Resumen Del Capitulo "desobediencia Civil"

“El mejor gobierno es el que gobierna menos”, mejor aún “el mejor gobierno es el que no gobierna en absoluto”. Un gobierno es, en el mejor de los casos, un mal recurso, pero la mayoría de los gobiernos son un inconveniente. Para muchas personas es sumamente difícil entender que es el gobierno, y es relativamente fácil saberlo. El gobierno no es más que el medio elegido por el pueblo para ejecutar su voluntad, es igualmente susceptible de originar abusos y perjuicios antes de que el pueblo pueda intervenir.

Esta opinión no quiere decir que desee que desaparezca el gobierno inmediatamente, sino uno mejor de inmediato. Dejemos que cada hombre manifieste que tipo de gobierno tendría su confianza y ese sería un primer paso en su consecución.

La razón de que, cuando el poder está en manos del pueblo, la mayoría acceda al gobierno, no es porque posean la verdad ni porqué la minoría más justo, sino porque físicamente son los más fuertes. Pero un gobierno en el que la mayoría decida en todos los temas no puede funcionar con justicia. Una consecuencia natural y muy frecuente del respeto indebido a la ley es que uno puede ver una fila de soldados marchando con un orden admirable por colinas y valles hacia el frente en contras de su voluntad. Y esto nos hace preguntar ¿Qué son: hombre o pequeños fuertes y polvorines móviles al servicio de cualquier mando militar sin escrúpulos?

Las masas sirven al Estado no como hombres sino básicamente como máquinas. Forman ejércitos, la milicia, los carceleros, la policía etc. No tienen más valor que caballos o perros, y sin embargo se les considera buenos ciudadanos. Otros como legisladores, políticos, abogados y funcionarios sirven al Estado fundamentalmente con sus cabezas, y como casi nunca hacen distinciones morales son capaces de servir tanto al diablo como a Dios. Unos pocos, como los héroes, los patriotas y los hombres sirven al Estado con sus conciencias e irónicamente se les trata como enemigos.

Paley una vez dijo: “mientras el interés de la sociedad entera lo requiera, es decir, mientras la institución del gobierno no se pueda cambiar o rechazar sin inconvenientes públicos, e voluntad de Dios que se obedezca a ese gobierno, pero no más allá… Admitido este principio, la justicia de cada caso particular de rebelión se reduce a un calcular por un lado la proporción del peligro y del daño; y por el otro la posibilidad y poste de corregirlo”. Pero Paley no contempló los casos donde el pueblo debe hacer justicia a cualquier precio.

Estamos acostumbrados a decir que las masas no están preparadas, pero el progreso es lento porque la minoría no es mejor o más prudente que la mayoría. Lo más importante no es que la mayoría sea tan buena como tú, sino que exista una cierta bondad absoluta en algún sitio para que fermente a toda la masa. Por ejemplo: miles de persona están “en contra” de la esclavitud, pero na hacen absolutamente nada para acabar con ellas.

A todo esto ¿Cuál es el valor de un hombre honrado y de un patriota hoy? Dudan y se lamentan y a veces redactan escritos, pero no hacen nada eficaz.

Las votaciones son una especie de juego que incluye un suave tinte moral; un jugar con lo justo y lo injusto, con cuestiones morales y por supuesto incluye apuestas. Incluso votar por lo justo es no hacer nada por ello. Es tan sólo expresar débilmente el deseo de que la justicia debiera prevalecer.

¿Cómo puede estar satisfecho un hombre por el mero hecho de tener una opinión y quedarse tranquilo con ella? Si tu vecino te roba un dólar no quedas satisfecho con saber que se lo robó, ni siquiera exigiéndole que te lo regrese, sino que

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