finales de la Baja Edad Media. Este sistema se mantenía en la nobleza, que continuaba siendo el grupo imperioso, quieres tenían a su cargo los mayores territorios y privilegios en el poder. La burguesía, a pesar de su enriquecimiento, carecía de influencia política y permanecía marginada de los círculos de la autoridad. No es posible comprender la monarquía sin tener en cuenta que la sociedad, el Antiguo Régimen tenía como fundamento la desigualdad civil. En el viejo orden, heredado de la Edad Medía, cada hombre o mujer nacía y vivía dentro de un estamento que determinaba su lugar en la sociedad y que le otorgaba o le negaba ventajas y privilegios. Si pertenecía al pequeño grupo de los privilegiados, el clero o aristócratas podían gozar de empleos, cargos, impuestos y fuerza social y política. Si nacía entre los no privilegiados, lo que se conocían como campesinos, burgueses, multitud urbana, se vería sometido toda su vida al poder y control de los poderosos. Esa sociedad enorme tenía su cúspide en el monarca. Ellos estaban por encima de todos los habitantes de su reino y todos eran sus súbditos, a él sometidos y por él gobernados. Esto está basado en la concepción de la estructura social, la fórmula política típica del Antiguo Régimen era la monarquía de derecho divino, en la que su la autoridad, el monarca provenía directamente de Dios, en cuyo nombre ejercía el poder. Como reflejaron su poder divino, el monarca poseía un poder absoluto: nombraba a los magistrados, administraba justicia y dirigía la política interior y exterior. No se rendía a ningún control y no compartía la soberanía con nadie. Todo el Estado residía en él y la voluntad de sus súbditos estaba englobada en la suya. Para poder gobernar, el monarca era apoyado en su tarea por ministros, consejeros y secretarios. Así mismo, una multitud de funcionarios hacían cumplir sus órdenes en todo el territorio, recaudaban los impuestos e informaban al soberano de la marcha de los asuntos de su reino. El poder del soberano estaba restringido, sin embargo, por tres tipos de leyes: la divina, a la que estaba sometido como cualquier otro; el derecho natural, conjunto de leyes formadas por la costumbre o la tradición, y las leyes fundamentales de cada reino, que expresaban un mínimo pacto con sus súbditos. En este último caso hay que incluir las limitaciones que los Parlamentos, Cortes o Estados Generales imponían al monarca. Desde la Baja Edad Media fue frecuente que a la Corte, formada por nobles y clérigos que aconsejaban al rey, se unieran los representantes de las ciudades burgueses. Estos tres grupos estaban constituidos por las Cortes o Parlamentos.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (7.2 Kb)   pdf (78.9 Kb)   docx (13.7 Kb)  
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com