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Posmodernidad


Enviado por   •  11 de Abril de 2013  •  1.732 Palabras (7 Páginas)  •  260 Visitas

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Escuela Nacional de Antropología e Historia

Licenciatura en Historia

Titulo: La utilidad de la historia en la era posmoderna.

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Nombre: Israel Sánchez Pérez

Fecha: 6 de diciembre de 2012

Ensayo. La utilidad de la historia en la época posmoderna

La imperante necesidad de plasmar una inquietud estudiantil derivada de la consulta de textos que han trascendido en una polémica personal, de grupo y generando una confusión mental y hasta un cierto desencanto por la situación profesional, filosófica y hasta teórica del papel de la historia en la actualidad, ha sido el motor del tema del presente ensayo.

Realmente este ensayo, aunque me imagino que no tiene nada ni siquiera una referencia dedicada a la materia, annales, pero todas las reformas educativas ya no ven cual es la doctrina historiográfica preferente, sino que suprimiendo la historia se suprime la memoria.

Cabe destacar que este tema del posmodernismo me llama mucho la atención en especial, por frase el Fin de la historia.

Solo propongo unas pocas causas tomando en cuenta la información consultada acerca del tiempo posmoderno y su impacto en esta disciplina.

Inicio este trabajo señalando la situación que a mi parecer están viviendo los campos de las humanidades, enfocando la atención en el trabajo histórico.

Argumento las posibles causas por lo cual la ciencia y la práctica histórica pasa este momento de discriminación profesional y los involucrados activamente en ese trabajo que interesa a sectores muy específicos; así como las razones que motiva a estos mismos involucrados.

Sustentando teóricamente mis afirmaciones, y hago un ejercicio de reflexión acerca del papel de la historia en el modo de vida moderno, señalo las fortalezas y las razones por las cuales la práctica histórica debe ser respetada en su lugar que, por méritos propios y con ayuda de los grandes autores e investigadores que se han dedicado a ella, ha ganado en el transcurso de los años y el valor que merece en los años por venir.

Me surgen muchas ideas acerca de la utilidad de la historia en los tiempos que se anuncian como posmodernos. Vivimos en un tiempo en el cual se presumen los avances tecnológicos y científicos, la innovación de nuevas formas de comunicación y acceso a la información, todo esto ligado al también constante cambio en los mercados, los medios de producción y consumo, todos esos desarrollos tecnológicos que suponen un avance para la humanidad y su mejor adecuación a la vida en este mundo; sin embargo, estimo que mientras los avances tecno-científicos se realizan, el sentido de lo humano y por lo humano, si no se va perdiendo, si va siendo alterado debido a las condiciones establecidas por los mismos cambios ya mencionados, es decir; las visiones humanistas y sus disciplinas están siendo menospreciadas por aquellos que controlan los medios de producción, valores y flujo de capitales.

La sociedad posmoderna vive inmersa dentro de un sistema económico inevitable en la medida de los parámetros ideológicos del mismo, “El gobierno de las sociedades industriales avanzadas y en crecimiento sólo puede mantenerse y asegurarse cuando logra movilizar, organizar y explotar la productividad técnica, científica y mecánica de que dispone la civilización industrial. Y esa productividad moviliza a la sociedad entera, por encima y más allá de cualquier interés individual o de grupo.”[1]

En la medida que el capitalismo se arraiga cada vez más en la forma de vida de los hombres, las necesidades de estos últimos se incrementan, es decir, se crean “necesidades ficticias”. Me atrevo a afirmar que la problematización de la vigencia de la historia en los tiempos del neoliberalismo se deriva de la negativa de las clases dominantes de perder el control económico y político. En una sociedad en donde no se ignoran los procesos revolucionarios y luchas colectivas por motivos convenientes a la mejora, cambio o sustitución de sus condiciones de vida, tanto los mecanismos democráticos como sistemas económicos, políticos y sociales, los poderes fácticos y dueños de la riqueza así como los titulares del estado tienen menos posibilidad de administrar a una sociedad injusta, desvalorada y socavada, precisamente porque las sociedades con memoria histórica y sentido crítico, sabrían como actuar y reaccionar ante dicha situación.

Tal parece que de unos años a la fecha, la educación con tendencia humanista, incluyendo a la historia, va perdiendo terreno ante la oleada de profesiones y oferta de trabajo de corte industrial y técnico. La idea de un mundo de libre pensamiento parece afectar al cada vez más dominante sistema globalizador; el pensamiento nacido del raciocinio puede generar ideas que contagien a grupos extensos como ya afirmé anteriormente.

Francis Fukuyama presenta el Fin de la Historia, como una realidad innegable dentro del mundo posmoderno. Esto implica el fin de las ideologías en el estudio y difusión histórica [2]; es decir, Fukuyama presenta una historia sin influencias políticas dentro del contexto en el que se escribe. [3] Se busca una historia que no motive ideológicamente a ciertos sectores. “El trillado anuncio del fin de la historia hecho por Fukuyama provocó, contribuyó y agudizó, entre otras cosas, esa extraña sensación de vacío por la que atraviesa la modernidad.” [4]

No he tenido la oportunidad de consultar la obra del señor Fukuyama, lo que conozco es por la obra de Velázquez

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