Piratas en panamá colonial
gncarrillo8Tarea17 de Junio de 2018
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Economía transitista
Mecanismo de la ruta
¿Qué eran?[pic 1]
Los caminos que se originaban en las poblaciones de Nombre de Dios y Portobelo (antes Fortuna), a los cuales hay que agregar las del otro puerto atlántico, el de Chagres. Eran el Camino Real (todo terrestre) y el Camino de Cruces (terrestre y fluvial).
Ellos estaban llenos de peligrosos enemigos para las valerosas personas que por un motivo u otro se atrevían a pasarlos, pero no parecía que estas le daban mayor importancia a lo anterior.
Otro dato más para aportar era que el tránsito desde Portobelo a Panamá o viceversa duraba cuatro días por el Camino Real y casi dos semanas por el de Cruces.
- Camino Real
1515 y 1519, entre exploraciones y avasallamientos, un camino fue definido entre Nombre de Dios, poblado fundado por Diego de Nicuesa en 1510, y el Mar del Sur. El 15 de agosto de 1519 Pedrarias fundaría la Ciudad de Nuestra Señora de la Asunción de Panamá, poniéndola a cargo a Gaspar de Espinosa. Ese camino conocido de antemano por los nativos del área, atravesaba la zona alta del río de Los Lagartos, como lo llamó Cristóbal Colón, cercana a Nombre de Dios y que Vasco Núñez de Balboa llamaría Chagre. Este fue el primer camino principal: el Camino Real de Nombre de Dios. Para 1521 en la desembocadura del río se establecería un poblado del mismo nombre: Chagre. [pic 2]
- Camino de Cruces
Fueron evidentes las dificultades, especialmente para los viajeros, del Camino Real de Nombre de Dios. Desde 1532 fueron numerosas las peticiones por encontrar o hacer un mejor camino. El gobernador ordenaría limpiar el Chagre para mejorar la navegación y hacer un camino a la ciudad. La ciudad recibió Cédula en 1533 para “hacer el camino por el rio de Chagre por donde se podría venir en barcas y bergantines hasta cinco o seis leguas de la ciudad de Panamá y el resto del camino hacerlo con carretas y que asi convendría”. (Archivo de Indias, Panamá 234). Este nuevo camino sería el que vendría del desembarcadero de Cruces –o Cruzes como se le llamó entonces- en el río Chagre, situado por Hernando de la Serna en 1527, hasta la ciudad de Panamá: se crea así el Camino Real de Cruces.[pic 3]
Piratería
- Piratas más nombrados en Panamá
- Henry John
- Francis Drake
- William Parker
- John Oxenham
- Jean David Nau
- Edward Mansfield
- Edward Cook
- Bartholomew Sharp
- John Coxon
- Lugares donde robaron y ¿que robaron?
Corsarios en el Istmo de Panamá siglo XVI
En abril de 1568, la Real Audiencia informaba al Rey sobre la apresurada salida de la flota del Tesoro ante la presencia de 50 o 60 franceses e ingleses, con la intención de pasar a Nombre de Dios. Los corsarios capturaron una fragata que transportaba 75.000 pesos en barras de oro y plata y “pizas ricas”, además de otras mercancías particulares valoradas entre 12.000 a 200.000 pesos.
Pocos meses después, los franceses capturaron en la costa de Veraguas cuatro fragatas.
La desvergüenza de los franceses ya les parecía demasiado, tanto así que principios de 1569, el recién posesionado Presidente de aquel tribunal. Diego Lope de Vera, comunicaba que en su viaje a Nombre de Dios fue perseguido, entre Santa Marta y Cartagena, “por un corsario francés con su navío y chalupa media día y media noche”. Por estas fechas, los corsarios franceses entraron al rio Chagres y robaron barcos cargados con 12.000 pesos de oro y plata, además de harina, cueros curtidos y otras mercaderías. Después intentaron recalar en la costa de Veragua, con el propósito de apoderarse del oro que se recogía en concepción, pero el mal tiempo se los impidió.
A principios de 1571, Francis Drake, después de rastrear a los galeones y apresar el barco de aviso en su viaje a Nombre de Dios, en alianza con corsarios franceses que merodeaban por el lugar, remonto en galeotas y chalupas el Rio Chagres hasta la Villa de Cruces. Capturo algunos barcos con cargamento de ropas valoradas en más de 20.000 pesos, algunos negros y 15.000 pesos de plata ensayada. A su regreso se apodero del navío de Diego de Acevedo en la desembocadura del Chagres y otros barcos provenientes de Nombre de Dios. Mientras Drake retornaba a Inglaterra con el botín, los franceses se situaron en Bastimentos, cerca de Nombre de Dios, donde apresaron doce o trece barcos con mercaderías y negros que venían del Chagres, cuyo valor, según la Real Audiencia, ascendía a más de 150.000 pesos, a los había que añadir otros 80.000 pesos de plata ensayada.
A principios de julio de 1572, Drake regreso al Istmo con los barcos Swan y Pasha y una dotación de 73 hombres, a los que se sumaron otra treintena a cargo del capitán James Ranse, otro corsario inglés. Drake se encamino a Nombre de Dios donde desembarcó en la madrugada sorprendiendo a los españoles con el ruido de trompetas y tambores. En la casa del gobernador, donde se guardaban los tesoros provenientes del Perú, los asaltantes pudieron ver un cuantioso cargamentos de barras de plata “de setenta pies de longitud, diez pies de ancho y doce pies de altura, amontonados contra la pared; cada barra pesada entre treinta y cinco a cuarentas libras”. No obstante, los corsarios apenas si cargaron con algunas de esas barras, debido a que Drake resulto herido gravemente en una pierna.
En febrero de 1573 atravesó el Istmo y cerca de la Vila de Cruces preparo una emboscada pero esta fracaso por la imprudencia de un marinero borracho, así que ataco sorpresivamente a la Villa de Cruces y destruyo el almacén de las mercaderías, si bien no maltrato ninguno de los vecinos. A finales de marzo, en unión de 70 corsarios franceses que encabezaba Le Testu, cerca de Nombre de Dios, Drake logro capturar tres recuas de 190 mulas que transportaban aproximadamente 30 toneladas de plata, pero solo pudo cargar con la mitad de tan rico botín con el que retorno a Inglaterra. No esta demás decir que Drake enterró el resto del tesoro, si bien los españoles lo rescataron poco después.
De diciembre de 1574 a mayo de 1575, los corsarios capturaron embarcaciones en Nombre de Dios. Más aun, asaltaron y se tomaron la población de Concepción en Veragua “y estuvieron hechos señores de la dicha ciudad un día y una noche saqueando lo que en ella había y se llevaron presos en sus fragatas a algunos de los vecinos y les rescataron la vida a dos y a tres mil pesos y mataron tres o cuatro vecinos y se llevaron muchos esclavos por fuerza de voluntad.”
A mediados de 1576, unos corsarios ingleses se situaron en la desembocadura del Chagres y apresaron dos barcos cuyo cargamento de mercancías se calculó en 2.400 pesos.
Especial mención merecen las depredaciones que en las costas del Pacifico de Panamá llevo a cabo John Oxenham, entre 1576 a 1578, aunque en calidad de lugarteniente ya había acompañado a Drake años atrás en el asalto a Nombre de Dios y en la correrías por el Chagres y el Camino de Cruces. Establecido en el Darién, no solo asolo por el litoral atlántico, sino que, a principios de 1577, con la colaboración de los cimarrones de Luis de Mozambique, cruzo hacia el Mar del Sur en una ruta que recuerda la utilizada por Balboa hacía más de sesenta años, es decía: partió de Acla. Aprovecho el curso del rio Balsas y otros brazos de agua hasta que alcanzo el Golfo de San Miguel. Alii construyo pinazas con las que incursiono por las Islas de las Perlas donde profano la iglesia, saqueo las pesquerías, robo esclavos negros y apreso numerosas embarcaciones, entre otras un navío de Quito con más de 4.000 pesos del Rey y otros 50.000 pertenecientes a mercaderes particulares. Desistió de atacar a la ciudad de Panamá, porque encontró que la guarnición española lo estaba esperando.
A finales del siglo, Drake, en compañía de John Hawkins y otra expedición de 25 navíos, realizo su última incursión en aguas del Caribe. Hawkins murió poco antes de que Drake Fallara en su intento de apoderarse de San Juan de Puerto Rico. No obstante, este redujo a cenizas a Rio Hacha, saqueo Santa María y, el 27 de diciembre de 1595, destruyó por completo a Nombre de Dios, incluso quemo todas las naves españolas ancladas en este puerto y en Chagres.
Aun no se habían terminado de construir todas las fortificaciones de Portobelo, cuando en la media noche del 16 de febrero de 1602, el corsario inglés William Parker entro sigilosamente con cuatro lanchas en la bahía y le prendió fuego al barrio de Triana, lograron reunir un botín de 10.000 pesos a los que deben añadirse otros 2.000 producto del rescate del factor Diego de Ortega, 14 esclavos negros, tres piezas de artillería de bronce y una fragata.
Los asaltos piráticos del siglo XVII
Las poblaciones del Istmo no fueron víctimas de saqueos importantes hasta los años sesenta.
En 1668, luego de la captura y saqueo de Puerto Príncipe (hoy Camagüey) en Cube, Morgan se propuse hacer lo mismo con Portobelo. Reunió una flota con los que partió de Jamaica. Los piratas recalaron en un punto de la costa a diez leguas de Portobelo y con embarcaciones menores llegaron hasta la ensenada de Buenaventura para entrar por detrás del puerto. Después de apresar a un centinela y rodear al fuerte de Santiago de la Gloria, conminaron a la guarnición a rendirse, o “todos serian despedazados, sin darle cuartel a ninguno” según nos dice Exquemeling. Los españoles respondieron con descarga de mosquetería y pese a su valiente resistencia, los piratas se tomaron la fortaleza. Entonces “encerraron a todos los oficiales y soldados en un departamento, pegaron fuego a la pólvora y volaron el castillo entero con todos los españoles que habían en él”. Aun así el valiente Gobernador continuo la lucha en las secciones del fuerte y prefirió morir antes que rendirse a los asaltantes. Poco después Morgan sometió a la guarnición del castillo de San Felipe y se dedicó al saqueo de la ciudad, así como “a toda clase de desórdenes y excesos” a decir de Exquemeling. Intimido y torturo a los vecinos para que le indicaran donde había ocultado sus riquezas. Más aun, el pirata amenazo con quemar el puerto a menos que se le pagara un rescata de 100.000 pesos. Durante quince días Morgan permaneció en Portobelo y logro reunión la considerable suma de 250.000 pesos, además de diversas mercancías y objetos religiosos. Antes de zarpar rumbo a cuba “donde busco un lugar apropiado para divertirse con toda quietud y el reposo el botín adquirido”, cargo con los mejores cañones de los castillos y clavo los restantes que no pudo llevarse.
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