Adaptación de la obra: Los muertos no estornudan
Montse ValiñoTutorial19 de Septiembre de 2025
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Adaptación de la obra LOS MUERTOS NO ESTORNUDAN Dª. EULALIA —------------ Montse AUXILIAR —-------------- Zaira PAQUITA —---------------- Ángeles ROSA —--------------------- Cristina PRESIDENTA —----------- Marisa MARÍA —------------------- Pilar PRIMERA DAMA —----- Montse PRESIDENTE —----------- Juan PETRA —------------------- Asun SEÑORA—------------------Carmen Comedor de una Residencia de personas mayores. Una mesa con varias sillas colocadas a la izquierda (mirando al público). Varias sillas haciendo una L a la derecha. En la mesa habrá una bandeja con muchos vasos de plástico. En el fondo centrado el RELOJ. Hay dos puertas una en cada lateral. La de la izquierda(mirando al público) es el acceso desde el pasillo de la residencia; la de la derecha la entrada desde la calle. Una auxiliar está rellenando los vasos con agua. SONIDO El reloj empieza a dar campanadas mientras una aguja empieza a girar ella sola hasta que marca las nueve. La auxiliar se asusta, mira con ojos de espanto y derrama el agua. Se asusta más y empieza a secar el agua con un klinex que saca de su bolsillo. Entra Dª Eulalia, Directora de la Institución, seca, autoritaria y muy antipática. 2 Dª EULALIA: Menos mal que te encuentro. ¿Dónde te metes? Para ser nueva has aprendido pronto a no estar cuando se te necesita. A ver ¿Qué haces? AUXILIAR: (muy asustada y nerviosa) Poniendo agua en los vasos para darles la pastillita, como Vd. me dijo. Dª EULALIA: Bien, así dormirán muy tranquilitos… Bueno, ahora que estamos solas te voy a explicar cómo funciona el reloj. Y te advierto, esto es un secreto que no debe salir de aquí ¿de acuerdo? AUXILIAR: De…de… acuerdo Dª Eulalia. Dª EULALIA: El reloj no funciona. No tiene maquinaria. Está hueco ¿de acuerdo? AUXILIAR: De…de…acuerdo Dª Eulalia. Dª EULALIA: La hora se la pongo yo. ¿Qué hora tiene? AUXILIAR: Las… las… las nueve Dª Eulalia. Dª EULALIA: Bien. A esa hora es el desayuno. En realidad será la hora que sea, pero ellos creerán que son las nueve. ¿Entiendes? De esa forma el horario se ajusta a nuestras necesidades y no nuestras necesidades al horario ¿De acuerdo? AUXILIAR: De… de… de acuerdo Dª Eulalia. Dª EULALIA: Y tú te preguntarás. ¿Y cómo mueve Dª Eulalia la manecilla del reloj? (Julia la mira atónita y no dice nada) Dª EULALIA: Venga pregúntamelo. AUXILIAR: ¡Ah!… ¿Y cómo mueve Dª Eulalia la manecilla del reloj? Dª EULALIA: Bien. Pues muy sencillo. ¿Tu ves esas dos puertas? Se comunican por el pasillo en donde están todas las habitaciones. Pero en ese pasillo hay una puerta azul, de la que solamente tengo yo la llave, y que está justo detrás del reloj. Mira… (Lleva a la chica al reloj, lo mueve un poco para que vea que por detrás no hay nada. El reloj en el lateral tiene una puerta que está cerrada) AUXILIAR: ¿Y por qué no la cambia por esta puerta que es más fácil? Dª EULALIA: Porque si entro por ahí me ve todo el mundo y así puedo cambiar la hora a mi conveniencia sin que nadie me vea. SONIDO (se oye un teléfono que suena fuera de escena) 3 ¡El teléfono! es el de mi despacho. ¡Voy! no te olvides de darles la pastillita… (sale por la izquierda) AUXILIAR: ¡uy! que raro es todo… Y que miedo me da…Voy a echar la pastillita en los vasos… (mientras dice esto saca un frasco de su bata, desenrosca el tapón y con los nervios, se le caen todas las pastillas en el primer vaso) ¡Andá! se me han caído todas. ¿Ahora qué hago? Voy a buscar otro frasco. (sale por la izquierda Poco después entra Dª Eulalia por la izquierda muy agitada) Dª EULALIA: ¡Lo que nos faltaba! Van a mandar un Inspector. ¡A mi! con lo poco que me gusta que me inspeccionen. ¿Y ahora qué hago? ¡Ay! que calor me está entrando. ¡Agua! ¡Agua! (coge el vaso en donde han caído las pastillas y bebe ansiosamente) ¡Ay! que rica está este agua… (Va calmándose poco a poco) ¿Por qué seré tan responsable? A lo mejor no pasa nada. Todo está en orden… Las mesas, las sillas… los residentes en sus camitas… (cada vez más calmada) … ¡Ay! qué sueño más rico me está entrando… (De pronto se pone tiesa) ¡El reloj, hay que cambiar la hora del reloj! (cae como un fardo en una silla y cae al suelo el vaso vacío que llevaba en la mano) (Entra la auxiliar) AUXILIAR: ¡Mi madre! Dª Eulalia como un tronco. No me lo puedo creer. (Se acerca a ella, la mira con desconfianza, la coge una mano y se la suelta, se asusta, ve el vaso en el suelo, lo coge, lo huele) ¡Ay¡ ¡ay¡ mamaíta que “la diñao”. Que está fiambre perdida. Que se ha tomado todas las pastillas. ¡Hay que me la he cargado! ¡Dª Eulalia! ¡Dª Eulalia! ¡Contésteme, por todos mis muertos! que ha sido sin querer, ¡se lo juro! (llora desconsoladamente) (desde dentro) PAQUITA: ¡Vamos Rosa! que a este paso no nos vamos a escapar nunca. ROSA: Si es que no puedo con las piernas. (Por la izquierda aparecen dos señoras, Rosa, que lleva un sombrerito con una pluma, andador y una gran mochila a la espalda, Paquita con una maleta vieja. Miran y descubren a la auxiliar y Dª Eulalia) ROSA: ¡Dª Eulalia! 4 PAQUITA: ¡Mi madre! ROSA: ¿Qué Dª Eulalia es tu madre? PAQUITA: Es una manera de hablar. ROSA:¡Ah! Oye ¿Qué hacemos? ¿Abortamos el operativo? PAQUITA: ¿Qué…? ¡Tu ves mucha tele! Vamos a acercarnos, a ver qué pasa, o Dª Eulalia está como un tronco o es que la ha “palmao”. (Se acercan muy sigilosamente mientras la chica llora) PAQUITA: Oye bonita, para un poquito de llorar y dinos a qué se debe esta bonita estampa. (la chica llora) ROSA: Me parece que esta nos va a decir muy poco. PAQUITA: Y Dª Eulalia menos. Anda, hazla unas cosquillitas con tu pluma a ver qué pasa. (Rosa se quita la pluma del sombrero y cosquillea a Dª Eulalia que no se mueve) PAQUITA: (Muy contenta) Nada, ésta está muerta, muerta y muy muerta. AUXILIAR: ¡Ay! Que ha sido sin querer… que la pobre se ha tomado todas las pastillas de un golpe… pero yo no quería, es que se me cayeron… PAQUITA: Y esas pastillas eran… para nosotros… AUXILIAR: Sí pero de una en una. La pobre Dª Eulalia lo hacía por su bien… PAQUITA: Por el bien de ella, que así nos tenía durmiendo 15 horas seguidas. ROSA: Pues ahora la que va a dormir ben va a ser ella. AUXILIAR: ¡Ay! qué disgusto más grande. Yo no quiero ir a la cárcel, que me van a dar garrote. PAQUITA: No hija, no te preocupes que eso ya no se estila. Oye, dime una cosa ¿Alguien más sabe esto? AUXILIAR: Noooo… (siempre llorando) PAQUITA: Pues deja de llorar, porque acabas de cometer el “crimen perfecto”. ROSA: No seas lianta Paquita, que nosotras solo íbamos a escaparnos. PAQUITA: Pues eso es lo que vamos a hacer. Esta pobre necesita quitarse el muerto de encima (En ese momento Dª Eulalia se cae un poquito encima de la auxiliar que 5 está arrodillada a su lado y chilla). Nunca mejor dicho. (la endereza) Y nosotras escaparnos. Pues ya está. ¡Chicas, este es el plan!: Escondemos a Dª Eulalia y nosotras nos vamos lejos, ¡muy lejos!. Dejaremos una carta diciendo que nos hemos ido con Dª Eulalia a pasar unos días a su casa de Albacete. Y si aparece algún día el cadáver nosotras estaremos lejos, ¡muy lejos! y pensarán que nos la hemos cargado nosotras, pero ya no nos podrán encontrar, porque estaremos... ROSA: Lejos, ¡muy lejos! PAQUITA: Eso. ¿Qué os parece? AUXILIAR:(llorando)¿Y yo dónde me voy? Yo me voy con ustedes. ROSA: Es una locura como una catedral. Pero no tenemos otra. PAQUITA: Pues manos a la obra. Y ¿Dónde la escondemos? (La chica para de llorar, se incorpora y mira hacia el reloj. La otras dos también miran el reloj. Entre las tres cogen a la muerta y la arrastran hacia el reloj. Pesa y ellas acusan el esfuerzo, sobre todo Rosa que va con andador y con la mochila siempre a la espalda. Tardan un ratito. Acaban agotadas. Se arrastran como pueden a las sillas de adelante, jadean y todo lo que quieran y se sientan medio muertas) PAQUITA: ¡Lo hecho, hecho está! ROSA: Ya no volverá a torturar más ancianos. PAQUITA: Se acabó el desfilar todos los jueves a las tres de la mañana cantando “LiLy Marlen” (Rosa con su andador desfila y canta Lily Marlén ROSA :Wie einst, Lili Marleen Paquita la sigue. La chica llora. PAQUITA y ROSA: Wie einst, Lili Marleen En medio de esta algarabía, aparece por la puerta de la izquierda Petra, va también muy abrigada, con bastón y con maleta). PETRA: ¡Ay! menos mal que os encuentro, ¿llego a buena hora para lo de la fuga? (Por detrás de ella van apareciendo los demás con equipajes y abrigos y los ancianos, unos sentados y otros de pie, todos con equipajes, algunos con andador o con gotero o en silla de ruedas. Han hecho corrillos y 6 hablan todos a la vez) PRESIDENTA: Digo yo que si vamos todos juntos, será más fácil MARÍA: Claro, la unión hace la fuerza. PETRA: Y a ¿dónde nos vamos? MARÍA: A mí me gustaría un sitio tranquilo. PRESIDENTA: Pues vaya aburrimiento. ¡Yo quiero uno con mucha marcha! PETRA: Creo que en Benidorm todas las noches hay baile. MARÍA: ¡uy! que suerte PAQUITA: Ahora si que estamos listas. ¿No te dije que esto de la fuga era un secreto? ROSA: Yo no he dicho nada. Se habrán enterado de casualidad. PAQUITA: ¡Menuda casualidad! Señores, vuelvan a sus habitaciones, nosotras sólo hemos venido a beber un vaso de agua y enseguida volvemos. PRESIDENTA: ¡Eso no te lo crees ni tú! Sabemos de muy buena tinta que os pensáis escapar y hemos decidido acompañaros… para que no os perdáis. PETRA: Eso, ¿dónde van a ir solas dos locas como vosotras? AUXILIAR: Lejos, muy lejos. (Todos se ponen a hablar en corrillos, como al principio, muy acalorados. De pronto se oye SONIDO un golpe, se hace un silencio y se escucha SONIDO el chirrido de una puerta al abrirse, debe sonar muy tétricamente con misterio. A la vez por un lateral del reloj aparece una mano de Dª Eulalia. Paquita y Rosa se miran, pegan un salto y Paquita va rápidamente a esconder la mano) ROSA: (gritando) Yo me quiero ir. PRESIDENTE: ¡De aquí no sale nadie! Hay que formar un gabinete de crisis que organice esta fuga masiva. ¡Me nombro presidente! PRIMERA DAMA: ¡Ay que ilusión, voy a ser primera dama! MARÍA: Y ¿por qué vas a ser tú el presidente. Propongo que hagamos unas elecciones democráticas ¡como Dios manda! PRESIDENTE: No hay tiempo para eso. El ambiente se está caldeando por momentos y me temo 7 lo peor. PRIMERA DAMA: ¿Y qué es lo peor, cariño? PRESIDENTE: Pues que a alguien le dé un jamacuco, ya no estamos para muchos trotes. Yo ya estoy oliendo a muerto. (La auxiliar ahoga un ¡Ay! y Rosa da un respingo y desaparece por la izquierda) PRIMERA DAMA: ¡Lagarto, lagarto! (en el otro extremo hay otro corrillo en el que lleva la voz cantante una mujer) PRESIDENTA : Si tiene que haber una presidencia, yo lo seré. Las mujeres estamos mejor dotadas. PETRA: Dí que sí, cariño… ¿y yo voy a ser tu primera dama? MARÍA: Si es por eso, yo también soy mujer y también estoy bien dotada. PRESIDENTA: Sí, pero tu no vales. La Presidenta debe pensar en muchas cosas y tú solo piensas en comer. Esta mañana nos has dejado sin magdalenas a toda la mesa. MARÍA: (Un poco avergonzada) Es porque tengo anemia. (aparece por la izquierda Rosa con una bandejita de hielos en la mano) PAQUITA: ¿Dónde vas con eso? ROSA: Son para Dª Eulalia, que se conserve mejor la pobre. (Va al reloj y los mete) PRESIDENTE: Amigos, acabo de tener una revelación. He meditado con mi mente privilegiada y he llegado a la conclusión de que nuestra fuga es imposible. PRESIDENTA: Ni hablar, yo no me quedo aquí ni un minuto más. PRESIDENTE: Pero ¿dónde quieres ir tu? Si tienes una artrosis de caballo y la tensión por las nubes. PRESIDENTA: ¡Mira quien fue a hablar! Además que todo lo tengo controlado. PRESIDENTE: Nada, nada, que lo que hay que hacer es elaborar una lista de reivindicaciones y si Dª Eulalia no está de acuerdo con ella, nos declaramos en huelga. AUXILIAR: Huelga ¿de qué? 8 PRESIDENTE: De hambre. PETRA: ¡Eso le encantaría! ¡Lo que iba a ahorrar! PRIMERA DAMA: Dejarle hablar, a lo mejor si es buena idea. PRESIDENTE: Gracias pueblo. Vamos a elaborar la lista. PRESIDENTA: Alto ahí. Si tu elaboras una lista, yo elaboro otra. (los dos se miran con cara de odio y casi pasan a las manos hasta que interviene María) MARÍA: Vamos a comportarnos de forma civilizada. Unos harán una lista de las cosas que queremos y los otros, otra de las cosas que NO queremos. ¿Qué os parece? PRESIDENTE: Como soy un magnánimo de tomo y lomo, acepto. Vamos a dividirnos. Los que estén conmigo que se pongan aquí, a mi lado y los que estén con la presidenta allí, al lado del reloj. PAQUITA Y ROSA: No, No, al lado del reloj no. PRESIDENTE: ¿Por qué? PAQUITA: Porque… porque no me dejaréis ver la hora. PRESIDENTE:¡Ah! Pues no importa, lo moveremos. Pueblo ¡moved el reloj! PAQUITA Y ROSA: ¡No, no! (la chica llora) PRESIDENTE: Pero qué manía más tonta. Estamos perdiendo el tiempo. A ver… poneros… poneros… donde os dé la gana. ¡Ya está! ¿Qué ponemos en la lista de peticiones? (María al cambiarse de sitio se escurre y pega un grito) PRESIDENTE: ¿Ahora qué pasa? MARIA: Que aquí hay un charco de agua y me he escurrido. ¡Ay, ay, que daño más gordo!(toca el agua con un dedo y se lo lleva a la nariz) ¡Que raro, huele a pis de gato! PRIMERA DAMA: ¡Aquí no tenemos gato! MARIA: ¡Pues huele a pis! PRIMERA DAMA: A ver, a ver… PRESIDENTE: ¡Qué manera de perder el tiempo! ¿Podemos avanzar? ¿Qué pido? PETRA: Yo quiero jamón serrano para desayunar, pero ibérico, de pata negra. 9 MARÍA: ¿Se pueden pedir torrijas de merienda? PETRA: Y yo una cabina de hidromasaje en mi habitación y que haya baile los domingos. PRIMERA DAMA: Y que en la tele solo se vean partidos de fútbol. ROSA: De eso nada, yo quiero telenovelas. MARÍA: ¡Estamos frescos! Yo por eso no paso. PETRA: A lo mejor la señora quiere ver debates o si no a Eduardo Punset. ROSA: ¡Vaya rollazo! (todos se ponen a discutir sobre lo que quieren ver en la tele. Cuando están más agitados se oye otra vez SONIDO el golpe y el chirrido de la puerta. Rosa y Paquita vuelven a gritar y la Chica a llorar. Paquita tapa el reloj) PRESIDENTA: Hermanos, dejémonos de discutir por tonterías. Os propongo hacer la lista de las cosas que no queremos. PRESIDENTA: Yo exijo la supresión de las duchas frías los días pares. MARIA: No queremos comer más eso que llaman: “Crema liofilizada de verduritas de la huerta a la reducción de Pedro Ximenez”. PETRA: O por lo menos que le llamen lo que es: sobras del día anterior pasadas por la MiniPimer. MARíA: ¿Y qué hay de mis torrijas en la merienda? AUXILIAR: ¿Puedo pedir algo yo también? ROSA: Por supuesto hija. PETRA: Ya te diremos después si es procedente o no. AUXILIAR: Yo quisiera un contrato de trabajo. MARÍA: ¿Cómo? ¿Es que no tienes contrato? (La auxiliar pone cara de rabia, mira al reloj, y vuelve a llorar) AUXILIAR: Y trabajar ocho horas. Que llego a casa con la espalda molida todos los días. PRIMERA DAMA: (dirigiéndose al presidente) Atento querido, que ésta se está embalando. AUXILIAR: (cada vez más enfadada) ¡Y librar por lo menos los domingos! 10 PETRA: No te quejes tanto, que por las noches no estás. ROSA: Y menudas juergas se organizan ( dice mientras Paquita se la lleva a un aparte) MARÍA. Sí, a trifulca por noche. PAQUITA: Oye Rosa, ahora que están tan entretenidos, ¿por qué no aprovechamos y nos vamos yendo? (sigilosamente por delante de todos van escabulléndose hacía la puerta de la derecha)(en ese momento SONIDO se oye un timbrazo)(Pegan un respingo y un grito) PAQUITA Y ROSA: ¡Ah…! (la chica llora) PRESIDENTE: Pero ¿qué os pasa? ¿por qué gritáis? Y la nueva ¿por qué llora tanto? PRESIDENTA: Eso digo yo y ¿vosotras a donde ibais? PAQUITA: A abrir la puerta. PRIMERA DAMA: Pues deben tener poderes, porque estaban andando antes de que sonara el timbre. PETRA: Es verdad, yo lo he visto. ROSA: Está bien, yo quiero confesar: NOS ÍBAMOS A ESCAPAR. PAQUITA: Eso de las peticiones a Dª Eulalia es una tontería. TODOS: Claro que sí. Eso, eso. PRESIDENTE: Pero que manía con escaparse. Ahora, que gracias a mi magnífica gestión, vamos a gozar de unas condiciones de vida maravillosas. PRESIDENTA: Eso está por ver. PRESIDENTE: ¡Tu a callar! (empiezan todos a armar jaleo) SONIDO (se oye un golpe y el chirrido de la puerta. Esta vez es más fuerte y sale la mano y todo el brazo. Todos callan y miran el reloj)(Paquita y Rosa gritan y la chica llora) 11 PRIMERA DAMA: ¿Qué pasa aquí? PRESIDENTE: Eso ¿Qué pasa aquí? PETRA: Parece que hay “algo” en el reloj… PRESIDENTA: ¡Que alguien mire! (hay un murmullo de disculpas, nadie se atreve a ir al reloj) ROSA: Yo no puedo andar, me duele la rodilla. MARIA: Yo no me quiero escurrir otra vez. PRESIDENTE: ¡qué pesada es la carga de ser Presidente! Todo lo tengo que hacer yo. (se acerca al reloj) PRESIDENTE: (dando un grito) ¡Dª Eulalia! (Hay un silencio) PRIMERA DAMA: ¿Qué dices de Dª Eulalia? PRESIDENTE: (Aterrado) ¡Que es Dª Eulalia! y… está… muerta. TODOS a la vez (acercándose a mirar): ¿quéee? MARÍA: No puede ser. PETRA: ¡Viva la libertad! ROSA:¡Abajo la tirana! (alboroto general) MARÍA: Paquita, Rosa, ¿tenéis algo que contarnos? AUXILIAR (llorando): fue un accidente. PAQUITA: Los detalles no interesan. El caso es que Dª Eulalia está muerta y muy muerta y nosotros… ¡somos libres! AUXILIAR (llorando): Eso habrá que verlo. (más alboroto general. Unos bailan y otros cogen la maleta y se encaminan a la puerta de la derecha) SONIDO (Vuelve a sonar el timbre)(todos miran hacia la izda. Sin saber que hacer. Silencio) AUXILIAR: ¿abro? 12 PRESIDENTE: ¡Alto ahí! Desde mi cargo de presidente y la pesada carga que esto significa… PETRA: ¡Ah! ¿pero, sigue siendo presidente? PRIMERA DAMA: ¡Calla! deja hablar a la mente privilegiada. PRESIDENTA: (interrumpiendo) Antes de abrir esa puerta y ver lo que nos depara el destino, pensemos. ¿quién llama? ¿Será alguien que vende alfombras?, ¿será un cobrador pesado? O… ¿será la policía? En cualquier caso, tenemos que deshacernos del intruso. Nadie quiere acabar sus días en la cárcel. AUXILIAR: Y ¿qué propone usted para deshacernos de él? PETRA: O de ella. Porque igual es una vendedora, o una cobradora o una policía. Vamos, digo yo. PRESIDENTA: Pues es un problema, porque aquí no hay más relojes. PETRA: Ni nosotros somos unos asesinos. PRIMERA DAMA: A ¿No? ¿Y qué hay de Dª Eulalia? PETRA: ¿Y si nos escapamos todos por la puerta del jardín? MARÍA: Nos cogerán a todos como conejos. A esta hora estaremos rodeados. ROSA: ¡¡Ay mamaita, yo tengo mucho miedo!! AUXILIAR: Y yo, y yo… (María, la auxiliar, Rosa y Petra dicen ¡ay! muy asustados y medio llorando) PETRA: Pero bueno, si nosotros no hemos hecho nada. ¿De qué tenemos miedo?. Vamos a comportarnos de forma normal. Abrimos la puerta y ya veremos. AUXILIAR: Que no, que no, que es la policía. PETRA: ¿Y qué?, alguna vez habrá que afrontarlo. Cuanto antes mejor, que vean que no tenemos nada que ocultar. PRESIDENTA: ¿Y Dª Eulalia, qué? MARÍA: Pues nada. ¿Tú te la has cargado? No. Pues ya está. Además que la Auxiliar dice que fue un accidente. PETRA: Y la auxiliar es nueva, así que todavía no la hemos tomado cariño. PRESIDENTE: ¡Pueblo! Ya lo he decidido. Auxiliar, abre la puerta y sea quien sea, hay que procurar que se vaya pronto. 13 PRIMERA DAMA: Mientras vamos a disimular, que no nos vea nerviosos. ¡Vamos a bailar! (Todos se ponen a bailar y cantar: Tengo el corazón contento, corazón contento, lleno de alegría…) (aparece por la derecha una señora muy normal, al principio parecerá un poco tímida luego se irá creciendo. El público creerá que es la inspectora y ellos que es una policía) SEÑORA: Buenas tardes. Quería información sobre la residencia. PRESIDENTA: ¿Sobre la residencia o… sobre los residentes? MARÍA: Le daremos las informaciones pertinentes. PETRA: Pero, nosotros somos inocentes. PRIMERA DAMA: Y desde luego, no somos delincuentes. SEÑORA: Para estar aquí ¿hay que hablar siempre en verso? PRESIDENTA: ¿Cómo dice? SEÑORA: No, es que, verán Vds., yo quería traer a mi padre a esta Residencia, pero si hay que hablar en verso, no creo que mi padre… PRESIDENTA: Así que Vd. lo que quiere es ver cómo se vive aquí para traer a su padre. SEÑORA: Sí señor. MARÍA: ¿Lo veis?, no hay nada que temer. Además no tiene pinta de policía. PETRA: No, se parece mucho a una que viene por aquí a echar poesías y que se llama Andrea. PRESIDENTA: ¿Su padre sabe hacer el pino? SEÑORA: No creo. PRESIDENTA: Pues es un problema. SEÑORA: ¿El qué es un problema? (el señor se mete la mano dentro de la chaqueta y todos creen que va a sacar la pistola, pero saca una libretita del bolsillo y se pone a escribir) PRESIDENTA: (temblando, mientras el otro está sacando la libreta): ¿qué hace Vd.? SEÑORA: No, es que mi padre es muy meticuloso y no quiero olvidarme de nada de lo que Vds. 14 me cuenten. PRESIDENTE: ¡Ah! SEÑORA: Oigan ¿Y la comida? ¿Cómo es la comida? Porque mi padre es un poco especial con las comidas. MARÍA: ¿A su padre le gustan las torrijas? SEÑORA: Mucho… mucho. MARÍA: Pues nunca las ponen. SEÑORA: ¡Que pena! Y las habitaciones, ¿cómo son? ¿son soleadas? PETRA: ¿qué habitaciones? Aquí solo hay una habitación, ésta. SEÑORA: ¿Cómo? ¿Qué duermen aquí todos juntos? ¿y las camas? MARIA: Dormimos en el suelo que nos han dicho que es muy bueno para la espalda. SEÑORA: ¿Y los cuartos de baño? ¿están las duchas adaptadas a las personas mayores? PRESIDENTA: Pues no sabemos. Los primeros viernes de mes nos ponen todos así, en fila india y nos van regando con la manguera. Es muy divertido, pero claro, en invierno pasamos algo de frío. Casi todos los meses tenemos alguna baja. SEÑORA: ¡Qué barbaridad! ¡no me lo puedo creer! PETRA: Pues créaselo, yo creo que a su papá no le va a gustar nada estar aquí. Debe Vd. buscar otro sitio porque este no le interesa nada, nada… PAQUITA (a Rosa): Lo ves, es una señora inofensiva, lo único que quiere es ver cómo es esto para traer a su padre. ROSA: Tienes razón, y nosotras pensando que era un policía… SEÑORA: ¡Qué lástima! Porque Vds. me parecen unas personas muy bondadosas y muy acogedoras. Y este sitio tiene algo especial… PRESIDENTA: ¿Qué le ve Vd. de especial? SEÑORA: No sé, es todo tan acogedor. Ese reloj, por ejemplo. Es una maravilla. A mi papá le encantaría. Sobre todo si pudiera verlo por dentro. Le gusta muchísimo estudiar la maquinaria de los relojes. ¿Puedo verlo yo? (todos se asustan una barbaridad) PETRA: No, no, de ninguna manera. Está muy sucio. Se pondría Vd. perdido. 15 SEÑORA: No importa nada, luego me limpio… PRESIDENTA: ¡que no! ¡que no! ¡Antes tendría que pasar por encima de mi cadáver! AUXILIAR: (Muy asustada y al que tenga a su lado) Ha dicho cadáver, ha dicho cadáver… MARÍA: ¡Calla!, no perdamos la calma. SEÑORA: Insisto, me gustaría ver lo que hay dentro de ese reloj. PRIMERA DAMA: Pues eso va a ser imposible, porque resulta que ese reloj es un recuerdo de familia. Lo heredó mi marido de su bisabuela y le hizo prometer en su lecho de muerte que nunca lo miraría por dentro. Sería como si la estuvieran violando… (se pone muy dramática) SEÑORA: Bueno, siendo así… PRESIDENTE: Es así. SEÑORA: En fin, les digo que es una pena, cada vez me parece que mi papá estaría muy a gusto con Vds., porque parece que son de buenas costumbres. Por ejemplo, ¿qué hacen Vds. por las tardes? Esta tarde misma ¿Qué han hecho toda la tarde? (todos tiemblan. La chica llora) PRESIDENTA: Pues ¿qué vamos a hacer? Aquí… viendo… SEÑORA: El reloj, han estado Vds. viendo el reloj. PRESIDENTA: ¿Y por qué íbamos a estar todos viendo el reloj? Iba a decir, viendo la tele. SEÑORA: Pero si aquí no hay tele. PETRA: Es Vd. muy observadora. No hay tele porque se la han llevado. AUXILIAR: Se estropeó. SEÑORA: ¡Ah¡ Se estropeó. MARÍA: Si, se estropeó. PRESIDENTA (a María): Tranquilízate, se va a mosquear. MARÍA: Si es que esta señora me pone muy nerviosa. SEÑORA: Creo que debería Vd. tomar un poco de agua. Mire aquí hay unos vasitos preparados. ¡Ah! que a lo mejor ya se lo ha tomado, porque falta uno. PAQUITA: (temblando) ¿Cómo sabe Vd. que falta uno? SEÑORA: Pues muy fácil, porque están todos así tan preparaditos y justo aquí en la esquinita, 16 falta uno, ¿no lo ve? PRESIDENTA: Oiga ¿Vd. dice cosas muy raras? Su papá ¿es igual de rarito? SEÑORA: Mi papá es un anciano encantador, como Vds. mismos. Por eso me gustaría ver a la Directora de esta Institución, si no tienen Vds. inconveniente ¿Pueden avisar a la directora? PETRA: No, no podemos. SEÑORA: ¿Por qué? MARÍA: Porque está… está SONIDO (en ese momento se oye claramente un estornudo que viene del reloj) PETRA: Constipada. En la cama con cuarenta de fiebre. PAQUITA: (A Rosa en un aparte) ¡Lo ves¡ Te has empeñado en ponerla hielos… ROSA: ¡Los muertos no estornudan! SONIDO (Se oye otra vez el chirrido de la puerta) SEÑORA: (con cara de susto después de oír el chirrido) Bueno, yo me voy, si nos les importa, volveré otro día, cuando la Sra. Directora esté mejor y todo esté más calmado PRESIDENTE: No nos importa nada. Vaya, váyase Vd. que ya le avisaremos cuando Dª Eulalia mejore. ¡Pueblo!, acompaña al Sr. a la puerta. (la chica llora)(salen los dos por la derecha) (todos se relajan)(al ratito vuelve a entrar la chica llorando seguida de la señora que trae cara de preocupado) PRESIDENTA: Ahora ¿qué pasa? AUXILIAR: La puerta está cerrada con llave. PETRA: Pues ábrela. AUXILIAR: No puedo. Todas las llaves las tiene Dª Eulalia. PRESIDENTE: ¡Qué raro! PRIMERA DAMA: ¿Y si probamos por la puerta del jardín? PRESIDENTE: Se me ha ocurrido una idea. ¿Y si probamos por la puerta del jardín? ¡Pueblo! saca a la señora por el jardín. 17 ROSA: Yo también me voy. MARÍA: Y yo, y yo. (La Primera Dama sale y varios se apresuran a salir detrás de ellos. Pero entran de nuevo, salvo La Primera Dama, la chica llorando y la señora cada vez más extrañada) AUXILIAR: (llorando) También está cerrada. MARÍA: ¡No puede ser! PETRA: ¿Quién ha podido cerrar las dos puertas? ROSA: Es un castigo divino. (todos hablan a la vez muy excitados) PETRA: Creo que ha llegado nuestra hora. MARÍA: ¡Tu siempre tan optimista! AUXILIAR: Yo no me quiero morir tan joven. PRESIDENTE: ¡Pueblo amado! Las cosas se están poniendo más feas que Carracuca. ¡Tengo que pensar! Os sacaré de aquí. ¡Lo prometo! Mientras tanto porque no os ponéis un poquito a jugar al parchís, así lo pasaréis mejor. PRESIDENTA: Yo me voy a dormir un ratito. Por si es una pesadilla… ROSA: Esa si es una buena idea… (varios se sientan y ponen la cabeza en la mesa para dormirse) PRESIDENTE: ¿Quién quiere jugar al cinquillo? MARÍA: Yo me apunto VARIOS: Y yo, y yo. (se sientan cuatro a otra mesa para jugar) (cuando parece que se han quedado un poco más tranquilos, SONIDO se oye un timbrazo. Todos pegan un salto. Aparece por la puerta de la derecha Dª Eulalia con un manojo de llaves en la mano, atraviesa la escena por delante y sale por la izda. Todos están de pié mirándola como hipnotizados. Vuelve a aparecer con una señora muy seria. SEÑORA: Buenas noches, soy la Inspectora Carmen del Río ¿es Vd. la Directora? 18 (Todos se desmayan)
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