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Museo del tachira


Enviado por   •  21 de Junio de 2018  •  Informes  •  1.585 Palabras (7 Páginas)  •  172 Visitas

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Universidad Nacional Experimental del Táchira

Ciencia y Sociedad i

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La hacienda Paramillo, actual sede del museo del Táchira, es una de las edificaciones más antiguas de San Cristóbal, y su nombre proviene de Paramito, debido al clima y el lugar, aunque se dice que anteriormente tenía el nombre de Sabaneta. Sin embargo, es necesario saber de los orígenes de esta hacienda, ya que existen dos versiones: Una del Dr. JJ Villamizar Molina y la otra del historiador Walter Márquez, quienes han reconstruido parte de la historia del inmueble. JJ dice que se remonta al año 1593 y pertenecía a los padres Agustinos. En 1604, en propiedad de los padres agustinos, las rentas obtenidas eran destinadas a la educación y al mantenimiento de la congregación, que para ese entonces estaba conformada por 17 frailes doctrineros, que establecieron un convento-escuela que cumplió durante dos siglos una función de educación y evangelización.  Según W. Márquez, los orígenes de esta vieja casona, se remontan a mediados de 1750 cuando fue fabricada por los padres agustinos.  Luego en la primeras décadas de 1821, fue confiscada por el congreso de Cúcuta pero que luego pasó a la jurisdicción del consejo municipal del municipio San Cristóbal. Años más tarde, fue cedida a la universidad de los andes, para que sufragara algunos de sus gastos con la producción agrícola.

La facultad de arquitectura de la Universidad de Los Andes realizó el proyecto de restauración de las instalaciones de la hacienda, que aún conserva rasgos originales de la hacienda como las paredes de tierra, el camino de piedras de la entrada, el trapiche de caña hidráulico y la loza del patio delantero donde se secaban los granos de café. Después fue vendida por el apoderado de la institución a particulares, cambiando de dueño en diferentes oportunidades, hasta que en 1977 la adquirió la gobernación del estado Táchira para disponer de ella con fines culturales. Años más tarde fue asignada oficialmente como sede del Departamento de Antropología y del Museo del Táchira en 1983. En el espacio residencial, entre el patio y el jardín, se ubican las habitaciones usadas actualmente como galerías, en donde funcionan seis salas de exposición permanentes.

Este museo es de tipo arqueológico, ayudando al tachirense a que se acerque más a sus raíces indígenas, y observe las memorias de las culturas aborígenes que dominaron en estas montañas andinas. Y cabe destacar que el museo está abierto de martes a domingo, haciendo visitas guiadas para escuelas, contando con material de apoyo para cualquier persona que quiera saber un poco más de la historia tachirense.

El Museo del Táchira, acentúa el descubrimiento de culturas, piezas, y costumbres desde la época arcaica, pasando por aborígenes, hallazgos, excavaciones, y finalizando con la ciencia y todo lo que el hombre ha conseguido a lo largo de su vida para el logro de la supervivencia, presentándose como una gran exposición al alcance de todos.

La primera sala que recorrí es llamada por los guías como Sala uno de Orientación General, que me mostró, por medio de tres cráneos ubicados en la entrada de la sala que, siendo replicas, me enseñó la  evolución a lo largo del tiempo de la forma que tenía el cráneo del hombre como neandertal, australopitheus y, por supuesto, del hombre moderno conocido como homo sapiens; y a su vez vi detalladamente cómo él construyó armas rudimentarias, como las puntas de las flechas y los proyectiles, cerámica, provenientes de diferentes países como de España y Egipto, y cestería, durante el período cenozoico, mesozoico y paleolítico. También observé figuras zoomorfas (tienen formas de animales) y antropomorfas (tienen figuras humanas) que representan la existencia de vida en las épocas antiguas de la humanidad.

La siguiente sala que visité es llamada Sala dos de Orientación General, donde se hace referencia un poco más de la vida de los indígenas en la región del Táchira, allí esto se ejemplifica a través hallazgos durante diversas excavaciones donde fueron encontrados objetos como: la réplica de una máscara blanca proveniente de Lara, bastones, hachas para la caza, piedras llamadas “moles” usada para esparcir sus alimentos, entre otros, pertenecientes a familias indígenas llamadas: los Grita, Uribantes, Zorcas, Tucapé, y muchos más cuyos nombres fueron asignados a ciertos lugares del estado Táchira.

En la Sala tres de Orientación, observé de manera minuciosa la era del petroglifo (es la escritura sobre piedra), donde los aborígenes representaban, por dibujos, la fertilidad, la familia y algunos aspectos importantes de su vida cotidiana, que fueron encontrados en excavaciones realizadas en la zonas de Colón y Capacho, o también fueron artículos donados por algunos pobladores del estado. Otra forma de representar la vida de los indígenas muy usada por el museo es la infografía (información con gráficos) que muestra hallazgos desde 1993 hasta 1997.

La Sala de Orientación de Arqueología Regional, donde la infografía es la principal protagonista para la explicación de las excavaciones realizadas en algunos sitios del Táchira, como la del Municipio Independencia, en El Ceibal en 1998, que muestra las fases de una excavación teniendo descubrimientos como vasijas, cestería y herramientas de defensa de la época. Así mismo, las costumbres de los aborígenes se representan en una infografía muy particular donde se hace referencia a su vida, a sus bailes, a su alimentación, las vasijas, su maquillaje, entre otros, para lo cual utilizaban el “onoto” y carbón, con la finalidad de demostrar al visitante cómo los indígenas satisfacían cada una de sus necesidades.

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