Modelo De La Revolución Mexicana Y Estrategias Macroeconómicas
elizaah459 de Septiembre de 2011
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1. Modelo de la Revolución Mexicana y estrategias macroeconómicas
de mediano plazo: 1935-1982.
El modelo “primario exportador” o de economía de enclave establecido en
México desde la época colonial hasta el porfiriato ya no representaba la opción
de crecimiento económico sostenido a largo plazo, de ahí que se hizo
necesario su rompimiento para impulsar un proceso de industrialización y
crecimiento, surge de esta manera como alternativa un proyecto nacionalista
que estableció como objetivo el impulso decidido del desarrollo económico y
político de la nación, con autonomía del exterior, (Villarreal, 1988).
Desde los años treinta, y particularmente desde el gobierno del presidente
Cárdenas, se registró en México una tasa de crecimiento anual medio de la
economía de 6.1% entre 1934 y 1982 que se reflejó en el mejoramiento de las
condiciones de vida de la mayoría de los mexicanos, la estrategia de desarrollo
se encontraba sustentada en una participación relevante pero prudente del
Estado como rector y promotor activo del desarrollo económico, como
regulador del comercio exterior y de los mercados internos de bienes y
servicios básicos, como inversionista en áreas estratégicas y como promotor
del bienestar social mediante leyes laborales y agrarias e instituciones sociales
de educación, salud y servicios básicos, (Calva, 2001).
Se toma como lineamiento de desarrollo los principios establecidos en la
Constitución Política de la República Mexicana de 1917 con lo que respecta a
la reforma agraria, legislación laboral, la nacionalización o estricto control de los
recursos minerales, el control o regulación por parte del Estado de las
principales actividades económicas, el Plan Sexenal del presidente Cárdenas
enfatiza en la necesidad de disminuir la dependencia del país de los mercados
extranjeros, la promoción de industrias pequeñas o medianas más que grandes
y el desarrollo de empresas mexicanas, más que empresas bajo control de
intereses extranjeros, surge de esta manera el modelo de Sustitución de
Importaciones como estrategia de desarrollo de largo plazo, (Villarreal, 1998).
La reforma agraria implicó la redistribución de más de 20 millones de
hectáreas, la creación de bancos agrícolas y la construcción de obras de
infraestructura. La política sobre inversión extranjera implicó la nacionalización
de terrenos agrícolas, ferrocarriles y la expropiación de la industria petrolera, el
gasto federal se orienta al alcance de objetivos en el área económica social, se
crea el banco de desarrollo (NAFINSA), el banco de comercio exterior y los
bancos de crédito agrícola que vienen a configurar junto con el Banco Central
una sistema financiero que sustenta al desarrollo, se apoya el crecimiento
productivo con la orientación energética con el surgimiento de la Comisión
Federal de Electricidad y el desarrollo de la industria petrolera nacional.
La intervención del Estado como planeador, ordenador, controlador y
promotor del desarrollo permitió el diseño e instrumentación de una política
fiscal y monetaria expansiva y una política comercial proteccionista, el gasto
federal se incrementó al igual que la oferta monetaria, la tarifa sobre la
importación de productos se revisó de acuerdo a las necesidades del desarrollo
industrial. La política cambiaria también se comportó de acuerdo a las
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circunstancias y necesidades de la planta productiva para la generación del
desarrollo.
El periodo de gobierno del general Cárdenas sin duda que fue muy
importante durante el periodo que se analiza, puesto que en este sexenio se
estructura en gran parte las condiciones físicas e institucionales que
permitieron la continuidad del modelo de sustitución de importaciones como
estrategia de desarrollo en el largo plazo, René Villarreal (1988) considera la
vigencia del modelo a lo largo del periodo de 1939 a 1970 y establece que
dentro de esta gran estrategia se puede diferenciar dos modelos de corto
plazo: a) el modelo de crecimiento con devaluación-inflación durante el periodo
de 1939 a 1958, y, b) el modelo de crecimiento estabilizador durante el periodo
de 1959 a 1970.
Durante la primera etapa (1939-1958), se observa la sustitución de
importaciones de bienes de consumo no duradero y un ligero avance hacia la
sustitución de bienes de consumo duradero y de capital, que se caracteriza por
crecimiento importante de la economía, acompañado de un proceso de
inflación y un creciente desequilibrio externo que trató de ajustarse con dos
procesos de devaluación, uno en 1948-1949 y otro en 1954., el crecimiento se
sustenta en el crecimiento industrial. Durante el periodo 1950-58, el proceso de
sustitución de importaciones se estanca.
La política comercial utiliza instrumentos proteccionistas como tasa de
cambio, tarifa o arancel y control cuantitativo, en tanto la política industrial se
fortalece con la Ley de industrias Nuevas y Necesarias, mediante la cual las
empresas pueden disfrutar de amplias excensiones fiscales. El Estado invierte
fuertemente en infraestructura y en sectores estratégicos como el energético y
la agricultura que funcionó sector de apoyo a la industria.
Durante la segunda etapa del modelo de sustitución de importaciones
(1959-1970), la economía continuó su crecimiento pero de igual manera se
presentó el crecimiento permanente del desequilibrio externo, la industria
continuó siendo el motor de la economía avanzando hacia la sustitución de
importaciones de bienes de intermedios y de capital. La política comercial sigue
siendo proteccionista aunque cambian los instrumentos, se mantiene fija la tasa
de cambio mientras que los aranceles y el control cuantitativo se mantuvieron
sólidos e incluso se fortalecieron, llegando a ser como lo dice Villarreal (1988)
discriminatoria, excesiva y permanente. El Estado continuó cumpliendo con su
papel de promotor del desarrollo con una política fiscal expansiva.
El objetivo central del gobierno fue lograr el crecimiento económico por la
vía de la estabilidad, buscando ésta como una condición indispensable para
alcanzar un desarrollo económico y social sostenido, este gran objetivo se
derivó en ocho propósitos específicos: 1) crecer más rápidamente, 2) detener
las presiones inflacionarias, 3) elevar el ahorro voluntario, 4) elevar la inversión,
5) mejorar la productividad del trabajo y del capital, 6) aumentar los salarios
reales, 7) mejorar la participación de los asalariados en el ingreso y, 8)
mantener el tipo de cambio, ( Tello, 2006).
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Sin embargo el crecimiento permanente del desequilibrio externo originó la
necesidad de reorientar la política económica, se mantiene la decisión de no
devaluar y de utilizar el crédito interno y externo y la inversión extranjera para
financiarlo aunque continuó el proceso de apoyo a la consolidación de la
industria.
Durante el periodo 1971-1976, la economía se caracterizó por un
crecimiento moderado y una aceleración de la inflación, la situación financiera
del sector público se degradó fuertemente, cayeron los ingresos y se recurrió al
endeudamiento, la deuda pública pasó de 12.8% del PIB en 1971 al 24.7% del
PIB en 1976, que obligaron a hacer pagos crecientes como servicio de la
deuda, aumentó el déficit en cuenta corriente que se financió con inversión
extranjera y créditos del exterior, se incrementó la inflación, todo ello coadyuvó
a que desencadenara en la devaluación de 1976, (Guillén, 1984).
El Banco Central inició una política monetaria y crediticia restrictiva contraria
a la política de finanzas públicas expansionista del gobierno que significó una
discrepancia en la aplicación de la política económica. Después de la
devaluación de 1976 el gobierno mexicano firmó un acuerdo de estabilización
con el Fondo Monetario Internacional basado en la ortodoxia económica
monetarista para aplicarse durante el periodo de 1977 a 1979, el programa de
ajuste contemplaba la reducción del déficit público, limitación del
endeudamiento externo, elevación de los precios de bienes y servicios
públicos, limitación del crecimiento del empleo en el sector público, apertura de
la economía hacia el exterior y represión de los aumentos salariales, lo cual
gracias al descubrimiento de importantes recursos petroleros el país pudo
realizar una política económica diferente, en tanto que estos recursos sirvieron
de aval para obtener recursos financieros del mercado internacional, (Guillén,
1994).
Durante el periodo de 1977 a 1981, la economía creció a una tasa promedio
de 7.8%, aunque la inflación también se incrementó de manera importante
aumentando en 24.2%, el auge se debió principalmente a la expansión de la
inversión
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