ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

OBJETIVOS Y MÉTODOS DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

wendycrossland28 de Agosto de 2013

4.775 Palabras (20 Páginas)831 Visitas

Página 1 de 20

El Objeto del Derecho Constitucional

El objeto del derecho constitucional se puede definir; en un sentido muy amplio, como el encuadramiento jurídico de los fenómenos políticos.

Esta fórmula, para ser bien comprendida, exige dos clases de explicaciones: ¿qué hay que entender por fenómenos políticos? Y ¿En qué consiste el “encuadramiento jurídico” de una categoría de fenómenos determinados y, en particular, de los fenómenos políticos?.

1. Los Fenómenos Políticos:

El término “político” es de difícil definición. Proviene de la palabra griega polis, que significa ciudad y, por consiguiente, su origen nos advierte que se trata de relaciones interhumanas en el marco de una sociedad organizada. La Ciudad antigua, pese a su exigüidad y a la institución de la esclavitud, era, en efecto, una organización política perfeccionada que, en cierta medida, prefiguraba el Estado moderno.

Pero, a decir verdad, esta primera indicación resulta insuficiente debido a que en el marco de una sociedad organizada también se inscriben diversos tipos de relaciones humanas, como pueden ser las familiares, las comerciales, las sociales, etc.

En realidad, los fenómenos propiamente políticos pueden abordarse a partir de tres planos diferentes:

_ El del reconocimiento total del hombre por el hombre.

_ El de la determinación de lo que es bueno para la sociedad.

_ El de las relaciones entre dirigentes o gobernantes y gobernados.

La Política Proceso de Reconocimiento Total del Hombre por el Hombre.

Esta afirmación puede parecer extraña en una época en la que el término “igualdad” figura inscrito en el frontispicio de muchos pórticos. Sin embargo, para darse cuenta de su grado realidad basta con recordar la esclavitud, el fenómeno colonial o la discriminación racial.

Actualmente, las manifestaciones de los negros en Estados Unidos, o las reivindicaciones de trabajadores emigrantes a Europa occidental, son evidentemente expresiones políticas, unas veces pacíficas y otras violentas. Tienen por objeto – y, quizá, el único objeto por parte de los interesados -su pleno “reconocimiento” en cuanto hombres omnidimensionales. Para no hablar más que de los primeros, mientras que, teóricamente, tienen los mismos derechos que los blancos, en la práctica están en un estado de marcada inferioridad, del que pretenden liberarse.

Por lo tanto, en un primer nivel, las relaciones políticas son distintas de las que se producen en el marco de la familia o con motivo del intercambio de bienes o en el proceso de fabricación de mercancías o de productos. Las relaciones políticas tienen como primer objetivo el reconocimiento del hombre por el hombre, tomando en su totalidad y en su libertad, es decir, presentándose cada uno frente al otro como un absoluto.

La Política, Búsqueda de lo que es Bueno para la Sociedad.

El reconocimiento del hombre por el hombre, con ese carácter fundamental que le hemos asignado, no se puede nunca en abstracto, sino en el marco de la sociedad y, por ello, está vinculado al lugar que ocupa el hombre en la misma y en su organización.

La política es, por tanto, la búsqueda de lo que es “bueno” o “útil” para la sociedad. Es la determinación del “bien común”. Por otra parte, en eso consiste la acción política habitual. Los partidos políticos, en particular, buscan, a través de sus programas de gobierno, lo que es “bueno” para la sociedad política y se esfuerzan por imponerlo.

La Política, Relaciones entre Gobernantes y Gobernados.

La determinación de lo que es “bueno” para la sociedad y el gobierno de ésta no puede ser obra de todos los hombres, al menos habitualmente. Esto pasa, sobre todo, cuando la sociedad de que se trata adopta la forma de un “Estado – Nación, o sea, un grupo humano de grandes dimensiones que a menudo abarca decenas e incluso centenares de millones de habitantes.

Política y Estado:

La sociedad que nos interesa prioritariamente e nuestras investigaciones de Derecho constitucional es el Estado. Hasta tal punto, que los fenómenos políticos que vamos a considerar se hallan, ante todo, referidos a él. Más tarde estudiaremos con calma el Estado, su territorio, su población, la cohesión política que expresa o provoca, el poder que emana de él y, en particular, la facultad que tiene de emitir, en régimen de monopolio, una serie de reglas de Derecho obligatorias para los individuos y sancionadas, en caso necesario, por la coerción. Digamos provisionalmente ahora que el Estado es una sociedad organizada, fijada en un territorio determinado y que posee el monopolio de la emisión de reglas de Derecho y de su sanción.

Sin embargo, recordemos que si el Estado es la sociedad más perfecta, no es la única en la que los hombres se encuentran integrados. Existe una gran cantidad de asociaciones, clubs, partidos políticos, sindicatos, iglesias y grupos en cuyo interior se producen amplios fenómenos de afirmación individual, de búsqueda del bien común y de dirección de unos hombres por otros. Todos estos fenómenos tienen, por tanto, un carácter político, en el amplio sentido de la palabra.

El Poder Político:

Se establece, pues, en todas las sociedades, una distinción entre los que conducen la sociedad – los gobernantes – y los que son conducidos – los gobernados -.

Los actos políticos, normalmente, corresponden a los gobernantes. Sin duda, los gobernados participan en la vida política, al menos en los países democráticos (adhesión a un partido, participación en reuniones públicas, en manifestaciones, expresión de su voluntad o de su opción en el curso de unas elecciones o de un referéndum). Pero, sin embargo, lo más usual es que sean los gobernantes los que realicen actos políticos. Por eso se ha afirmado que los fenómenos políticos son los que se refieren a la conducción de los hombres que viven en sociedad.

Los que ejercen una acción sobre otros hombres, los que les impulsan a adoptar tal o cual actitud o, por el contrario, a abstenerse en tal o cual circunstancia, son considerados como detentadores de “poder”. Un jefe de empresa, el presidente de un club deportivo, un secretario de sindicato, el dignatario de una iglesia organizada detentan poder porque pueden lograr que otras personan actúen en un determinado sentido. Ya volveremos con sus manifestaciones en el marco del Estado. De momento, nos basta destacar su generalidad y el plazo que existe entre el poder y la acción política.

Los Medios de Acción Política.

Son muchos los medios para incitar a los hombres a actuar, pero los más importantes son la persuasión y la coerción.

La persuasión.- Se puede influir sobre la voluntad humana, ante todo, por la palabra o por el escrito, demostrando la necesidad, utilidad, interés o atractivo de tal o cual objetivo. La palabra es, sin duda, el principal medio de persuasión. Casi todos los grandes conductores de hombres son oradores que saben, generalmente, unir el gesto a la palabra. Es de todos sabido, a este respecto, cuántas técnicas audiovisuales modernas refuerzan los medios de persuasión clásicos: gracias a la radio y la televisión es posible, hoy mucho mejor que en otros tiempos, incitar masivamente a los hombres a actuar en tal o cual sentido.

La coerción.- Pero no siempre basta la persuasión, y en ocasiones es necesario recurrir a la coerción. Cuando se trata, por otra parte, de la conducta de los hombres en el plano del Estado, hay que señalar que siempre, en su trasfondo, se encuentra la coerción, y que a veces es utilizada, puesto que es precisamente el Estado quien tiene el monopolio de la coerción legal en las sociedades modernas, incluso hay regímenes políticos que hacen o han hecho de las sevicias, de las amenazas, en definitiva del terror, su principal medio de acción, y estos métodos tienden a renacer en distintos puntos del globo.

Los Objetivos Políticos: Su Diversidad.

Los objetivos políticos, son aquellos que se refieren a la seguridad, a la paz interior, al desarrollo, al aumento de prestigio, etc. de la sociedad de que se trate.

Se comprende así que muchos hechos o actos, en apariencia sin ninguna relación con la vida pública, puedan, en ciertas circunstancias, recibir un notable tinte político: montar en bicicleta, colocarse un embudo por sombrero o agitar en el aire una rosa o un clavel.

Los juegos olímpicos, que se disputan cada cuatro años, han adquirido en muchos países un evidente carácter político. Para no hablar más que de Francia, la preparación de los atletas se efectúa bajo el control del Secretario para la Juventud y los Deportes, gracias a una serie de créditos a cargo del presupuesto del Estado o de las colectividades locales.

Más claro aún, la gira de los jugadores americanos de ping – pong por China, en abril de 1971, ha tenido un marcado carácter político; igualmente, la tragedia que tiño de luto los Juegos de Munich, en setiembre de 1972.

Por último, fijar el precio de la leche o el de la carne puede convertirse en un objetivo político. Aún sería posible citar otros muchos ejemplos en el mismo sentido.

Pero, ciñéndonos a los ejemplos escogidos, es fácil darse cuenta de que estos hechos o acontecimientos pueden afectar la conducta de la colectividad.

Obtener en los Juegos Olímpicos el mayor número posible de medallas de oro es demostrar, ante la opinión internacional, de manera indirecta pero eficaz, que el país vencedor está bien dirigido, que es a la vez moderno y poderoso y que es posible confiar en él.

Fijar el precio de la leche es, sin duda, ejercer un arbitraje

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (30 Kb)
Leer 19 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com