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Poder Maritimo


Enviado por   •  5 de Junio de 2013  •  3.080 Palabras (13 Páginas)  •  956 Visitas

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FILOSOFÍA DEL PODER MARITIMO

Los peruanos tenemos una filosofía, una doctrina de poder marítimo y, por ende, de poder naval, por hechos que señala nuestra historia marítima. Claro está que siempre hemos estudiado el tema. Pero ¿han servido tales estudios para que logremos tener un planteamiento que sirva de entendimiento común, de vínculo, de vehículo práctico y válido, que se prolongue en el tiempo, entre los niveles de decisión política del desarrollo y la seguridad, y la sociedad civil, de manera que se acepte que nuestro poder naval, como parte del poder nacional, tenga una Doctrina Marítima: Intereses Marítimos Nacionales capacidad tal que garantice la seguridad nacional en el mar y no exclusivamente en las aguas de nuestro dominio marítimo?

Es obvio que no tenemos un proyecto marítimo nacional, pues de otra manera no habría un sentimiento general de frustración -como sucedió en 1879-, para cumplí nuestro rol de seguridad y desarrollo en el mar con la eficiencia que la población del Perú cree que deberíamos hacer.

Tenemos que aceptar la falta de una conciencia marítima en general y naval-militaren el ámbito de la defensa marítima nacional, en todos los estamentos, es decir, que no existe el convencimiento sobre el grado en que los peruanos dependemos del mar para nuestro desarrollo, supervivencia y seguridad, y la demostración más palpable está en la discontinuidad y ausencia de armonía en lo que atañe al crecimiento y decaimiento de las distintas ramas del quehacer marítimo, sean de orden militar, jurídico, económico, industrial o comercial, público o privado.

El ilustrarse sobre la filosofía del poder marítimo en estas líneas, no es garantía de conciencia marítima.

En el tiempo no hemos sabido ganar a la sociedad civil para promover conciencia naval en particular y marítima en general, así como tampoco las Fuerzas Armadas en su conjunto, no han salido del ámbito castrense para forjar una conciencia de seguridad nacional en todos los peruanos, y los primeros que tenemos que fortalecer nuestra conciencia marítima somos los profesionales del mar. Mahan y Corbett buscaron que los Oficiales de Marina se interesaran por la teoría e historia naval. La teoría de la guerra y específicamente la de guerra naval para forjar conciencia naval.

En cuanto a la historia, se está avanzando por medio de la Historia Marítima del

Perú. Gracias a ella, ya podemos conocer algo más, hasta comienzos del siglo XX, trayéndonos a la luz hechos encomiables y censurables, así como personajes que llenarían de orgullo a cualquier marina, pues no toda nuestra historia naval comienza a partir de Angamos.

Recordemos que esta obra también es de los intereses marítimos, comprende la participación de la institución naval en la exploración y desarrollo de la saga Oriental y del Lago Titicaca.

Son muy escasos los documentos peruanos del siglo XIX, antes de la guerra con Chile, que nos permiten conocer con exactitud cuál era el concepto que nuestros antecesores exponían sobre la necesidad de una Marina de Guerra aunque, obviamente, los hechos históricos habían puesto en evidencia esa necesidad.

El comandante Camilo Carrillo, Director de la recién creada Escuela Naval, en un informe de 1870, manifestaba que la misión de la Escuela era “preparar Oficiales para que la Marina Nacional estuviera en capacidad de defender la integridad territorial y su comercio”.

Más tarde, en otra Memoria, decía que “había sido necesario buscar en nuestros archivos todos los datos posibles sobre la Marina Nacional, cuya historia se hace indispensable enseñar a la juventud, toda vez que no es posible desconocer los importantes servicios que en toda época ha prestado a la independencia e integridad de la Nación”.

Esa búsqueda de archivos, más los hechos históricos universales y la propia Historia del Perú, en general y de la Marina en particular, se plasmaron en la Doctrina Marítima: Intereses Marítimos Nacionales obra “Historia de la Marina” que preparó el teniente Manzanares para enseñanza en la Escuela Naval, manuscrito que no ha llegado a nuestros días.

Poco después, en 1872, en otro informe, el comandante Carrillo comentaba sobre el entusiasmo que la fundación de la Escuela Naval había despertado en la juventud para dedicarse a la carrera naval, describiéndola como una carrera tan necesaria para la “responsabilidad de la República como indispensable para la protección de su comercio”. Pero no sólo el comandante Carrillo, puso en blanco y negro esos conceptos, también lo hizo Miguel Grau en su memoria de 1878, como Comandante

General de Marina, al elevarla al Ministro almirante Antonio De la Haza, decía que lo hacía “con el propósito de que VS se imponga del estado actual de nuestra escuadra, para que conozca la Fuerza útil Marítima de la Nación, puede (VS) proveer a sus necesidades y darle la preponderancia que tanto a menester”.

Así pues, entre lo expresado por Carrillo y Grau, nuestros antecesores expusieron al nivel político los fundamentos de la existencia de la Marina Militar: defensa de la integridad territorial, de los derechos de la República, protección al comercio. Fuerza útil Marítima, decía Grau, que no es otra cosa que sinónimo de poder naval. Es decir, prácticamente el mismo concepto que expresara Mahan con su término de ‘Sea Power’ en 1890. Pero no sólo lo decían al nivel político, sino a la población en general, pues esos documentos se publicaban en los medios de comunicación del

Estado y privados, con el propósito de crear conciencia naval en el país.

Grau, no se refirió sólo a las fuerzas navales, sino que también expuso sus puntos de vista sobre los otros tres pilares: personal, organización y elementos de apoyo en tierra de todo orden. Como también tratase de asuntos estratégicos al decir, que una buena escuadra afianza los intereses, la tranquilidad y soberanía de la nación; de lo táctico, al referirse a los combates del monitor Huáscar con los buques ingleses en 1877; y a lo logístico al mencionar que “conservar buques de poca marcha y deteriorados, sólo aumentan los gastos de la escuadra sin provecho y con detrimento de la conservación de buques”, se estaba refiriendo a lo que muy bien podríamos definir como poder naval integral.

El comandante Fernando Romero, explica que hasta 1850 no hubo una política naval, y que en todo caso sólo hubo en la época del libertador Ramón Castilla, a quien se atribuye la expresión, “cuando Chile compre un buque el Perú comprará dos”, el inicio de un proceso de toma de conciencia naval que continua hasta hoy.

Esa política naval sólo

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