¡UNA GUERRA, SÍ! PERO NO TAN FRÍA

Cuando se escucha mencionar el término ‘Guerra Fría’ sin conocer el trasfondo del mismo, es imposible elucubrar acerca del mismo y, más aún, tratar de discernir sobre lo que trata de decir una frase de dos palabras que no pueden ser más ambiguas estando juntas. Sin embargo, siendo un título bastante trillado y usado, de inmediato vienen a la memoria las películas hollywoodenses que se inspiran en el conflicto postguerra Mundial y, por supuesto, el antagonismo casi natural entre los dos principales protagonistas: Estados Unidos y la Unión Soviética.

La Guerra Fría no comenzó con tal frialdad. “Con el lanzamiento de las bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin y dio comienzo un nuevo orden mundial, caracterizado por la tensión Este/Oeste”, (Castro, 2007, p. 1). EEUU y URSS se colocaron a la cabeza de dos bloques mundiales, uno occidental y otro oriental, respectivamente, y las fricciones duraron 40 años modelando el panorama mundial tal y como lo conocemos en la actualidad.

Es, prácticamente, imposible resumir los hechos que provocaron la Guerra Fría. Muchos intereses hubo en el medio, y el principal era tener el control, el poder mundial. En principio puede manejarse el criterio ideológico: dos naciones que propugnaban sistemas de valores diametralmente opuestos: capitalismo y comunismo. Pero, esa era la punta del iceberg.

Los años de este conflicto estuvieron marcados por sendos espionajes y conflictos en la periferia de las grandes potencias, en una nerviosa calma que se mantenía a sabiendas de lo que una catástrofe nuclear podría traer.

Es vano repetir definiciones o disertaciones de otros sobre lo mismo. Sin embargo, el periodista de la BBC, Jon Kelly, escribió para su agencia, en 2014, un artículo intitulado Seis sucesos clave que definieron la Guerra Fría, donde analiza, junto a Scott Lucas, experto en el tema y profesor de la Universidad de Birmingham y del EA World View, un punto de vista interesante sobre estos acontecimientos que se desarrollaron durante los cuarenta y tantos años de tensión entre estos mega polos mundiales, y que parece oportuno reseñar para observar el fenómeno desde este lado.

En primer lugar menciona el Puente aéreo de Berlín, en 1948. Fue una operación de los aliados occidentales quienes decidieron aprovisionar a la ciudad de Berlín con un puente aéreo durante once meses, hasta que la Unión Soviética abandonó el bloqueo en mayo de 1949. Esta operación decantó en la creación de la República Federal de Alemania y de la OTAN.

El segundo suceso definitorio, fue la Guerra de Corea, entre 1950 y 1953. El estallido de la guerra fría tuvo como resultado, en palabras de Ocaña (2003), “la partición de Corea en dos estados: la del Norte, donde se estableció una dictadura comunista dirigida por Kim Il Sung; y Corea del Sur donde, al mismo tiempo, Syngman Rhee estableció una dictadura pro-norteamericana” (s/p). Hasta los momentos la pervivencia del régimen comunista norcoreano ha hecho que esta ‘frontera de la guerra fría’ subsista hasta el siglo XXI.

Como tercer punto se establece la invasión soviética de Hungría,

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