Mujeres Surrealistas

El surrealismo es un movimiento que surge en Paris en 1924, y pronto se expande a toda Europa. Pretende explicar el mundo a través de un arte y una literatura que desafíen lo establecido por la razón, inspirado en las teorías psicoanalíticas de Freud que estaban surgiendo en aquel momento, especialmente por todo el tema de lo inconsciente y su relación con el mundo onírico. Se trata de un movimiento que se desarrolla en un contexto político, económico y social muy preciso, de entreguerras. Tenía un carácter diferente, renovador, sugerente y provocativo (Villegas, 2000). En el manifiesto surrealista André Breton (1924), hacía una crítica a todo lo que proviniera de la realidad, un escepticismo de lo real y la libertad de pensamiento.

Este es el movimiento de vanguardia que atrajo más mujeres. Proclamó la imagen de la mujer como un ser espontáneo e intuitivo y apoyó su creatividad, en un contexto en donde el movimiento feminista surgía, mientras que las mujeres jugaban un papel fundamental para repoblar Francia luego de la Primera Guerra Mundial. Además, la mujer surrealista también surge de la concepción de Freud sobre el papel de la mujer como el centro de los poderes creativos y subversivos del instinto amoroso, en su lugar de madre y portadora de vida y destructora del hombre (Chadwick, 1992, citado en Villegas, 2000). André Breton, señala como medio privilegiado el deseo erótico y otorga a la mujer un papel esencial, el de mediadora entre el hombre y el mundo. Por esta razón, según Ballestín (2004), la faceta artística de muchas de las mujeres que colaboraron en el grupo surrealista queda entonces relegada al plano de lo privado.

Muchas artistas se acercaron al surrealismo debido a que les llamaba la atención que este movimiento fomentaba un arte en el que predominaba la realidad personal, el mundo interno (Villegas, 2000). En muchos casos, tuvieron un acercamiento al movimiento por su relación con alguno de los hombres del grupo, más que por un interés político o teórico. Sin embargo, como se menciona anteriormente, Breton las rechazaba como parte del movimiento, debido a que declaraba que sus integrantes eran hombres. Es por esta razón que las mujeres pronto se sintieron ajenas a la teoría que planteaba el movimiento por su imagen de la mujer, por lo cual se alejaron del mismo y comenzaron a realizar sus obras volcadas a su realidad. Sin embargo, realizaron grandes contribuciones al lenguaje surrealista, aunque fue varias décadas después cuando se conoció realmente la calidad de su aporte (Ballestín, 2004). No consiguieron librarse de los conflictos que genera despegarse del rol femenino tradicional. Terminaron luego por proclamar su independencia del movimiento, por lo que luego se le conocería como “mujeres que estuvieron alrededor del movimiento surrealista”. Entre las principales exponentes de este movimiento se encuentran Frida Kahlo, Leonora Carrington, Remedios Varo, Claude Cahun y Lee Miller.

Remedios Varo nació en España en 1908, pero residió la mayor parte de su vida en México. Sus obras tienen un marcado carácter autobiográfico.

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