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Antropologia De La Cultura. Reseña.

equizota7 de Septiembre de 2013

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ANTROPOLOGÍA DE LA CONTEMPORANEIDAD

Docente: Dr. Gustavo Blázquez

Desde lo singular y lo plural.

Análisis socio-antropológico de las apropiaciones de los jóvenes.

CAROZZI Maria Julia. “Más allá de los cuerpos móviles” en Las palabras y los pasos. M. J. Carozzi (coord.). Buenos Aires. Editorial Gorla. Pag 7-45. Año 2011

BLÁZQUEZ, Gustavo. “La joda y la alegría. Perfomances y relaciones de género entre los sectores populares en la Argentina contemporánea” en Emisférica. Perfomance and Politics in the Americas. Vol 4.1; Año 2007

SEMÁN Pablo y Pablo Vila.. “La música y los jóvenes de los sectores populares: mas allá de las “tribus”. Año Transcultural Music Review 12.; 2008.

A través de tres diferentes textos pertenecientes a Dra. Maria Julia Carozzi, Dr. Gustavo Blázquez, Semán Pablo y Pablo Vila se aborda el núcleo temático “Música y baile”. En la obra de Carozzi se presenta la articulación de la palabra y el movimiento combinados en la investigación del tango que se encuentra embebido en la cultura y el valor perfomativo de la misma, la articulación, mantenimiento, reformulación y negociación de identidades étnicas. Mientras los demás autores también describen los modos de apropiación de la cultura, pero desde la música joven, el sincretismo en el que se establecen las prácticas y la representación del otro en cuanto a minorías sociales.

La autora Carozzi dedica su obra al género del tango, y realiza una revisión exhaustiva del lugar del lenguaje y el movimiento desde diversas perspectivas para luego enmarcar desde una antropología de la danza y como desde esta misma ciencia distingue estilos diferenciales de baile, sentidos sociales, clasificación de juegos de poder. Por ejemplo, el estilo milonguero del tango el cual ha sufrido a través de la moral burguesa adaptaciones, “códigos” por los cuales se hace visible una sociabilidad erótica al cual la autora pudo acceder por su condición de asistente de milongas y profesora del género.

Cabe destacar, sino se practica ninguna disciplina que implique movimiento, resulta imposible percibir el mismo y conlleva a una acinestecia. No es casual que dos campos de investigación como la antropología de la danza y la comunicación no verbal se combinen, dando lugar a considerar en palabras de Kaeppler, citado en el texto de la autora: (…) “el movimiento como aquello que comunica visiblemente lo culturalmente no apropiado decir” (oralmente) (Kaeppler, 1978:48), se exponen temas como la violencia, los deseos sexuales y la brujería además de las canciones que acompañan el baile pueden presentarse como un mensaje que se halla divorciado en otro contexto.

También es gracias al estudio de la perfomance que se deja de tomar el cuerpo de baile como universal, dado que es una concepción meramente occidental, ganando terreno como unidad de estudio.

Por otra parte, en el trabajo de Carozzi la noción de “habitus” de Bourdieu, se hace presente “como las disposiciones duraderas que se aprenden mediante el cuerpo”, concepto que se encuentran embebido en la cultura como incorporación práctica. El planteo de Bourdieu se relaciona con su capacidad de mostrar un doble proceso: el de "interiorización de la exterioridad" y el de "exteriorización de la interioridad" (Bourdieu, 2007: 86). Lo social se interioriza a través de "habitus" (como parte de la objetividad de un sujeto objetivante) y se exterioriza a través de las prácticas que producen los mismos habitus (experiencias subjetivas, sus propias disposiciones). Aunque el carácter dual del baile el movimiento corporal y lo no verbal, exige una distinción según la autora: el “habitus individual”, el “habitus institucional (Royal Ballet)” y el “habitus coreagráfico”. A su vez, el concepto de habitus, resulta atractivo de aplicar puesto que encarna la organización social en la acción social; pero el mismo parece forzado, puesto que se equipara el aprendizaje del movimiento (baile coreagráfico) como si fuese la ejecución de una tarea doméstica, negando la parte de la palabra, uniéndose a la perspectiva cartesiana hegemónica, además de negándose la identidad étnica. Surge la necesidad, ante este panorama, de conectar el gesto corporal con el lenguaje, sin caer en el existencialismo fenomenológico del “cuerpo vivido”. Finalmente la autora consigue tamaña tarea a través de la obra de Harré, considerando en primera instancia a las personas como agentes corporizados que tienen el poder de realizar actos significantes, mediante habla o acción, como así también que todo acto no impliquen esas cualidades. De esta forma, la danza puede observarse como una articulación, mantenimiento, reformulación y negociación de identidades étnicas. Por ejemplo la elección de una coreografía para una versión clásica, la apropiación de esa práctica discursiva implica una metáfora encarnada por el cuerpo que la ejecuta. En el tango estas cualidades también se expresan, además de la particularidad del mismo de generar espacio-tiempo, se crea un mundo cuando el cuerpo se mueve. No es el acto individual sino también lo que se desarrolla por fuera, las identidades que se recrean, se reafirman o se niegan. Los desplazamientos que se realizan en la elección de una danza, la música que acompaña la misma, revisten las relaciones de poder de lo que es “nacional” como cuestión hegemónica en el tango y todo aquello que se desplaza, se subordina de acuerdo a la moral burguesa, lo milonguero, y las milongas céntricas. Si recordamos los orígenes del tango, comienza como una expresión de la fusión cultural de naturaleza netamente urbana y raíz suburbana “arrabalero”, que responde al proceso histórico concreto del mestizaje biológico y cultural de la población rioplatense pre-inmigración y la inmigración masiva, mayoritariamente europea, que reconstituyó completamente las sociedades rioplatenses, a partir de las últimas décadas del siglo XIX. El erotismo también se encuentra presente, pero solo emerge en quienes conocen los “códigos”, la búsqueda de lo “salvaje que se esfuma” si recordamos a Malinowski, pero es la constante interacción, donde no existe una homogeneización sino todo lo contrario, una hibridación que es pertinente considerar el carácter “perfomativo” acepción que acuña Butler en la citado en la obra de George Yúdice (El recurso de la cultura). Es decir, hay muchos y diferentes principios de inclusión y exclusión, que constituyen identidades y entidades.

Por otra parte, en el texto de Dr. Blázquez, aborda la joda como construcción de un “tenso y denso espacio dialógico” (Blázquez, 2007, vol4.1). También se describe los géneros que se encuentran poniendo el cuerpo en un “agite” en el marco de los bailes de cuarteto además de la relación de los artistas con su público y el modo en que construyen las subjetividades y sus identidades.

Fue luego de la modificación de la iluminación del escenario de los bailes, que se recrea una escena donde intervienen la figura ya espectacularizada de sex symbol de los artistas masculinos, por ende el seguimiento de la platea femenina en una suerte de idilio entre ambas partes, también interviene el público masculino que asiste y se transforma en un modelo de identificación entre sus pares y su objeto de deseo. Las mujeres que van a los bailes, se comunican con sus ídolos mandando cartas y algunas pueden llegar a tener un encuentro sexual, marcando el inicio de su vida sexual, construyen una subjetividad femenina heterosexual.

Todo se transforma en una perfomance, el baile que se recrea como un evento único e irrepetible dado que cada ocasión se celebra desde el día festivo del calendario, cumpleaños de los artistas, la perfomance en la misma pista de baile donde se exalta y celebra la masculinidad de correrías eróticas, la perfomance musical de los artistas. Estas escenas de consumo e interacción se dan solo en ese vivo agite que se transforma en un “sentimiento” que se alimenta con la asistencia de cada presentación. Se puede considerar el cuarteto como un recurso cultural de la provincia de Córdoba dado que en el año 2000 se nombró como “género folklórico de la provincia”, y no hay que olvidar el carácter de mercancía que se traduce no solo en las entradas, sino desde la estadía de los artistas, merchandising, discos, que reporta el mismo, “una orquestación de otras voces” diría Bajtin con su propio acento. Eso sí, las únicas voces que no se ponen de manifiesto son las de las mujeres en el escenario, el carácter netamente masculino del star system. Las mujeres tienen acceso a la producción solo a través de la relación de parentesco con los artistas. La joda se convierte en un “dispositivo de sujetación y subjetivación posible de ser apropiado de maneras diversas” en palabras de Blázquez, sin olvidar que la fuerza perfomativa es la que hacer converger y singularizan al sujeto, en este caso, mujer y varón, y la separación entre grupos (trabajadores/consumidores/artistas/publico). Cabe preguntarse: ¿De qué modo estas omisiones de la figura femenina y la orientación sexual (homosexualidad), generan una estética de la ausencia, como condicionamientos del género estudiado? Es decir en un intento de

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