ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

TRABAJO SOBRE LOS EPISODIOS NACIONALES:TRAFALGAR


Enviado por   •  18 de Marzo de 2014  •  3.713 Palabras (15 Páginas)  •  448 Visitas

Página 1 de 15

1. Presentación del autor

Benito Pérez Galdós

-biografía:

(Las Palmas de Gran Canaria, 1843 - Madrid, 1920) Novelista, dramaturgo y articulista español. Benito Pérez Galdós nació en el seno de una familia de la clase media de Las Palmas, hijo de un militar. Recibió una educación rígida y religiosa, que no le impidió entrar en contacto, ya desde muy joven, con el liberalismo, doctrina que guió los primeros pasos de su carrera política.

Cursó el bachillerato en su tierra natal y en 1867 se trasladó a Madrid para estudiar derecho, carrera que abandonó para dedicarse a la labor literaria. Su primera novela, La sombra, de factura romántica, apareció en 1870, seguida, ese mismo año, de La fontana de oro, que parece preludiar los Episodios Nacionales.

Dos años más tarde, mientras trabajaba como articulista para La Nación, Benito Pérez Galdós emprendió la redacción de los Episodios Nacionales, poco después de la muerte de su padre, probablemente inspirado en sus relatos de guerra –su padre había participado en la guerra contra Napoleón–. El éxito inmediato de la primera serie, que se inicia con la batalla de Trafalgar, lo empujó a continuar con la segunda, que acabó en 1879 con Un faccioso más y algunos frailes menos. En total, veinte novelas enlazadas por las aventuras folletinescas de su protagonista.

Benito Pérez Galdós (Óleo de Sorolla)

Durante este período también escribió novelas como Doña Perfecta (1876) o La familia de León Roch (1878), obra que cierra una etapa literaria señalada por el mismo autor, quien dividió su obra novelada entre Novelas del primer período y Novelas contemporáneas, que se inician en 1881, con la publicación de La desheredada. Según confesión del propio escritor, con la lectura de La taberna, de Zola, descubrió el naturalismo, lo cual cambió la manière de sus novelas, que incorporarán a partir de entonces métodos propios del naturalismo, como es la observación científica de la realidad a través, sobre todo, del análisis psicológico, aunque matizado siempre por el sentido del humor.

Bajo esta nueva manière escribió alguna de sus obras más importantes, como Fortunata y Jacinta, Miau y Tristana. Todas ellas forman un conjunto homogéneo en cuanto a identidad de personajes y recreación de un determinado ambiente: el Madrid de Isabel II y la Restauración, en el que Galdós era una personalidad importante, respetada tanto literaria como políticamente.

En 1886, a petición del presidente del partido liberal, Sagasta, Benito Pérez Galdós fue nombrado diputado de Puerto Rico, cargo que desempeñó, a pesar de su poca predisposición para los actos públicos, hasta 1890, con el fin de la legislatura liberal y, al tiempo, de su colaboración con el partido. También fue éste el momento en que se rompió su relación secreta con Emilia Pardo Bazán e inició una vida en común con una joven de condición modesta, con la que tuvo una hija.

Un año después, coincidiendo con la publicación de una de sus obras más aplaudidas por la crítica, Ángel Guerra, ingresó, tras un primer intento fallido en 1883, en la Real Academia Española. Durante este período escribió algunas novelas más experimentales, en las que, en un intento extremo de realismo, utilizó íntegramente el diálogo, como Realidad (1892), La loca de la casa (1892) y El abuelo (1897), algunas de ellas adaptadas también al teatro. El éxito teatral más importante, sin embargo, lo obtuvo con la representación de Electra (1901), obra polémica que provocó numerosas manifestaciones y protestas por su contenido anticlerical.

Durante los últimos años de su vida se dedicó a la política, siendo elegido, en la convocatoria electoral de 1907, por la coalición republicano-socialista, cargo que le impidió, debido a la fuerte oposición de los sectores conservadores, obtener el Premio Nobel. Paralelamente a sus actividades políticas, problemas económicos le obligaron a partir de 1898 a continuar los Episodios Nacionales, de los que llegó a escribir tres series más.

-estilo:

Si otros novelistas brillaban especialmente en la descripción de ambientes, Galdós es el novelista integral.

Por una parte, es un PODEROSO PINTOR DE AMBIENTES. Galdós cuida sumamente LA DOCUMENTACIÓN sobre escenarios, ambientes, costumbres, gentes, etc., según los métodos del realismo más riguroso.

Sus PENETRANTES DOTES DE OBSERVACIÓN le hacen encontrar el detalle significativo, los rasgos que compondrán una "atmósfera". Calles y plazas de Madrid, interiores de casas burguesas o humildes, comercios, oficinas, etc., aparecen evocados en sus obras con relieve imborrable. Y la variedad es tal, que nos ha dejado un fresco amplísimo de la sociedad de su tiempo, aunque con predominio de la "mesocracia".

Galdós, también, es un REALISTA DE ALMAS: sus personajes poseen una verdad que solo puede conferir una agudísima intuición del corazón humano y una infrecuente capacidad de comprensión, que alterna con una lucidez exigente. Su pintura de caracteres se basa, unas veces, en una ADMIRABLE TÉCNICA DEL RETRATO, a base de pinceladas sueltas sobre los rasgos físicos o morales, la indumentaria, los gestos; pero, sobre todo, Galdós domina el arte de caracterizar a sus personajes POR SU LENGUAJE, poniendo en cada uno rasgos diferenciadores de habla. Esto nos lleva a hablar de su estilo.

El ESTILO de Galdós no ha sido siempre bien comprendido. Pero hay que insistir en cómo Galdós adapta el lenguaje a la índole de los personajes: ramplón cuando el personaje lo es, ridículamente engolado, cuando se trata de un pedante; coloquial y tierno, etc., según lo exija la ocasión. Cuando habla el novelista, su estilo es espontáneo, antirretórico, opuesto a la hinchazón romántica. En conjunto es una GRAN EXPRESIVIDAD, ÁGIL plagada de rasgos geniales por su poder de sugerir.

En algunos puntos, la técnica y el estilo de Galdós es de una sorprendente MODERNIDAD. En este sentido, hay que destacar su frecuente utilización del MONÓLOGO INTERIOR, que consiste en la reproducción de los pensamientos de un personaje, imitando su fluir natural y hasta desordenado, sin aparente intervención del narrador. Tal procedimiento es uno de los más característicos de la novela contemporánea.

La INTENCIÓN CRÍTICA, en fin, redondea estos rasgos del realismo galdosiano. Pero, salvo en algunas obras primerizas, no adopta la forma de "tesis". Su gran arma es la IRONÍA, de la que Galdós es maestro. Es esto, como en otras características de

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (23.6 Kb)  
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com