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Angeles del abismo. la vida cotidiana de la sociedad en los tiempos de la colonia Española


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2015  •  Ensayos  •  2.310 Palabras (10 Páginas)  •  247 Visitas

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ÁNGELES  DEL  ABISMO

En motivo de este ensayo, es conocer la vida cotidiana de la sociedad en los tiempos de la colonia Española, este análisis  se desarrolló con la lectura de una novela histórica; Ángeles del abismo,  Ambientada en el México colonial del siglo XVII, esta novela picaresca escrita en el 2004 por Enrique Serna, retrata los vicios de la sociedad novohispana: la Inquisición, el saqueo, la corrupción, el engaño, el amor, la pasión, el deseo, la sed insaciable de poder de la iglesia católica que, junto a la monarquía española se adueñaron de un nuevo mundo, haciendo menos a los indígenas, sintiéndose en un poder de  dueños y señores de estas tierras.

Las luchas internas y sociales que enfrentan los indígenas al ver arrasadas sus creencias y estar sujetos a la implantación de otro pensamiento totalmente ajeno: el cristiano. Ángeles del abismo es una novela entretenida, la forma de narración que no hace que te aburras, en cambio te interesas y envuelves en toda la novela, hace que te hagas preguntas sobre los personajes, y estos a la vez, fueron excelentemente configurados, y todo te conlleva a hacer tus conclusiones e imaginarte cosas.

El libro nos habla del personaje principal, Crisanta, quien lleva una vida muy difícil, como primer golpe del destino es abandonada por su madre, Dorotea, una mujer Cubana que trabajaba en la farándula, que siempre fue maltratada por su esposo, Onésimo, un español que trabaja como carpintero en el teatro. Onésimo siempre trato mal a Crisanta, por que le recordaba a Dorotea, que lo abandono por los malos tratos que le daba.

Dorotea se fue con un capitán a cuba, se fue sola, porque cuando Onésimo se enteró que pensaba dejarlo, refugiándose en la iglesia, le comento a un cura lo que Dorotea pensaba hacer  con la niña, argumentando que Dorotea cometió adulterio y que trabajaba en la farándula que en ese tiempo era mal visto por iglesia, el cura se negó a darle a la niña, dejando el cuidado de Crisanta a Onésimo. Una tarde, como Crisanta había heredado las dotes de actriz de su madre, y como Onésimo no le gustaba eso, ensayaba cuando su padre andaba de borracho, pero Crisanta  no se percató que su padre había llegado y por culpa del alcohol; la confundió con Dorotea, deshonrando  a Crisanta. Cuando Onésimo se dio cuenta delo que había  pasado, atormentado por la culpa se confesó con un cura, con el fin de ayudar le ofreció trabajo en la parroquia fabricando ataúdes con el fin de limpiarse de su pecado. Como Onésimo es muy cristiano, después de esa atrocidad, deja la bebida y se pone a trabajar como en sus mejores tiempos, elevando su nivel de vida, se vuelve socio de personas que están muy apegada a la iglesia, y por ese motivo  Crisanta deja su vida, por vivir una mejor. Aunque crisanta estaba contenta de salir de esa pobreza, no podía quitarse la idea que algún día la bestia, Onésimo, regresara a las andadas, y  aunque su padre todos los días pedía perdón a Dios, ella quería que se disculpara con ella.

Como parte de su educación cristiana, Onésimo la metió a estudiar, en una escuela muy distinta, La amiga era su anterior escuela, pero ahora era lo contrario de lo que bivio en  ella, las monjas como parte de su enseñanza, tuvieron la gran idea de montar una  obra de teatro, acerca de la vida de una beata, como crisanta era una muy buena para el teatro, aprendió de Isabela, la actriz del corral, fue la elegida por su gran esfuerzo para representar a la beata. Un día que  Crisanta estaba ensayando una e cena, su padre creyó que su hija era una de las bendecidas por dios, Crisanta abusando de la oportunidad, obligo a su padre a decir lo que le había  echo en público y que le pidiera perdón de rodillas, haciéndole creer que eran ordenes  divinas. Como consecuencia, Onésimo por el rechazo de sus socios dejo de trabajar, retomo la bebida. Sin embargo, le tenía un miedo y respeto a Crisanta por ser una santa, por tal motivo no la maltrataba como en su niñez. Por su parte Crisanta, pensaba que lo que hizo estaba muy mal, que por fingir a una beata Dios la estaba castigando de esa manera. Pero peor le fue cuando su padre descubrió que era una mentirosa.

Como con el tiempo ya  no tenían  como obtener dinero, alentado por su pareja, Onésimo obliga a Crisanta a representar a una beata, tal como él lo creyó. Como Crisanta tenía miedo al castigo de dios, se niega, pero como pudo más el hambre, acepto fingir ser una beata obteniendo muchas ganancias. Hasta que escapa para cumplir su sueño de ser parte de una compañía teatral, y en un accidente, con los integrantes de compañía, se encuentra con el indio Tlacotzin, que la rescata del bosque.

El indio Tlacotzin es ayudante de Fray Cárcamo, Tlacotzin es un indio que por defender la religión cristiana mata a su propio padre. Después de conocer a Cárcamo se arrepiente de ser parte de esos impostores, como su padre decía. Por esta razón, alentada por su iniciadora con los ídolos aztecas, decide separarse  de la iglesia y defender a los Dioses Aztecas. Tlacotzin y su amada Crisanta deciden huir con la compañía de teatro,  después de un tiempo, fray Cárcamo hace que fracase, en venganza, con ayuda del Santo Oficio, y la vida de Tacotzin y Crisanta toma un rumbo distinto. Obligados a ter su amor a escondidas por du clase de indio de Tlacotzin.

Los indígenas como ñor Chema, durante la Colonia, continuaba con sus esfuerzos de convencer a sus iguales para rebelarse contra los españoles, ya que las diferencias eran notorias en cuanto al trato que se les daba. Los indígenas ya solían sentirse en inferioridad con los españoles, pues al ahora depender de ellos para trabajar, dormir y conseguir comida, estaban en una cuerda floja de la que podían salir mal parados. Los indígenas tenían motivos para no creer fervientemente en la Iglesia católica, continuamente los frailes, Cárcamo, se encontraban en medio de rumores que no favorecían en nada su imagen y mantenían una actitud corrupta. Sin embargo cada que los indígenas buscaban desacreditar a la Iglesia cometiendo delincuencia contra las capillas, los espectadores se compadecían más de la Iglesia y su fe se exacerbaba. “Los hurtos de los niños dioses, por Tlacotzin por órdenes de  ñor Chema, sólo habían robustecido la fe católica de los indios, que ahora compadecían a la madre de Dios y la veneraban con redoble fervor.” Todo apuntaba que sólo habría resistencia de unos cuantos para mantener a los Dioses mexicas.

Los indígenas ya cargaban con el prejuicio de alcohólicos por parte de los frailes, pues se pensaba que eran más propensos por el peso de los pecados de su religión. “Ellos atribuían la ebriedad de los indios a la débil constitución de raza inferior, que sucumbía fácilmente a las asechanzas del demonio.”

No tan sólo los indígenas necesitaban rendirle ofrenda a algo, fuere un Dios, o una persona, como a  Crisanta que regreso a la ciudad y con ayuda de Nicolasa volvió a fingir, sino también la clase acomodada de los españoles, pues cedían ante la fascinación que les provocaba saber sobre personas que mantuvieran arrobos y visiones religiosas. Aquello era todo un espectáculo, pues buscaban atribuirle a Crisanta, poderes sobrenaturales como el de hablar con los muertos, de creer que había algo superior a ellos y que sólo unas cuantas personas eran dignas de conocer la forma material. Los condes pregonaron por toda la ciudad la revelación de la beata y los ricos de la ciudad interesados por la suerte de sus difuntos .Era clara la necesidad de expiar culpas y quizá pensaban que una supuesta mujer milagrosa les ayudaría a sentir menos carga moral, por ello, se pagaba con joyas y adornos preciosos en forma de agradecimiento, por eso la marquesa le regalo esa comida y esa medalla a Crisanta, como si ese fuera el pase a la salvación. Pero esto ponía en riesgo a la Iglesia, ya que si cualquiera podía tener en visiones a Dios, ellos no necesitarían convencer y amenazar a los fieles con el Infierno para poder sacar provecho del miedo, sino por el contrario, perderían la atención por cualquier persona que alegara ser elegido de Dios.

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