VIGILAR Y CASTIGAR
chipupijuanito25 de Noviembre de 2013
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FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
PROGRAMA PEDAGOGÍA INFANTIL
HISTORIA DEL CONTEXTO DE LA EDUCACION
RESEÑA
VIGILAR Y CASTIGAR
CAPITULO: DISCIPLINA
MICHAEL FOUCAULT
BOGOTÁ, D.C. ABRIL 22 de 2013
RESEÑA
CAPITULO: DISCIPLINA
MICHAEL FOUCAULT
La disciplina requiere de un cuerpo para llevarse a cabo, el mismo que será dócil, fácil de educar, y será el medio para hacer a las personas disciplinadas, el hombre debe, obedecer esquemas, pero sin ser esclavo ni domesticado, debe ser obediente y útil.
La disciplina distribuye a los hombres en el espacio empleando técnicas
donde se pueda controlar al individuo, vigilar su conducta cada instante, apreciarla, sancionarla, medir cualidades o méritos que permitan conocer del sujeto, para dominar y utilizar a las personas, las caracteriza y etiqueta.
El tiempo disciplinario tiene ciertas virtudes, tiempo de buena calidad, exactitud y aplicación, el buen empleo del cuerpo permite el excelente ministerio del tiempo dejando así el ocio de lado. Las disciplinas deben ser comprendidas como aparatos para sumar el tiempo, cabe aclarar que esta disciplina se impone poco a poco en la pedagogía calificando a los individuos según la manera en que han recorrido una serie de imposiciones, permitiendo así la fiscalización de la duración del poder.
La disciplina debe componer fuerzas para obtener un aparato eficaz, de manera que el cuerpo se convierte en un elemento que se puede colocar, articular y mover sobre otros. Así aparecen las series cronológicas que la disciplina debe combinar para formar un tiempo compuesto que sea útil y libre de ocio.
Tiene también la función de enderezar conductas, para poder sacar mejores beneficios. Lleva sus procedimientos hasta las singularidades necesarias, la disciplina fabrica individuos que son objetos e instrumentos de su ejercicio.
Es así, como se cambia el encierro y la clausura por transparencias que permitan vigilar bien asegurando la regulación de la conducta, las instituciones disciplinarias son maquinarias que funcionan como microscopios de conducta, hace al hombre observable, facilitan su análisis, al igual que los registros que de él se puedan llevar, lo encauza.
El arte de castigar es el régimen del poder disciplinario que infringe castigos a quien no encaje en las líneas de conducta permitidas por la sociedad, es lo que normaliza.
El examen permite medir al individuo, y además, autentifica una trasmisión del saber ya hecha por parte del maestro hacia el alumno. El examen hace de cada individuo un caso: un documento para utilización eventual a similitud de rótulo de su propia singularidad, vinculada a sus rasgos, notas, desviaciones, que caracterizan y hacen de él un caso individual.
El panoptismo es el principio de una nueva anatomía política cuyo objeto y fin no son la relación de soberanía sino las relaciones de disciplina, es la existencia de todo un conjunto de técnicas y de instituciones que se atribuyen como tarea medir, controlar y corregir a los anormales. Al introducir este modelo a la sociedad, se puede comprender perfectamente cómo funcionan las relaciones de poder en donde el ideal es vigilar sin ser detectado, inmiscuyéndose en aspectos muy íntimos de la vida personal hasta la exteriorización de aptitudes simples o complejas provenientes de la gente del común.
La Escuela al organizar los espacios, lugares, rangos, y castigos, garantiza no solo la obediencia, sino también el mejor aprovechamiento del tiempo y los gestos, elementos indispensables, para mejor y mayor producción. Así como en las Academias Militares disciplinaban el cuerpo para la guerra, para hacer una máquina de guerra,
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