Pais Vasco
mangulo00811 de Diciembre de 2012
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Actividad económica:
A principios de los noventa la población activa ocupada de Euskal Herria se empleaba mayoritariamente en el sector terciario seguido del secundario. A lo largo de este siglo ha ido cayendo la ocupación en el sector primario en beneficio, inicialmente, de la ocupación industrial y, con posterioridad, de los servicios.
La distribución de la población activa ocupada en 1990 era del 53.5% en los servicios, de un 34% en la industria, de un 8.2% en la construcción y de un 4.5% en el sector agropesquero. Con respecto a la década anterior, cayó en 15.7 puntos la ocupación en la industria y en 3.6 puntos en el primario y por el contrario se incrementó en 18.9 puntos la ocupación en los servicios. La construcción se incrementó en 0.5 puntos.
Estos porcentajes generales varían considerablemente dentro de Euskal Herria ya que en el País Vasco continental la población ocupada en los servicios supone los 2/3 de activos ocupados cuando en la parte peninsular es de algo más de la mitad (52.1%), a diferencia de la industria que ocupa a un tercio de la población trabajadora en el País Vasco peninsular y sólo a un 28.2% en la zona continental. Con relación al resto de los sectores; primario y construcción, apenas existen diferencias apreciables en ambas zonas.
Si el análisis se hace a nivel de cada provincia, se aprecian mayores diferencias. Así destaca la ocupación en el sector agrario en la baja Navarra (35.2% del total de ocupados), y Zuberoa (una cuarta parte) frente a la escasa presencia en Bizkaia(2.4% del total) y Guipúzcoa (3.1%). En cuanto al sector industrial, la mayor ocupación se encuentra en Álava (2.5% de los activos ocupados) y en Guipúzcoa (38.6%) y los niveles más bajos se encuentran en baja Navarra y Lapurdi ( 11.3% y 17.2%, respectivamente).
El sector con mayor crecimiento, es el de los servicios o terciario, es el que ostenta el primer lugar en ocupación en cada una de las provincias. Por un lado, está Lapurdi con un 70% de sus ocupados, seguido por Bizkaia con casi un 69%, Guipúzcoa, Álava y Navarra con valores entre el 51% y el 47.4%, la baja Navarra con un 43%, y en último lugar, Zuberoa con un 39% de ocupados en los servicios.
En el sector de la construcción no hay grandes diferencias y el empleo oscila entre el 7% y el 7.3% de los ocupados de Álava y Guipúzcoa y el 10.1% y 10.2% de baja Navarra y Navarra, respectivamente.
Por otro lado, la aportación de cada uno de estos sectores al PIB comprueba el protagonismo de cada uno de ellos en la estructura económica. A principios de la década de los noventa, en el País Vasco el 56% del PIB correspondía a los servicios, una tercera parte a la industria y tan sólo un 2.4% al sector agropesquero. El análisis por territorios históricos refleja contrastes como el 6% del PIB del sector agropecuario en Navarra cuando en Guipúzcoa es el 1.8% o el 60% de los servicios en Bizkaia cuando en Álava es del 51.3%.
Actividad agropesquera:
Sector agropecuario:
El sector primario, sector que acumula tanto a las actividades agropecuarias-forestales como a las pesqueras, ejerce un papel económico secundario, a juzgar por su aportación al producto interior bruto, mientras el terciario e industrial generan la mayor parte de la riqueza. Esto ocurre tanto en el País Vasco como en cada uno de los territorios históricos, aunque hay diferencias entre ellos ya que en Zuberoa y la baja Navarra este sector aporta grandes recursos frente a Guipúzcoa y Bizkaia donde su presencia es muy pequeña.
Independientemente de su aportación económica, las actividades ligadas a este sector son importantes desde el punto de vista que suministran las materias primas necesarias para la sociedad y que mantienen el equilibrio ecológico en el territorio.
Esta pérdida de protagonismo se ha producido a partir de las profundas transformaciones que sufrió el campo a raíz del cambio de la base económica que tuvo lugar en la década de los cincuenta con la proliferación de la actividad industrial, que demandaba mano de obra y suelo para implantar sus actividades.
Las consecuencias de los procesos de esta industrialización sobre los ámbitos rurales, el medio social y productivo de los agricultores han sido importantes: abandono del campo, disminución de la superficie de la rivera, introducción de maquinaria, abonado, semillas selectas…
Un tipo de explotación que ha proliferado con el desarrollo de la industrialización ha sido la explotación a tiempo parcial, en el que el jefe de la explotación compatibiliza esta actividad con el trabajo en la fábrica. Así se obtienen recursos complementarios y no se abandona la actividad agraria, en la que la mujer desempeña un papel importante en las tareas agrarias.
Posteriormente, ante la necesaria adaptación a la política agraria y pesquera comunitaria, derivada de la integración de España en la U.E. en 1985, se ha visto seriamente afectada por que su situación no ha mejorado, sino todo lo contrario.
Sin embargo, en los últimos quince años, se están haciendo esfuerzos para mejorar la productividad de las explotaciones agropecuarias-forestales ( diferentes tipos y razas de ganado y de productos hortofrutículas) asociado a diferentes Organismos e Instituciones entre los que destacan las ayudas de los distintos Departamentos de Agricultura y Pesca de las Diputaciones Forales, la Escuela Agraria de Arkaute, el Centro Técnico de la Madera del País Vasco…al igual que en el campo de la comercialización de los productos para lo que se han creado numerosas cooperativas y sociedades agrarias de transformación (S.A.T). Se destaca el decreto en apoyo de esta actividad del 19 de septiembre del Departamento de Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco por el que se crea el “label” vasco de calidad alimentaria.
Evolución de las explotaciones:
Las explotaciones agrarias han ido disminuyendo en estos últimos años, y no sólo por la influencia de la industria que ha demandado mano de obra, lo que ha supuesto el abandono de las explotaciones o la dedicación de las mismas a tiempo parcial, sino también por la búsqueda de la rentabilidad y viabilidad les obligaba a la especialización y modernización al mismo tiempo la dotación de unas dimensiones mínimas de exportación. Así que la disminución del número de exportaciones ha afectado, en mayor medida a las menores dimensiones.
Los datos de los centros agrarios lo corroboran, ya que si en el País Vasco las explotaciones agrarias en 1962 eran de 125.246, en el último Censo, descendieron a 83.240. En este período de tiempo han desaparecido una tercera parte de las explotaciones, perdida que se ha registrado sobre todo entre 1962 y 1982. La provincia de Álava, ha sido el que ha tenido la mayor pérdida con un 42% de sus explotaciones y Bizkaia la que menos (31% de las censadas en los setenta). Esto puede explicarse por ese protagonismo industrial, más rudimentario en Bizkaia que afectó antes del proceso de abandono del campo y que en el caso de Álava se produce a partir de mediados de los cincuenta- principios los sesenta ( la mayor pérdida de explotaciones se registra entre 196f2 y 1972).
Según el último Censo Agrario, el 48% de las explotaciones agrarias del País Vasco se localizan en Navarra, el 27% en Bizkaia, el 15% en Guipúzcoa, y el 10% en Álava, de un total de 90.283. En el País Vasco, las explotaciones agrarias, han registrado la siguiente evolución en 1970-8.877 y en 1988-7.043. Se ha registrado una pérdida de un 20%, repartida de forma homogénea en los territorios, aunque en Zuberoa este porcentaje ha sido del 25 5, la baja Navarra la mitad de las explotaciones de Iparralde, un 46%.
Superficie y cultivos:
Si la cifra de las explotaciones disminuye, no sucede lo mismo con el tamaño de las explotaciones que incrementan su superficie, a pesar de que la superficie agraria en general ha disminuido ante el avance de los usos urbanos (residenciales, industriales, equipamientos, infraestructuras, etc.). En el conjunto del País Vasco a finales de los ochenta, era de 965.367 ha, de las que el 88% se localizaban en el País Vasco Peninsular aunque el tamaño medio de las explotaciones era menor que en la zona Continental. En relación a las características topográficas a los sistemas de cultivos, al nivel de industrialización de cada uno de los Territorios Históricos, etc., se denotan diferencias en el tamaño de las explotaciones: 20,5 en Baja Navarra; 17,9 en Zuberoa; 15,5 en Navarra; 13,5 en Alava; 11,9 en Lapurdi; 4,7 en Guipúzcoa y 2,6 ha/explotación en Bizkaia.
La diversidad de paisajes agrarios del País está en relación con el tamaño de las explotaciones en la medida que las áreas que se insertan en la vertiente norte de la divisoria cantábrico-mediterráneo tienen principal mente una vocación ganadera, con un tamaño de explotación más pequeña que la ver- tiente sur que es más cercalista. Así mismo, dentro de la vertiente cantábrica las explotaciones ganaderas tienen mayor superficie que las agrícolas, al tener prados y pastizales junto a parcelas dedicadas a cultivos forrajeros. Geográficamente esta diferenciación paisajística y de usos corresponde, en líneas generales al EV. Continental, Bizkaia, Guipúzcoa y el norte de Alava y Navarra, zona eminente- mente ganadera gracias a la existencia de pastos permanentes durante todo el año, y la zona centro y sur de Navarra y Alava, preferentemente dedicada a los cultivos cercalistas, hortícolas y vinícolas.
Con relación a
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