ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Platón Y La Educación


Enviado por   •  3 de Julio de 2014  •  2.595 Palabras (11 Páginas)  •  201 Visitas

Página 1 de 11

Platón y La Educación

Introducción

Se dice, en un sentido muy “vazferreirano” que la historia de la educación se dilata en dos direcciones: profundidad y extensión, o si se quiere, una forma de abordar la historia sería, un nivel general de profundidad y el énfasis en determinados momentos o fenómenos que queremos destacar.

En el caso de este breve informe, el énfasis estará puesto en el lugar que ocupa la educación en la obra de Platón y más específicamente en el capítulo VII de La República, en el que aparece la famosa Alegoría de la Caverna.

El Hecho Pedagógico

El hecho pedagógico entendido como la educación, es un hecho que se realiza desde los orígenes de la sociedad humana, se caracteriza por ser un proceso en el cual las generaciones jóvenes van adquiriendo los usos y costumbres, las prácticas y hábitos, las ideas y creencias, es decir, la forma de vida de la comunidad a la que pertenecen.

En la actualidad este proceso dura toda la vida y es, no solo intencionado sino también institucionalizado. Pero entre los pueblos primitivos la educación ya se manifestaba, con la influencia prácticamente inconsciente del adulto sobre el niño y el adolescente. El cazador inicia a sus hijos en las técnicas para la caza y la madre les enseña las artes del cultivo y del uso de diferentes hierbas por ejemplo.

Desde esa temprana edad del hombre, hasta la antigua Grecia la educación ya había adquirido un enorme desarrollo y forma parte, en el caso de los griegos, de las cualidades que debe tener el ciudadano de la Polis.

Educación en Grecia , Homero y Platón

Con los griegos se inaugura otro estilo de cultura y de educación. Poco a poco va ganando terreno la idea de que la cultura es obra y creación del hombre, es conquista prometea (Prometeo simboliza en la mitología griega la bravura humana frente al destino) .

En este tiempo la educación ya posee un carácter humano y cívico que pone el acento de la educación en el cultivo de las aptitudes humanas.

Sin dudas, el descubrimiento del valor humano en sí, de la personalidad, independiente de toda actividad religiosa, el reconocimiento de la razón autónoma, de la inteligencia crítica liberada de dogmas…la creación del orden, de la ley, del cosmos, tanto en la naturaleza como el la humanidad , el espíritu competitivo e individualista en busca de la aretè, son características que distinguen al mundo griego y que encuentran muchas de sus expresiones en la educación.

Esta sociedad, que no tenía una casta sacerdotal definida y cuya religión además de no ser monoteísta, tenía dioses antropomórficos con características similares a las de los humanos y muy diferentes a las divinidades de otras religiones, sienta sus bases educativas no en un libro sagrado, sino en las palabras de un poeta, en los poemas homéricos, donde la épica y el heroísmo (generalmente trágico) de sus protagonistas forman parte de las historias con las que se educan todos los griegos.

Platón a pesar de criticar en muchas de sus obras a Homero, reconoce que éste es el gran formador de Grecia, aunque su pensamiento reserva un lugar y unas funciones para la educación bien distintas a la de los poemas homéricos.

Comprendió el filósofo, aún siendo joven, que la educación del hombre, y en especial del gobernante, es el único camino para llegar a conformar una sociedad justa. Sólo quien vive en el diálogo directo con lo inteligible, quien se eleva de lo mudable y sensible a lo inmutable y eterno, posee la mirada profunda que necesita el hombre de Estado para conducir la sociedad real hacia la sociedad ideal. La política debe plasmar en la ciudad terrena el arquetipo que contempla en el mundo ideal , y la educación es el cincel que permite modelar la sociedad ideal en este mundo limitado por el devenir, el cambio y la materia.

Para Platón la verdadera educación consiste en superar el sentido común, la forma media de ver las cosas, para descubrir lo que hay detrás. La verdadera educación implica la adopción de una óptica "nueva" que se adquiere cuando uno se aleja de lo cotidiano o, mejor aun, cuando comienza a mirar lo cotidiano con ojos diferentes, con los ojos del alma.

Vale la pena detenernos en ésta frase, con mirar con los ojos del alma Platón hace referencia a su concepción de la naturaleza dual del hombre que es, cuerpo y alma, sobretodo alma ya que el cuerpo sería solo una morada transitoria para la misma, concepción esta, que adopta Platón influido por los mitos órficos y que también difiere bastante de la concepción homérica donde no se concibe al hombre con tal naturaleza

El hombre es su alma, y el alma es primordialmente razón. Junto a la razón se encuentran las partes del alma: la racional, que es la parte superior del alma, la irascible y la concupiscible; estas dos últimas, son fuerzas irracionales, que imprimen dinamismo a la vida anímica pero pueden conducirla por caminos equivocados, llevando al hombre a vivir una vida indigna e irracional. Platón explica estos tres estados del alma en su obra Fedro y en el Fedón desarrolla la teoría de la transmigración de las almas, de la cual se desprende que el hombre aprende por reminiscencia. Va a decir el filósofo que conocer es recordar, es decir, el verdadero conocimiento está impreso en el alma, cuando conocemos en realidad lo que hacemos es recordar lo que siempre ha estado ahí.

El alma conoce las ideas antes de participar del mundo pero una vez en él debe, mediante un proceso gradual buscar el conocimiento de esas ideas o esencias verdaderas. Y esa es la tarea de la educación para Platón, apartarse del mundo de las apariencias y de la doxa para alcanzar los verdaderos conceptos supremos, inmutables, eternos e imperecederos como la idea de bien, de belleza, de justicia.

Es en ese sentido y en ningún otro que Platón concibe la tarea central de la educación y es a través de ella que el hombre alcanza toda la perfección de la que es capaz.

Al respecto dice: …por consiguiente, la educación consistirá en el arte de hacer girar ese órgano (la vista) sobre sí mismo, pero no introduciendo en él la capacidad de ver, porque ya la posee; sino procurando que se oriente y se dirija hacia la dirección correcta .

Dicho de otra forma, en este pasaje, la educación es presentada como el arte de hacer girar el órgano del conocimiento sobre sí mismo, el arte del alma de volverse sobre sí para reconstruir la observación de lo sensible y mudable. La educación debe procurar, mucho más que la introducción

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (15.3 Kb)  
Leer 10 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com