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Pensamiento Político Indígena


Enviado por   •  23 de Mayo de 2013  •  5.756 Palabras (24 Páginas)  •  526 Visitas

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Pensamiento político indígena

Cosmovisión del mundo indígena: Cosmovisión se refiere al conjunto de creencias, valores y sistemas de conocimiento que conforman la vida social de los grupos indígenas. Pese a la diversidad en el estilo de vida de los indígenas es posible observar una serie de fundamentos los cuales conllevan a asignarles una identidad cultural propia que engloba la religión, la política, la economía y el medio ambiente.

Resistencia indígena como germen del pensamiento emancipador: Jorge Alvarado, embajador de Bolivia en Venezuela cita, Pero donde está el grito de tupac Katari y los otros tantos levantamientos anteriores. De esos movimientos indígenas no se habla tanto como los primeros movimientos verdaderos de liberación. Se habla de la liberación de los mestizos e hijos de españoles, que la historia los demuestra como cruciales, pero esos levantamientos tenían como fin resistir que la corona española se llevara el oro y la plata de ellos.

La batalla política que se viene dando y que se intensificó con motivo de esta fecha histórica, tiene alcances y expresión continental como desde antaño han sido la lucha de nuestra América, cuando se levantaron José Antonio Galán y Túpac Amaru o la resistencia indígena a la invasión europea.

Confederación indígena:

Guaicaipuro: Fue un nativo indígena, jefe de varias tribus caribes, con

el titulo guapotori (jefe de jefes) originario del grupo teques.

A pesar de ser conocido hoy como guaicaipuro, en los documentos del tiempo su nombre fue escrito como Guacaipuro II. Guaicaipuro Formo una coalición de gran alcance en contra de la conquista española, el territorio de la actual Venezuela. El dirigió entre otros a los caciques Naiguata, Guaicamacuto, Chacao, Aramaipuro, paramaconi y a su propio hijo Baruta. Guacaipuro en la actualidad es uno de los caciques más famosos e ilustres. El área ocupada en nuestros días por la ciudad de los Teques, fue poblada por varios grupos indígenas los cuales contaban cada uno con su propio cacique. La tribu de Guaicaipuro, que abarcaba un área desde turgua al este, hasta donde hoy se encuentra San José de los Altos, Al oeste, era una de las más grandes. Uno de sus hijos varones Baruta, se convirtió también en cacique y dominaba el área del actual municipio de igual nombre.

Otras hijas de Guacaipuro eran, al parecer, tioray Caycape. Los españoles descubrieron oro en el área de los teques hacia 1560, y como comenzaron a poblar el sitio de las minas para extraerlo, Guaicaipuro sintiendo su tierra invadida, les ataco, junto a otros caciques aliados, entre ellos Terepaima, y forzando a los españoles a abandonar el lugar. Después del ataque, el gobernador de la provincia de Venezuela, pablo del collado, envió a Juan Rodríguez Suarez en 1561 para pacificar el área. Rodríguez Suarez, creyendo que había alcanzado su tarea al repeler a guacaipuro de la zona, deja el área al cuidado de algunos mineros y de tres de sus hijos, mientras exploraba los términos de caracas.

Popool Vuh: El Popol Vuh o Popol Wuj (en Quiché "Libro del Consejo" o "Libro de la Comunidad"), es una recopilación de varias leyendas del Quiché, un Reino de la civilización Maya al sur de Guatemala; más que un sentido histórico tiene valor e importancia en el plano religioso.

Se desconoce la existencia de una versión original del Popol Vuh, según Delia Goetz: "Deberíamos suponer que sería un libro de pinturas con jeroglíficos que los sacerdotes interpretaban al pueblo para mantener vivo el conocimiento del origen de su raza y los misterios de su religión.". La primera versión escrita de la cual se tiene registro fue elaborada en lengua Quiche utilizando caracteres españoles a mediados del siglo dieciséis - algunos autores la ubican en la década comprendida entre 1550 y 1560. Dicha versión permaneció oculta hasta 1701, cuando los mayas quiché de la comunidad de Santo Tomás Chuilá (hoy Chichicastenango, Guatemala) mostraron la recopilación de sus historias y mitología a un sacerdote dominico: Fray Francisco Ximénez.

Se desconoce el nombre del autor de esta primera versión pero Fray Francisco Ximénez, al notar la importancia del documento, decidió traducirlo asegurando la fidelidad del escrito. Su versión está estructurada en 2 columnas, en una estaba la versión quiché; y en la otra la traducción de Ximénez. La primera versión fue una traducción demasiado literal y resultó muy confusa y oscura. Luego escribió una segunda versión menos literal que incluyó en su "Historia de la Provincia de Santo Vicente de Chiapa y Guatemala" que terminó en 1722.

Los trabajos de Ximénez permanecieron archivados en el Convento de Santo Domingo hasta 1830 cuando fueron trasladados a la Universidad de Guatemala. En 1854 fueron encontrados por el austriaco Dr. Charles Scherzer, quien en 1857 la publicó en Viena bajo el título primitivo "Las Historias del origen de los indios de esta provincia de Guatemala".

Ollantay: El drama OLLANTAY es una de las escasas composiciones que nos quedan de la antigua América. Se han hecho diversas traducciones: el año 1868 una en castellano por José Sebastián Barranca; el año 1871 otra en inglés por R. Markham; el año 1873 otra en español por José Fernández Nodal; el año 1878 otra en francés por Gabino Pacheco Zegarra. según los historiadores, eran los Amautas y Harahuicus los que tenían la obligación de saber de memoria y de recitar todas las composiciones poéticas y crónicas relativas a los hechos memorables, y muchos entre ellos, que tomaban el nombre de Quipucamayos, encargados de los quipus, estaban exclusivamente consagrados a conservarlas por medio de este género de escritura peculiar de los Incas. Ahora bien, no hay más que una alternativa posible respecto a la conservación del drama desde la época en que se compuso hasta la de su transcripción: o fue conservado el Ollantay en un quipu que se pudo salvar de la destrucción de los objetos de esta especie y que guardado por alguno de aquellos quipucamayos, fue trasmitido de viva voz a algún religioso aficionado a esa clase de investigación, el cual lo escribía a medida que el otro le dictaba; o uno de los Harahuicus que lo sabían de memoria, muchos de los cuales es probable existieran aún durante los treinta o cuarenta años primeros de la onquista, lo trasmitió oralmente al aficionado quechuista, que, disponiendo de nuestra escritura, lo copiaría con avidez.

Lo cierto es que el Ollantay quedó escrito, aunque olvidado, en poder de algún aficionado, o tal vez en el convento de Santo Domingo del Cuzco, erigido sobre las ruinas del famoso templo del Sol; pues el códice más antiguo del Ollantay de que se tiene noticia, existía

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