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Resumen CGT


Enviado por   •  2 de Julio de 2021  •  Apuntes  •  3.298 Palabras (14 Páginas)  •  101 Visitas

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En 1981,la agitación en el campo laboral comenzó a generar inquietud al régimen militar, y hasta la CGT se animó a declarar un paro general el 22 de julio de 1981. en el interior del país, el ausentismo fue del 50 al 60%. Ese mismo año, el obispado de Quilmes organizó una «Marcha de Hambre» bajo la consigna «Pan y trabajo». El 7 de noviembre, una nueva marcha, organizada por la CGT y algunos partidos políticos, se dirigió a la iglesia de San Cayetano en demanda de «paz, pan y trabajo». La CGT, liderada por Saúl Ubaldini, convocó siete paros generales durante la dictadura. En los primeros demandó la plena vigencia de la Ley de convenciones colectivas de trabajo, mejores salarios y el fin de la desocupación

Los paros realizados en 1979 y 1981 tuvieron adhesión parcial, pero el del 30 de marzo de 1982 fue acompañado por una movilización a la Plaza de Mayo con el objetivo de demostrar el descontento de los sectores populares. Ese día, la Plaza y los alrededores estaban tomados por la policía, con todo el arsenal represivo de carros de asalto, camiones hidrantes, policías a caballo y helicópteros.. . Los manifestantes fueron reprimidos y se detuvo a varios cientos de personas. La escena se repitió en Mendoza, Rosario, Tucumán y Córdoba. Dos días después comenzó la Guerra de Malvinas, , A partir de la derrota militar en Malvinas se abrió una crisis política en el régimen militar que lo llevaría a su caídalos paros generales por mejoras salariales y en repudio al gobierno realizados en septiembre y diciembre de 1982 y en marzo y octubre de 1983 tuvieron mayor repercusión.

los militares entendían como «subversivo» todo tipo de confrontación social y que instauraron una política destinada a «extirpar» todo intento de «disociación social».los empresarios contribuyeron a la depuración del movimiento obrero de todos los elementos que pudieran obstaculizar los planes para disciplinar y subordinar a la clase obrera

En 1982, una movilización popular se opuso al cobro de una cuota adicional de impuestos municipales. «Impuestos sí, aumentos no» fue la consigna de quienes invocaban la falta de razonabilidad de las subas impositivas, pues las carencias urbanas así como las prestaciones sociales eran notables. La protesta barrial y vecinal fue inicialmente un murmullo que se dejó oír en el cordón suburbano; pero cuando el movimiento, creció se produjo una masiva rebelión en la localidad de Lanús («Lanusazo») que convocó a miles de manifestantes.

. A principios de 1982 se organizaron grupos de vecinos, nucleados alrededor de las parroquias zonales para distribuir alimentos entre las personas más necesitadas. La organización de las ollas populares, además de mitigar el hambre, generaba un sentimiento de solidaridad barrial que alimentaba otros como los de pertenencia. Ser joven era peligroso, empezaron a manifestarse a través de la música y el teatro

El fin de la dictadura militar y el triunfo del radicalismo encabezado por Raúl Alfonsín en 1983 abrieron nuevas expectativas en el conjunto de la población. El advenimiento de un nuevo gobierno democrático encarnaba un importante desafío tanto para los dirigentes en general como para el conjunto de la sociedad. se trataba de encontrar una salida para las victimas de la represión y de generar un nuevo acuerdo en la sociedad civil y en el campo político alrededor del mantenimiento de las instituciones democráticas. En segundo lugar, era necesario hallar el camino para el establecimiento de una democracia con bases más equitativas en los planos económico, social y cultural. Finalmente, debían colocarse los cimientos para el crecimiento de la economía. En el plano económico, el gobierno radical debió afrontar dificultades relacionadas con el estancamiento, la inflación y los vencimientos de la deuda externa. Al principio, el gobierno procuró mejorar los salarios de los tra bajadores y, mediante el otorgamiento de créditos a un sector del empresariado, buscó reactivar el mercado in terno y poner en movimiento el aparato productivo. Esta política inicial fracasó rápidamente y llegó a su fin cuando en 1984, se implementó una nueva devaluación de la moneda el Plan Austral fue otro intento de recuperar cierto equilibrio interno mediante el congelamiento de los precios básicos de la economía, el tipo de cambio, las tarifas y los salarios.

Más allá de los matices que diferenciaban a los diversos planes económicos, en el largo plazo, la política eco nómica se fue revelando en parte como una continuidad a la inaugurada por los militares, y la llegada al gobierno de Carlos Saúl Menem en 1989, independientemente de las promesas de «salariazo» y «revolución productiva», cerró el circulo iniciado por el ministro Martínez de Hoz en 1976.

Se completó el proceso de desindustrialización en términos globales y de desinversión del sector, se pro dujo una importante fuga de capitales al exterior y los niveles de desocupación llegaron a cifras impensables cien años atrás. Acompañando estas tendencias, se generó un fuerte y constante debilitamiento del Estado y de los sectores medios y obreros.

el triunfo del doctor Raúl Alfonsín abrió nuevas expectativas en torno a la reparación de las desigualdades y las injusticias o sobre la instauración de la vida democrátic  Entre 1984 y 1985, muchas fracciones opositoras llegaron a la conducción de sus gremios, como, por ejemplo, la Asociación de Tra bajadores del Estado (ATE), el Sindicato Gráfico Argentino, la Unión Ferroviaria o el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma. Hasta la UOM, bajo la férrea conducción de Lorenzo Miguel, perdió varias seccionales como Villa Constitución, liderada por Alberto Piccinini, o Quilmes, orientada por Francisco Gutiérrez. El gremialismo convocó trece huelgas generales durante el período alfonsinista: una en 1984, dos en 1985, cuatro en 1986, tres en 1987 y tres en 1988. El objetivo declarado por la CGT era la oposición a la política económica gubernamental con el argumento de que el gobierno estaba subordinado a los dictados del FMI. Los conflictos laborales en los primeros años del gobierno radical adoptaron las formas más variadas: paros parciales o totales, por actividad o por empresa; huelgas de hambre; publicación de solicitadas; quites de colaboración; ollas populares. El estado permanente de huelga y movilización dañó al gobierno de Alfonsín, pese a que el movimiento obrero estaba dividido en diferentes fracciones. Recién en 1989, cuando el candidato peronista Carlos Menem se convirtió en presidente de la Nación, se moderó la movilización sindical. En 1983, se protagonizaron 316 conflictos laborales, en 1986 ascendieron a 725 y llegaron en 1988 a 949; desde ese año comenzaron a declinar, reduciéndose de manera notable a partir de 1992, cuando sólo se contabilizaron 281 conflictos, has ta llegar a 165 en 1998. La resolución de los problemas cotidianos fue clave en las movilizaciones que ocurrieron en el tramo final del último gobierno dictatorial y se renovaron durante los gobiernos democráticos. Uno de esos problemas estaba constituido por las dificultades para acceder a una vivienda, lo que motivó la ocupación de terrenos fiscales tal como ocurrió en marzo de 1986, cuando unas cuatrocientas personas provenientes de Gregorio de Laferrere, González Catán e Isidro Casanova se apropiaron en plena noche de terrenos ubicados en el Partido de La Matanza.

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