Piratas y Corsarios en la América Colonial

Piratas y Corsarios en la América Colonial

Identificación del tema.

La época colonial es por mucho la base de la formación de la identidad americana, es en este periodo que se produce el asentamiento español dentro del territorio recién descubierto, implantando su cultura y toda su organización social, sobre todo en el ámbito económico.

Será la economía entonces uno de los temas que más tome protagonismo dentro de la Colonia, por ser esta una economía naciente que se adapta a los procesos que se llevan a cabo dentro de los nuevos territorios de la Corona Española, el control de esta última sobre el comercio y la acumulación de las riquezas descubiertas serán las causas que originen problemas tan complejos para la Corona Española como lo fue la aparición de grupos de piratas en busca de las riquezas que ostentaba el nuevo mundo.

En cuanto al problema de la aparición de los piratas en América, para nadie es desconocida la ambición que generó el nuevo territorio para las potencias europeas ni el control ejercido sobre el comercio por la Corona Española mediante el monopolio comercial. Será el mar el gran protagonista, por medio de esta vía entrarán productos provenientes de Europa, sino que también es allí donde se van a producir asaltos a barcos y robos de riquezas, que luego pasará también a las ciudades.

Análisis Bibliográfico de la problemática

Cuando hablamos de piratas y corsarios lo primero que se nos viene a la mente son personajes de ciencia ficción o novelescos que nos han creado el mundo cinematográfico, por lo que se nos es difícil hacernos una verdadera imagen de estos personajes, para ello hemos hecho una investigación basada en el relato de embarcaciones que se trasladaban a través de rutas comerciales en busca de productos para el posterior trafico de estos. Entre los relatos nos encontramos con narraciones que nos señalan una medida en contra de los continuos ataques que reciben los galeones pertenecientes a las corona de España y Portugal los principales países que trasladaban sus materias primas a Europa.

Dentro de un contexto de continuas guerras europeas, con motivaciones religiosas, dinásticas y comerciales, piratas, corsarios y contrabandos son clasificados como una de las consecuencias de la guerra de los treinta años originando así la penetración de nuevas potencias europeas en el mar de las Antillas; como menciona Armando de Ramón en su Historia de Hispanoamérica; Volumen I; la continua rivalidad motivaran el intervencionismo pacífico y violento de estas potencias rivales de la Corona Española por medio del contrabando y la piratería (1992, p 322)

Desde un punto geográfico nos podemos dar cuenta que esta propició que se produjera un mercado principalmente marítimo.

Este mercado marítimo será el que utilicen los estados contrarios a España, como Francia, Inglaterra y Holanda, para penetrar este nuevo territorio y también verse beneficiado de las riquezas existentes en este, además de ser un medio para continuar con el enfrentamiento en contra de España.

Es difícil encontrar documentos que aludan al tema de corsarios, piratas y sus contrabandos ya que no se han hecho mayores estudios sobre estos temas y sólo podemos encontrar breves relatos en libros de Historia de América los cuales se enmarcan en un tema más bien económico directamente relacionados, pero también se pueden encontrar revistas de investigación internacional algo mas serias que nos proporcionan datos concretos pero insuficientes, así como revistas que sólo nos relatan hechos anecdóticos de estos personajes y hazañas, pero todos ellos nos muestran tan sólo una pequeña, resumida y breve parte de lo que es el tema en general.

Nuestra información plasmada en este trabajo es principalmente adquirida de fuentes escritas, tales como artículos de revistas internacionales digitales, las cuales nos muestra desde sus inicios aproximados hasta la llegada de estos a América, además de sus reglas.

También fue extraída información de textos de historia como Historia de América de Armando de Ramón y otros; haciendo alusión a el comercio y las consecuencias de la guerra de los treinta años. Acá también se muestra la rivalidad de otras naciones con España y Portugal, como corsarios y piratas con sus saqueos y contrabandos se presentan como una oportunidad de entrar a estas nuevos territorios beneficiándose de sus riquezas, en la segunda parte de esta obra: Historia de Iberoamérica, Tomo II: Historia moderna por Pablo Emilio Pérez-Mallaína y colaboradores, menciona el tema solo como algo superficial refiriéndose a la identificación de una solución a los circuitos de los mercados cerrados por el monopolio comercial Español además de presentar como activar de cierta forma la economía del naciente mercado indiano.

Como se menciono en el principio del análisis bibliográfico es muy difícil de poder encontrar suficiente información con fuentes, que se ha tenido que recoger relatos desde revistas digitales hasta textos y paginas webs para poder estructurar este trabajo.

Desarrollo y contextualización histórica

Durante el periodo que sigue al descubrimiento y conquista de América, comienza a desarrollarse con mayor fuerza el comercio entre nuevo y viejo mundo, además, cada vez era mayor el número de personas que querían viajar a América en búsqueda de riquezas.

Para entender este interés, uno debe recordar el impacto impresionante en Europa, primero, la llegada del tesoro azteca desde México, y, más tarde, de las artesanías preciosas incaicas del Perú, enviados desde España como regalos para la Corona Española. Además, ya para la década de 1540, la leyenda atrayente de El Dorado parecía ser una fuerte confirmación de la riqueza en el sur [1], estos y varios otros motivos, provocaron que no sólo comerciantes y mercaderes viajaran al nuevo mundo, sino que también otros grupos con las mismas ansias de riqueza, nos referimos a los Piratas y Corsarios, que no sólo asaltaron las naves españolas que transitaban entre Europa y América, sino que interrumpieron las líneas comerciales y saquearon los beneficios económicos que España tenía en América.

Los piratas son personas que se dedican principalmente al abordaje de barcos para asaltarlos y robarles la mercancía. Los piratas, con su afán de conseguir riquezas, capturaban barcos y vendían todo aquello que fuera valioso.

En su mayoría, eran personas libres que no estaban bajo la jurisdicción de ningún país, por tanto actuaban según sus propias motivaciones, sin embargo, de igual forma eran perseguidos por los países a quienes les habían robado o atacado.

El éxito de muchas de las incursiones que realizaron los piratas en territorio americano, se debe en gran parte a la debilidad del imperio ultramarino español, esto se debe a que las colonias no contaban con un número suficiente de hombres y fortificaciones, además de que en el territorio existían un sinfín de islas y lugares difíciles de vigilar.

Cuando los piratas decidían asaltar, a los saqueos, acompañaban muertes, violaciones, incendios y cautiverios. Los pobladores se defendían dirigidos por sus capitanes de guerra, hasta que se dieron cuenta de que lo mejor para combatir a la piratería era practicar el corsarismo. Con patentes de corso extendido por los gobernantes españoles comenzaron a navegar, especialmente en Cuba, aventureros hispanos que infligían graves mordiscos a los extranjeros[2]

Régimen comercial de monopolio: el sistema de las flotas y galeones.

«El régimen comercial entre la metrópolis y las indias está definido por el término de monopolio, establecido principalmente a favor de la corona y extendido luego para algunos grandes comerciantes españoles que fueron llamados “cargadores de la carrera de indias” este monopolio se ejercía desde España, a través del puerto de Sevilla, reemplazado mas tarde por el puerto de Cádiz (1717), y desde las indias, por los puertos de Veracruz para la nueva España, de Cartagena para la Nueva Granada y de nombre de Dios, más tarde de Portobelo, en Panamá, para el virreinato del Perú.»[3]

«La autorización a los súbditos españoles para comerciar con las indias trajo como consecuencia el establecimiento de la casa de contratación en Sevilla que fue la encargada de velar por el cumplimiento del monopolio. No obstante en 1526, durante el reinado de Carlos V, se autorizo el comercio de las indias a sus demás súbditos flamencos y alemanes, medidas que doce años más tarde fue derogada, prohibiéndose el paso extranjeros a las indias. »[4]

«Para los españoles fue posible intervenir en estas actividades mercantiles mediante dos caminos. Uno fue el mecanismo de licencias especiales que se otorgaron para obtener ingresos de dinero a las arcas fiscales y que permitió que algunos extranjeros pudieran pasar a las indias con las flotas. Otro medio, más frecuente, consistió en el uso de testaferros, los cuales permitieron la asociación de comerciantes españoles con otros extranjeros y, de hecho, la participación en la propia Sevilla de los no españoles». [5]

«Todo este trafico y comercio estuvo reservado desde el siglo XVII a los grandes mercaderes llamados cargadores, los cuales controlaban la información sobre la situación del mercado, contaban con un respaldo crediticio que les permitía asumir los riesgos de una navegación tan aleatoria y poseían capital suficiente». [6]

La navegación en un inicio y hasta 1521, se realizo con barcos que navegaban por su cuenta sin protección armada

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