Mexico.
ShadowTitan28Informe21 de Noviembre de 2012
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SITUACIONES PREVIAS
En 1982 México vivió una situación económica difícil. Por una parte, las contradicciones generadas en el proceso de desarrollo del país y la inflexibilidad de la política económica para reaccionar con oportunidad a las circunstancias adversas y, por otra, los cambios bruscos en las condiciones económicas internacionales —caída en los precios del petróleo, alza en las tasas de interés, estrechez del financiamiento, fueron los factores que precipitaron la crisis. Los signos del grave desequilibrio de la actividad económica fueron el desmedido déficit público, el alarmante deterioro del sector externo —incluyendo una gran fuga de divisas— la inflación, la caída del producto nacional y una alta desintermediación financiera, entre otros.
En 1980 México ocupó el sexto lugar en el mundo en cuanto a reservas se refiere y el quinto en producción. Para 1982 el país ocupaba el cuarto lugar en reservas y exportaba 1,500,000 barriles diarios, después de la Unión Soviética, Arabia Saudita y Estados Unidos.
El pozo, La Pez No. 1, se terminó el día 3 de abril de 1904, con una producción de 1,500 barriles de petróleo por día, a una profundidad de 503 metros. Este fue el primer pozo realmente comercial que se perforó en México.
En el sur del Estado de Veracruz, fue descubierto por otra compañía, el Campo San Cristóbal en el año de 1906.
Los éxitos continuaron en el territorio mexicano. Otra Compañía de capital inglés de Sir Weetman Pearson, llegó a la región Tampico-Tuxpan, y después de varios intentos, en mayo de 1908, terminó el Pozo No. 2, en la Hacienda San Diego de la Mar, con una producción de 2,500 barriles de petróleo al día. Con ello se descubrió la faja de campos petrolíferos muy ricos, que llegó a conocerse con el nombre de la Faja de Oro.
Las empresas internacionales siguieron la actividad petrolera. En 1910 llegaron a Tampico la Standard Oil Company y la Royal Dutch Shell, ésta última perteneciente al consorcio de holandeses e ingleses.
Los pozos productores de petróleo que tuvieron resonancia internacional, fueron muchos, destacando el Casiano No. 7, que comenzó su producción el 8 de septiembre de 1910. En 1911, se terminó el Potrero del Llano No. 4. Pero sin duda, uno de los pozos más espectaculares en los anales petrolíferos, no sólo de México sino del mundo, fue el Cerro Azul No. 4, perforado en el año de 1916, localizado por Ezequiel Ordóñez. Su producción se estimó en 260 mil barriles por día.
La explotación del petróleo continuó en forma irracional, Se llegó al límite de paciencia y los obreros iniciaron un movimiento de resistencia al mal trato y a la falta de garantías de supervivencia, logrando el apoyo de nuestras autoridades, que culminó con la nacionalización de algo que por ley nos pertenecía: el petróleo.
ZONA NORESTE
Cercana a la frontera con Estados Unidos, al sur de Texas.
Campos petroleros antes de 1938
1921 La Presa
1933 Rancherías
1934 Lajitas
1934 Laredo
Campos descubiertos después de 1938
1945 Misión
1947 Camargo
1948 Valadeces
1948 Reynosa
1948 Brasil
1948 Francisco Cano
1949 Monterrey
A partir de 1945 se han descubierto 181 campos productores de gas.
ZONA NORTE
Campos antes de 1938
1901 Ebano-Pánuco
1907 Faja de Oro
1930 Poza Rica
Campos descubiertos después de 1938
1948 Moralillo
1949 Alazan
1949 Presidente Alemán
ZONA SUR
Campos antes de 1938
1923 Francita
1923 Filisola
1928 Tonalá
1931 El burro
1931 El Plan
1935 Cuichapa
Campos descubiertos después de 1938
1947 Acalapa
1948 Sarlat
1948 Moloacan
1949 Fortuna Nacional
1949 Tortuguero
1951 Rabón Grande
1959 Santa Ana
Situación para 1982
Recesión más alza controlada de las tasas de interés y del dólar. Gran aumento del peso de la deuda. Incapacidad de México para cumplir con los vencimientos.
80.000 millones de deuda; de los cuales 14.000 a bancos norteamericanos cuyas acreencias máximas representaban el 50 % del capital.
2.000 millones de crédito norteamericano de urgencia de las agencias federales. 2.000 millones de crédito bancario garantizados por el gobierno norteamericano. Más de 5.000 millones del Banco de Pagos Internacionales (BPI) y el FMI
EL AUGE PETROLERO
El auge petrolero de esos años provocó que tanto el Presidente López Portillo como la gran mayoría de los mexicanos se ilusionaran, la banca internacional se apresuró a ofrecer créditos al gobierno, dados sus enormes recursos petroleros, La deuda externa que en 1977 era de menos de 21,000 millones de dólares, ya para 1982 alcanzaba los 76,000 millones, de los cuales el 80 % correspondía al gobierno y el 20 % restante a la deuda privada.
Dentro de un contexto histórico México sufría por una fuerte devaluación reciente, por lo que el pago de la deuda externa se hacía cada vez más difícil de cubrir, y el Estado perdía fuerza, por lo que se recomendaba una apertura comercial, la cual era recomendación por parte del FMI, debido al déficit que se tenía en la balanza de pagos.
Las exportaciones experimentan un crecimiento, al igual que las importaciones, el petróleo se convierte en una fuente muy importante de ingresos al ser exportado, sin embargo las importaciones eran aun mayores que las exportaciones, lo que provoca que la balanza comercial sea deficitaria. La balanza de servicios factoriales se desfavorece por el aumento de los intereses pagados, lo cual también estaba asociado a la tendencia a la alza de las tasas de interés. Existe un endeudamiento masivo a la alza que se asocia a la financiación de la inversión.
“Desarrollo compartido”, auge petrolero y agotamiento de la industrialización sustitutiva, 1970-1982
Ante el aumento del subempleo, el desempleo y la pobreza que había tenido lugar durante el “desarrollo estabilizador”, desde el primer momento de su gobierno Echeverría invocó abierta y explícitamente una etapa de “desarrollo compartido”. El primero de diciembre de 1970, en su mensaje de toma de posesión, Echeverría expresó:
“Para el Ejecutivo Federal, gobernar será distribuir equitativamente el fruto de redoblados esfuerzos, hacer que las regiones y los grupos más afortunados contribuyan al desenvolvimiento de los más atrasados”.
El acelerado crecimiento demográfico experimentado durante la década de los sesenta, y que alcanzó su cúspide en la década de los setenta, se tradujo en más necesidades de educación, de salud, de vivienda y, sobre todo, de empleo, que sólo se podían satisfacer mediante el aumento de los gastos públicos, incluido el gasto social, a fin de lograr el tan ansiado “desarrollo compartido” echeverrista; o sea, la doble meta keynesiana del pleno empleo y la equidad distributiva. Para el economista Francisco Javier Alejo, que se había incorporado al gabinete echeverrista como subsecretario de hacienda a la renuncia de Hugo B. Margain como titular del ramo, lo anterior era particularmente claro:
“Sí, recordemos que en los setenta es cuando llega a su cúspide la explosión demográfica en México, cosa que no estaba tomada en cuenta en el modelo anterior, parecía como sino existiera el problema, por eso es que ya se estaba deteriorando el panorama social del país, el panorama distributivo, el panorama de justicia social (…) El ya presidente Echeverría era un hombre que traía una energía inmensa, que tenía visiones muy claras de faltantes en el país: los faltantes en materia de infraestructura, los faltantes en materia de educación, los faltantes en materia de salud, de vivienda, en materia de desarrollo agrícola, etcétera, etcétera; y se dedicó a canalizar esa energía a tratar de atacar todos esos problemas de manera simultánea”.
La carencia de hospitales, de escuelas, de vivienda para los trabajadores y, sobre todo, la pronunciada desigualdad en la distribución del ingreso, llevaría al presidente Echeverría a proponer una etapa de “desarrollo compartido”, es decir, a la combinación de un alto crecimiento económico (para abatir el subempleo y el desempleo) con reparto equitativo del ingreso (a fin de abatir la pobreza, consecuencia de un reparto sumamente desigual del ingreso que había tenido lugar durante el “desarrollo estabilizador”). Al respecto, para el economista norteamericano Clark W. Reynolds:
“Para entender el hincapié hecho por el gobierno de Echeverría en el “desarrollo compartido” basta mencionar algunos de los problemas de la distribución de la riqueza nacional (…) El ingreso per cápita pasó de 150 dólares de 1950, o 375 dólares de valor corriente, a la cifra actual muy por encima de los 1 000 dólares a precios corrientes. Pero esta triplicación del ingreso per cápita no se distribuyó de modo uniforme entre la población, que desde 1950 aumentó a más del doble y ahora pasa de 60 millones de habitantes. Los datos… implican que si el ingreso per cápita de México asciende ahora a cerca de 1 000 dólares, los seis millones de habitantes más pobres reciben sólo cerca de 400 dólares anuales; los siguientes veinticuatro millones de habitantes reciben 550 dólares; los siguientes veinticuatro millones, 925 dólares, y los seis millones de ocupantes del estrato superior, 3 700 dólares, un ingreso medio igual a siete veces el de la mitad más pobre de la población.
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