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Manuela Saenz


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2012  •  751 Palabras (4 Páginas)  •  484 Visitas

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Hija del hidalgo español Simón Sáenz Vergara y de la criolla María Joaquina de Aizpuru, nació en Quito el 27 de diciembre de 1797, aunque algunas fuentes citan el año de 1795.

Su madre murió el día que nació Manuela, por lo cual Manuelita fue entregada al Convento de las Monjas Conceptas, en el que pasó sus primeros años bajo la tutela de su superiora, sor Buenaventura.

Se sabe que por sus talentos y dones especiales su padre la llevó de visita a la casa que compartía con su esposa, doña Juana del Campo y Larraondo, ilustre dama nacida en Popayán, quien siempre trató a la niña con cariño y le enseñó buenas costumbres, fomentó su interés por la lectura y le prodigó afectuosos cuidados de madre.

Luego de haber completado su formación con las monjas conceptas, pasó al monasterio de Santa Catalina de Siena (Quito), de la Orden de Santo Domingo, para concluir así con la educación que en ese tiempo se impartía a las señoritas de las más importantes familias de la ciudad.

En ese lugar aprendió a bordar, a elaborar dulces y a comunicarse en inglés y francés, habilidades y labores que fueron con las que se mantendría en sus años de exilio en Paita (Perú).

En diciembre de 1816, Manuela, a la edad de 19 años, conoció en Quito a James Thorne, acaudalado médico inglés veintiséis años mayor que ella, y Simón Sáenz, su padre, como era costumbre en la época y por razones de conveniencia, pactó su boda para julio de 1817.

Encuentro con Bolívar

Durante la entrada triunfal de Simón Bolívar a Quito, el 16 de junio de 1822, Manuela Sáenz de Thorne lo ve por primera vez, en un evento narrado por ella en su diario de Quito:

Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tomé la corona de rosas y ramitas de laureles y la arrojé para que cayera al frente del caballo de S.E (...) Me ruboricé de la vergüenza, pues el Libertador alzó su mirada y me descubrió aún con los brazos estirados en tal acto.

En 1823 Manuelita acompañó a Bolívar al Perú y estuvo a su lado durante buena parte de las campañas, participando en ellas activamente, hasta culminar la gesta libertadora cuando se radicaron en la ciudad de Santa Fe de Bogotá.

Durante su estancia en esa ciudad, el 25 de septiembre de 1828, Bolívar fue objeto de un intento de asesinato, frustrado gracias a la valiente intervención de Manuelita. Los enemigos de Bolívar habían conjurado para darle muerte aquella noche de septiembre. Al entrar al palacio de San Carlos (hoy día sede de la Cancillería de Colombia), frente al Teatro Colón, Manuela se da cuenta del atentado, y se interpone a los rebeldes, con el fin de que Bolívar tuviera tiempo de escapar por la ventana. Por estas acciones, Bolívar mismo la llamó la Libertadora del Libertador.

Thorne

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