Participación del movimiento estudiantil antes y durante el Cordobazo
lauri10Monografía30 de Agosto de 2018
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Participación del movimiento estudiantil antes y durante el Cordobazo |
Introducción[pic 1][pic 2][pic 3][pic 4]
Para protestar contra la intolerable situación institucional, política y social, un grupo de estudiantes (junto con trabajadores) ocuparon la ciudad de Córdoba, ocasionando una huelga general activa el 29 de mayo de 1969. Se la considera una huelga activa, ya que los mismos no se quedaron sin actuar si no que se movilizaron activamente, produciendo saqueos, destrucciones y violencia que fue tanto por parte de los protestantes, como por parte de los represores.
En Córdoba, había 60.000 estudiantes universitarios, de los cuales trabajaban 11.000. Además, un gran sector de la clase obrera cordobesa estudiaba. Había una mixtura, un entrecruce. Los obreros tenían que estudiar por la tecnología de punta que llegaba a Córdoba y no existía en el resto del país.
El hecho a desarrollar, se llevó a cabo durante la presidencia de Onganía, quien ejercía el poder como absoluto, al que no debían poner en duda ni en peligro. Pese a su creencia, el Cordobazo provocó el derrumbe de su autoridad y generó un gran impacto en la vida política del país.
En el siguiente informe, se analizará al Cordobazo abordándolo desde la participación de estudiantes y universidades, ya sea en cuanto a las atribuciones a la generación del suceso como a su rol durante el mismo.
Las universidades juegan un papel fundamental en la transformación de las sociedades, éstas forman parte de las instituciones sociales que brindan a los individuos el conocimiento intelectual indispensable para la modernización y democratización de la sociedad, además de proporcionar valores que aseguran la estabilidad social, brindando servicio a las comunidades en la solución de problemas de desarrollo y bienestar, orientando a formar parte del proceso de integración que incide en el futuro de la organización social. Las mismas pueden cumplir su rol siempre y cuando cuenten con políticas que les permitan desarrollarlo.
Durante el gobierno de Onganía, los estudiantes se encontraban en gran desacuerdo con muchas medidas del mismo y fueron los únicos que reaccionaron luego del golpe de estado de 1966.
Antecedentes, causas y contexto histórico-político
El golpe de estado de 1966 al mando del general Juan Carlos Onganía, dirigió el país con una concepción autoritaria, la cual fue molesta para la universidad y sentida en contra. Los estudiantes fueron doblemente afectados por este golpe ya que interrumpió la consolidación de una estructura científico-tecnológica moderna en la universidad. Cabe destacar que a partir de allí, disminuyó notoriamente el nivel académico.
Los principios de la Reforma Universitaria de 1918, que se habían difundido de Córdoba a las universidades del mundo, son violados por una dictadura que desprecia la cultura y la ciencia. Conjuntamente, el apego de la universidad a las doctrinas religiosas y conservadoras que rechazan la modernidad y los nuevos conocimientos científicos, la mantienen en un estado colonial que genera un gran rechazo en los estudiantes.
El 29 de julio de 1966, un mes después del golpe militar, las radios difundieron la Resolución del Poder Ejecutivo de suspender docentes universitarios, bajo las disposiciones de la Ley 16.912. Esta ley, dictaba la dependencia de las universidades del Ministerio de Educación, además de dictar también la intervención en las mismas. Además, se anula el sistema de gobierno integrado por estudiantes, docentes y graduados y se prohíbe toda actividad política. Se esperaba que en dos días autoridades y profesores aceptaran, y si así no fuese, los cargos iban a ser considerados vacantes.
Entre 1966 y 1969 se genera dentro de la universidad un clima muy opresivo. Onganía y sus políticas autoritarias generaron mucha frustración en los estudiantes que vieron distanciarse de sus expectativas individuales, políticas y sociales. Por este motivo, junto con docentes universitarios ocuparon cinco facultades en la localidad de Buenos Aires: Arquitectura, Ciencias Exactas, Filosofía y Letras, Ingeniería y Medicina. Como consecuencia, el presidente ordenó desalojar los establecimientos esa noche y envió a la Guardia de Infantería.
La policía actuó muy agresivamente en contra de autoridades, docentes y alumnos al invadir la facultad de Arquitectura. En Filosofía y Letras, los estudiantes fueron desalojados. El decano Osvaldo Fustononi, logró que los estudiantes abandonen la facultad de Medicina pacíficamente, luego de haber tratado y logrado ser escuchado por la policía. Este suceso es conocido como “La Noche de los Bastones Largos” en la que ocurrieron bastonazos, gases lacrimógenos, destrucción de la primera computadora. Como consecuencia, acarreó 400 estudiantes y docentes a la detención, logrando también el éxodo de profesores e investigadores. Como se nombró anteriormente, el nivel académico disminuye en esos momentos y se produce el vaciamiento intelectual de la Argentina.
En abril de 1967 el régimen militar sancionó el decreto ley 17.245 (a instrumentarse en 1968) con la intención de dotar a las universidades nacionales de un nuevo ordenamiento jurídico-legal. Se trataba de un proyecto -en el que trabajaron conjuntamente, estas y el Ministerio de Educación- de 125 artículos donde se eliminaban todas las cláusulas relacionadas con el gobierno tripartito, particularmente a lo que se refiere a la integración de los Consejos integrados por profesores, aunque se preveía la presencia de un delegado estudiantil sin voz ni voto. Era de carácter restrictivo en lo que se refería a las condiciones de ingreso, permanencia y mantención de la condición de alumno regular, obligando a rendir una materia por año, con excepción de los que hacían el servicio militar, tuvieran una enfermedad grave o un viaje por estudios mayor a seis meses.
A estas disposiciones vino a sumarse a la Resolución 175 del Ministerio del Interior que declaraba disueltas todas las agrupaciones estudiantiles que actuaban en la Universidad de Córdoba por considerar que realizaban actividades políticas.
La nueva ley y la resolución generaron un descontento en los estudiantes y en la sociedad civil, y a ellos se agregó en también reacción de oposición a esta medida la oligarquía de la sociedad cordobesa, que pertenecía al seno del estamento estudiantil. Sin ir más lejos, Ernesto Gavier y Rogelio Nores Martínez pertenecían a dicha aristocracia y eran rectores de la universidad.
La protesta no se hizo esperar luego de generarse el clima opresivo en la universidad. Los estudiantes se movilizaron no solo por el bajo nivel académico generado, o por el protestativo poder en su interior, sino porque oponían resistencia a asumirse como instrumento de transformación social.
La protesta de los estudiantes sobre “La noche de los bastones largos” del 29 de Julio 1966, se manifiesta en Córdoba solo en forma de declaraciones de oposición y llamativamente no en forma de manifestación estudiantil. No obstante, esta calma se acabará en el mes de agosto luego de la represión sin motivos que sufrieron estudiantes que reclamaban en el Hospital de Clínicas por la intervención en las universidades.
La huelga universitaria general, el funcionamiento de comedores estudiantiles paralelos como en Barrio Alberdi y centro, los actos relámpagos prohibidos, la falta de concurrencia a clase, la huelga de hambre iniciada por el Movimiento Integralista y el dictado de clases alternativas en espacios extra universitarios (particularmente en centros vecinales y gremios) son nuevas formas o metodologías de protesta que tomaron los estudiantes a partir del anterior enfrentamiento nombrado.
En octubre de 1966 se realiza la “Marcha de la Juventud Comprometida” en respuesta a la iniciativa de la Agrupación Integralista, la cual tenía como objetivo llegar a Capital Federal para expresar su protesta por la ley que abolía la autonomía de las universidades, Ley 16.912. Esta es una expresión de otra metodología estudiantil utilizada, que en su transcurso logró una gran difusión por los medios de comunicación y por lo tanto llegó a la sociedad masivamente, lo que generó en ella un gran impacto y seguimiento.
Cabe hacer referencia también a la Junta Provisoria de Graduados Universitarios” y a la agrupación “Madres Universitarias”, que son otras alternativas de formación de agrupaciones que reivindican la causa de los estudiantes y cuyos integrantes trascienden el estamento estudiantil, lo cual es otro dato de la realidad y lucha de los estudiantes.
El hecho que hace a la culminación agresiva de las manifestaciones estudiantiles se produce en el mes de septiembre, específicamente el 7, en donde se realiza una asamblea que no estaba autorizada por el gobierno, la cual tenía como fin definir el cese o la continuidad de la huelga universitaria, ya que además muchos estudiantes se veían forzados a regresar a sus lugares de origen. Más de mil de estudiantes fueron rodeados en la Plaza Colón por la policía, que apagó el alumbrado público e iluminó la concentración con reflectores. Entretanto, en otras esquinas se concentraban miles de estudiantes. Al momento de abrir la asamblea decenas de patrulleros dieron inicio a una batalla campal, estando el aire saturado de gases lacrimógenos. Por un momento, la policía comenzó a ceder y el dominio estudiantil se hizo más fuerte. La infantería, desbordada, reemplazó los gases lacrimógenos por balas. En la Plaza Colón, los estudiantes escapaban de la policía huyendo hacia el centro. En estos momentos la batalla ya ocurría en un radio de 20 cuadras. En Avenida Colón, un policía había disparado a sangre fría a Santiago Pampillón, que con su muerte, logra la unidad entre obreros y estudiantes por haber sido él ambos. El cuerpo fue trasladado al Hospital de Urgencias, en donde se concentraron por la noche los estudiantes y recibieron nuevamente una dura represión.
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