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Maquiavelo y su aporte al orden racional


Enviado por   •  12 de Mayo de 2020  •  Ensayos  •  2.262 Palabras (10 Páginas)  •  208 Visitas

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Simientes de la modernidad: el aporte de Maquiavelo al orden racional. [pic 1]

Por: Vicente Díaz Bustos

Profesora: Fanny Acevedo

02/05/20

 El Estado moderno gradualmente va desapareciendo. El mundo del siglo XXI no es el mundo del siglo XX, aunque podemos establecer algunas continuidades. Como lo ilustra Harari: “Cada vez más gente cree que toda la humanidad es el origen legítimo de la autoridad política, y no los miembros de una nacionalidad concreta, y que salvaguardar los derechos humanos y proteger los intereses de la especia debería ser el faro que guie nuestra política”[1]. En ese sentido, la existencia de Estados soberanos independientes se torna un estorbo, mas que un derecho de cada nación por su propia independencia. Esto nace desde las tendencias democratizadoras de tendencia liberal originadas en la época moderna, alcanzando hoy el punto en que los individuos son un mayor foco de derechos que los grupos sociales, repartiendo de mayor forma el poder político y así difuminando las barreras geopolíticas. Por supuesto, esto tiene consecuencias negativas. Han ha notado que “a la globalización le es inherente una violencia que hace que todo resulte intercambiable, comparable, y por ende, igual. La comparación igualatoria total conduce, en último término, a una pérdida de sentido”[2].

Así y todo, aunque estén disminuidos en sus capacidades de decisión individual, los Estados modernos son todavía piedras fundacionales en la configuración de la realidad nacional de cada país. Es dentro y desde ellos que se regulan las leyes, las políticas macro/microeconómicas y la gran mayoría de los servicios públicos (registro civil, educación, salud, etc.) de cada nación. Pero esto no siempre fue así, y podemos rastrear los orígenes, los primeros trazos del Estado moderno en los escritos de Maquiavelo, varios siglos antes de que éste llegara a existir en algún país como un verdadero proyecto político. En el presente ensayo se tratará esbozar el como podemos entrever las lógicas de todo Estado moderno dentro de El Príncipe. Esto se hará desde una perspectiva de las dinámicas de control y autonomía y como podemos encontrarlas en las características propuestas por Maquiavelo para un buen gobierno: el monopolio de la fuerza, la destrucción de la nobleza y la creación de un parlamento.

Para poder proceder con nuestro análisis primero debemos definir que es lo que entenderemos como Estado moderno y cuáles son las dinámicas que cualquiera que se pueda llamar como tal debe contener dentro de su imaginario interno. Este tipo de Estado nace en lo que llamamos la modernidad, una época, una cosmovisión radicalmente distinta a la vivida y experimentada en los siglos anteriores al renacimiento. La modernidad se caracteriza por tener dos significaciones imaginarias claras: el control y la autonomía. Entenderemos autonomía como un proyecto decisivo, porque implica que la comunidad puede decidir que pensar, que hacer y cómo hacer esa reflexión desde si misma y sin injerencia de poderes externos (otras naciones, la iglesia, etc.) y, a partir de ella misma, otorgarse leyes y una normatividad definidas[3]. Control será entendido como el dominio racional del ser humano sobre la naturaleza, sobre la producción, y sobre otros seres humanos.[4] Así, el control es el dominio de un orden creado por el hombre (porque por supuesto, en el contexto renacentista eran hombres) y por su razón impuesto sobre el mundo para él mismo. A modo de ejemplo: la autonomía se expresa muy bien en la legitimidad de la democracia como sistema, en la convicción de que cada gobierno puede autodeterminarse sin injerencia extranjera y la libertad de cada individuo de decidir por sí mismo (ya sea en votaciones, sus estudios o su vida en general) son principios vitales que jamás deben ser transgredidos. Podemos ver expresiones del control racional en el diseño de las ciudades, la planificación de las líneas de metro para hacer el traslado de personas a su trabajo lo más eficientemente posible o en el dominio que un gobierno tiene sobre el cómo organizar la vida pública en general. En fin, ambos imaginarios suponen un orden creado, pensado y destinado a ser controlado desde el hombre mediante la razón. Dadas estas definiciones, cualquier Estado moderno que pueda ser llamado como tal tendrá que tener dentro de sí estas dos lógicas de funcionamiento tanto en sus idearios como en su proyecto político.

Maquiavelo dentro de sus propuestas o recomendaciones para el príncipe habla sobre el monopolio de la violencia: “Sin armas propias ningún príncipe está seguro, antes bien, está completamente supeditado a la fortuna por carecer de virtud que lo defienda con fe en la adversidad”[5]. Así, establece como una clave para mantener la gobernabilidad el ejercicio de la violencia con medios propios, es decir, con una milicia que esté directamente bajo el poder del Estado y que no responda a intereses particulares o extranjeros.

En esa recomendación podemos ver una expresión tanto del control como de la autonomía. La violencia propuesta por Maquiavelo tiene como objetivo el afirmar el poder del gobierno para que este pueda actuar de manera independiente, para que pueda tomar decisiones sin el miedo de una represalia por un poder externo que no esté de acuerdo con como procede. La autonomía busca exactamente eso: la capacidad, derecho y responsabilidad de un gobierno (o individuos, aunque no tocado mucho este tema en Maquiavelo) de tomar decisiones desde sí mismo, de autodeterminarse y a través de la razón encontrar el plan de gobierno que mas esté de acuerdo con sus ambiciones y su proyecto político.

Por el lado del control podemos hacer un vinculo muy evidente. La violencia también es ejercida para mantener el orden, para ejercer el dominio del gobierno sobre los ciudadanos y sus rivales políticos y a partir de esa garante de su posición poder actuar. La violencia se utiliza como medio de control, como un método pensado desde la razón para ejercer el dominio del mandatario de la manera mas practica y efectiva posible. Maquiavelo no plantea posturas éticas en El príncipe, por lo que la violencia como método para afianzar la autonomía y el control del gobernante sobre sus súbditos y, sobre todo, sobre otras naciones, no postula ningún inconveniente para su postura.

Se podría argumentar que la violencia no es un método “racional” para tratar con los súbditos, que es más una forma barbárica de proceder. Frente a esa queja cabe recordar que un método pensado desde la razón no tiene nada que ver con ser razonable, sino con pensar en un método lo mas eficiente posible que pueda entregar resultados seguros y duraderos. La violencia, si bien no es razonable, como método de ejercer el poder, es efectivamente muy racional: es planificada, organizada, y por sobre todo eficiente. Por esto, como método (sin consideraciones éticas) es una herramienta perfectamente racional.

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