ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

O Césare O Nada


Enviado por   •  14 de Enero de 2013  •  1.079 Palabras (5 Páginas)  •  235 Visitas

Página 1 de 5

“Ó Cesare o nada”

Detrás de cada fortuna, hay un crimen._ Cesare Borgia

El impacto de una persona en el mundo se puede medir única y exclusivamente después de su muerte. Antes resulta imposible, porque solo cuando ya han perecido y el silencio ha sellado sus labios de manera perpetua es cuando las dimensiones de sus acciones harán que los demás hablan en su nombre.

Cesare Borgia, el Valentino, hizo lo suficiente para que más de quinientos después años de su partida el mundo le recuerde. Las reacciones ante sus hazañas, sin embargo, no podrían ser más variadas y en contraste. Para los católicos más fervientes y conservadores, no es más que una sombra en el pasado oscuro de su Iglesia, que si estuviera en su mano borrarían de la historia como si de un mal sueño se tratase, para otros es la personificación de la crueldad y la ambición, de aspirar a más sin límites, de matar al oponente sin remordimientos. De justificar el fin con los medios.

Yo veo a un hombre que marcó a una generación de grandes personajes históricos, que venció las dificultades y las limitaciones impuestas por su padre, el papa Alejandro VI, que consiguió poner la península itálica a sus pies, que decenas de ejércitos temblaran ante su nombre y que ciudades enteras se rindieran a su voluntad.

La vida de Cesare no fue precisamente a pedir de boca, como el segundo hijo reconocido del entonces obispo de Valencia, Rodrigo Borgia, su suerte parecía echada. Debía servir a la iglesia, como la costumbre marcaba para los segundos hijos. Con una vocación que jamás sintió y una profunda carencia de fe, Cesare fue obligado a seguir los pasos de su padre. Alcanzó a ser obispo de Pamplona a la tierna edad de dieciséis años, mucho por la intervención de su tío abuelo, el papa Calixto III. Sin embargo, la verdadera pasión de Cesare siempre fueron las armas, la milicia y la guerra lo llamaban tal canto de sirenas, la promesa de gloria era como un sueño etéreo para él, consciente que jamás podría alcanzarlo.

Cuando Rodrigo Borgia fue elegido papa y tomó el nombre de Alejandro VI, Cesare creyó durante los primeros tiempos que su oportunidad de abandonar la batuta cardenalicia finalmente había llegado. Pero Alejandro tenía otra ideas, nombro a Juan, hermano menor de Cesare, capitán general del ejército del Vaticano, pese a su falta de mente estratega. Aquella acción sin fundamentos lógicos para respaldarla solo sirvió para acrecentar el odio y rencor de Cesare ante su hermano menor, que poseía la vida que él siempre quiso para sí mismo. Y que además el ostentoso y vicioso Juan no merecía.

Cesare necesitó que su hermano muriera asesinado para convencer a su padre que era él el único capaz de guiar a los ejércitos papales en la conquista y unificación de la Península Itálica. Que siempre había sido el sueño de padre e hijo, forjarse un imperio que protegiera a la dinastía Borgia. Con el buey y la llama que ardía imperiosa en el estandarte de los Borgia, Cesare fue acompañado por algunos de los más grandes estrategas de su tiempo y se lanzó a la conquista del mundo. Con un ímpetu estremecedor para la batalla y una mente privilegiada, no le costó demasiado hacerse con el control de la Villa de Forli, que

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (6.3 Kb)  
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com