Porfiriato
Topiyo7779 de Enero de 2013
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FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS-UABC
México en el Siglo XX Libro México Bárbaro
Historia Política, Social y Económica de México.
Mosqueda Loeza Juana
23/11/2012
Jamás un pueblo demócrata ha votado una sexta reelección. Pero si se prueba que la sexta reelección es necesaria para el bien del país, hay que deducir serena y tranquilamente que todavía no hemos logrado ser un pueblo democrático (...) ¿Qué es lo que ve el país que se le ofrece después del General Díaz? ¡Hombres y nada más que hombres! Para después del General Díaz, el país ya no quiere hombres. La Nación quiere partidos políticos; quiere instituciones; quiere leyes efectivas... (Francisco Bulnes, diputado, ante la sexta elección de Porfirio Díaz).
“México Bárbaro” de John Kenneth Turner
Introducción
En este trabajo analizaremos el libro de John Kenneth Turner, “México Bárbaro” considerado un clásico dentro de la historiografía de la Revolución Mexicana. El autor comenta en el prólogo de la primera edición, impresa en 1910 unos meses antes del estallido del conflicto, que: “Desde la primera edición de este libro […] las dos profecías que contiene se han cumplido…”
Turner se refería a proféticas visiones acerca del inminente inicio de una “revolución a favor de la democracia” en México. Además, que los Estados Unidos intervendrían con su ejército, si fuera necesario, para sostener a Díaz o a su sucesor. Es interesante tomar en cuenta las impresiones y la imparcialidad de Turner. Quizá, su visión de periodista y sus simpatías por los liberales, lo hicieron crítico de los gobiernos de Díaz y de Taft. El ensayo que se presentó como reportaje en la revista “The American Magazine”, fue muy criticado por la opinión pública de su país. Prácticamente desenmascaró el gobierno de Díaz, pero también censuró y reprobó las acciones intervencionistas de su gobierno. “Aunque ni un solo soldado llegue a cruzar la línea, ni los barcos disparen un solo tiro, se trata de una intervención efectiva”.
No quisiera omitir el interés de realizar el presente ensayo a razón, de que el maestro durante las clases del semestre siempre hizo referencia a esta obra magistral, que sin duda es un icono representativo de la cruda realidad por la que pasaba México durante el Porfiriato. Episodio que daño hasta lo más profundo del pueblo mexicano.
Los esclavos de Yucatán
Turner decidió visitar México y escribir sus reportajes por la información que le proporcionaron los hermanos Flores Magón. Los liberales mexicanos, en el momento de las entrevistas que les hizo, se encontraban presos en una penitenciaría de Los Ángeles. Precisamente, esa información de los magonistas relativa a las condiciones de esclavitud en que se encontraban miles de mexicanos, fue lo que incitó al periodista.
Su incredulidad acerca de la práctica de esclavitud lo motivó para investigar la realidad en que se encontraba México. En Estados Unidos y en Europa se creía que nuestro país era atrasado, pobre, con gente diferente. Esa idea la cambió Turner al cruzar la frontera: “Yo encontré que México no era ninguna de esas cosas. Descubrí que el verdadero México es un país con una Constitución y leyes escritas tan justas en general y democráticas como las nuestras; pero donde la Constitución ni las leyes se cumplen”.
Posteriormente amplía sus observaciones al decir que en nuestro país no existía la libertad política, ni de expresión, ni los partidos políticos. Encontró que la gente era pobre porque no tenía derechos, donde el peonaje era común y la esclavitud efectiva en miles de mexicanos. Turner cruzó todo el país hasta llegar a Yucatán y ¡ahí encontró la esclavitud! Según sus cálculos eran más de cien mil los esclavos, en manos de 50 “reyes” del henequén.
Para poder ingresar al cerrado círculo de henequeneros, se hizo pasar por inversionista con mucho dinero que deseaba colocar en las haciendas. El principal cacique del henequén era Olegario Molina, quien fuera gobernador de Yucatán y propietario de más de 6 millones de hectáreas. Turner calculó los trabajadores del campo o esclavos, en ocho mil indígenas yaquis, tres mil chinos y 100 o 125 mil mayas.
En Yucatán comenzó a ganarse la confianza de los henequeneros, de algunos de sus capataces y jefes, y algunas autoridades. Importante datos recibió del presidente de la Cámara Agrícola de Yucatán, quien le dio bastante información que plasmó en sus reportajes. Las revelaciones acerca de los esclavos, la manera de engancharlos, de transportarlos y de alimentarlos, fueron impactantes para el periodista. Joaquín Peón le informó que los mayas morían con mayor rapidez de lo que nacen. Enrique Cámara Zavala, presidente de la Cámara Agrícola, le dijo que dos tercios de los yaquis morían el primer año de su estancia en la región. Los indígenas yaquis llegaban a Yucatán a razón de 500 por mes y en las cuerdas se incluía a hombres mujeres y niños.
Turner descubrió que existía una elaborada organización de prestamistas, enganchadores, hacendados, militares, policías y autoridades coludidas en el negocio de la esclavitud. Todos estos hombres compraban y vendían esclavos y era un excelente negocio, y la materia prima fácil de conseguir. Aunque se debe de aclarar que no para todos los enganchados se empleaban los mismos procedimientos. Los pobres infelices que eran atrapados entraban en un sistema de deudas; es decir, contraían una deuda con prestamistas y éstos las pasaban a los dueños de las haciendas. Así se convertían en esclavos, esta situación no aliviaba el problema sino que lo hacía más severo. En las haciendas el adeudo se incrementaba y si moría el deudor antes de liquidar su compromiso, éste era pasado a sus familiares. Los que morían [la gran mayoría] eran reemplazados por los infortunados asalariados o desempleados de algunas ciudades.
Acerca de los chinos [coreanos dice el autor] no da muchas referencias y de cómo llegaron a Yucatán, aunque calcula su número en 3,000. La situación para los asiáticos era idéntica a la de los demás trabajadores de las haciendas. Probablemente, llegaron engañados por conseguir un buen trabajo y mejores condiciones de vida que la habida en sus lugares de origen. Los Trusts eran poderosas mafias dedicadas a la contratación de trabajadores orientales que eran enviados a diferentes partes del mundo. Algo similar ocurrió en el valle de Mexicali después de 1910. Las compañías enganchadoras se encargaron de contratar a miles de chinos para trabajar en el acondicionamiento de las tierras del valle. El traslado de los orientales se hacía desde San Francisco hasta Caléxico en furgones cerrados, como si fueran bestias. Los salarios de hambre, la naturaleza del trabajo, aunado al riguroso clima, ocasionó la muerte de cientos de ellos. Aún así, las condiciones laborales de chinos, indúes y japoneses que llegaron a Mexicali en la segunda década del siglo XX eran mucho mejores a las de Yucatán.
Respecto a los yaquis, la situación era distinta. Los indígenas de Sonora eran perseguidos políticos y su exilio a Yucatán era literalmente una medida gobiernista de exterminio. Los esclavos eran azotados por faltas mínimas, nunca recibían dinero, los mantenían con una comida al día y trabajaban casi hasta morir. “En realidad, toda la vida de esta gente está sujeta al capricho de un amo, y sí éste quiere matarlos, puede hacerlo impunemente”.
El exterminio de los yaquis
En 1740 se registró un levantamiento de la tribu junto con grupos mayo, pima y ópata. Los problemas comenzaron al pretender los blancos apoderarse de sus fértiles tierras y usar a los indígenas como mano de obra barata. En realidad, desde la época colonial los territorios yaquis siempre han sido codiciados por los blancos. La defensa de sus tierras fue el detonante de las largas luchas del pueblo yaqui. En 1767 la expulsión de los jesuitas de los territorios de la corona española les causó un gran descontrol e inconformidad rompiendo el periodo de paz. Los misioneros franciscanos que sustituyen a los jesuitas trataron de apaciguarlos pero no pudieron controlarlos. Los yaquis no participaron en la guerra de Independencia puesto que siempre se consideraron una nación independiente.
En 1825 se reanudaron las rebeliones yaqui con choques continuos contra los yoris (blancos). Existieron continuos alzamientos, asaltos, fusilamientos, promesas y divisiones que mermaron la etnia. Perseguidos y acosados fueron obligados a refugiarse varias veces en la Sierra del Bacatete creando un clima de intranquilidad en toda la zona. Entre los levantamientos destacan los de Cajeme en 1870 y las guerrillas de Tetabiate, quien quedó de jefe al ser ejecutado Cajeme.
En el último tercio del siglo XIX surgió la Guerra del Yaqui. La respuesta a la convocatoria abierta del gobierno mexicano para colonizar los valles del Yaqui y del Mayo, fue la lucha armada. Los yaqui se levantaron en defensa de sus tierras y autonomía. En esta guerra fue decisiva la batalla de Mazacoba (1900), en la que el ejército federal infligió una fuerte derrota a los nativos. El ejército tomó a cientos de mujeres y niños prisioneros y a partir de este momento comenzó su deportación a Yucatán. Las cuerdas se mantuvieron de una manera constante hasta terminar la primera década del siglo XX, llegando la mayoría en 1908.
Para terminar con las rebeliones de los yaqui, el gobierno de Porfirio Díaz deportó a miles, inclusive familias enteras. Su destino eran las haciendas
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