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Autoridad Y Poder En La Administración Burocrática Patrimonial


Enviado por   •  3 de Abril de 2014  •  2.736 Palabras (11 Páginas)  •  518 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE HIDALGO

INSTITUTO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

ÁREA ACADÉMICA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

MAESTRÍA EN GOBIERNO Y GESTIÓN LOCAL.

CONTROL DE LECTURA:

“BUROCRACIA”

“AUTORIDAD Y PODER EN LA ADMNISTRACIÓN BUROCÁTICA Y PATRIMONIAL”

L.A. MALUÍ CÁRDENAS VÁZQUEZ

PACHUCA, HGO., MAYO 2012

BUROCRACIA

Aludiendo al autor Claude Lefort sabemos de la burocracia, fenómeno que está integrado por la capa social que se encarga de la administración de los asuntos públicos. El error de Hegel, según Marx, es el haberse limitado a la imagen que aquélla compone de sí misma. La burocracia pretende encarnar el interés general y Hegel cree que lo encarna, Marx, dice que el interés general no es aquí más que el propio interés de la burocracia, que exige la permanencia de esferas de interés particular, de las corporaciones y de los estados, para representar frente a esa permanencia una universalidad imaginaria. La burocracia atribuye al Estado sus propios objetivos: mantener la división social para confirmar y justificar su estatuto propio de cuerpo particular y privilegiado en la sociedad. Como las actividades reales se desarrollan e la sociedad civil, la burocracia continuamente ocupada en la conservación y la legitimación de los marcos en los cuales se efectúan esas actividades, está condenada al formalismo. ”La cabeza confía a los círculos inferiores la comprensión del detalle y los círculos inferiores creen que la cabeza es capaz de comprender lo general y se engañan así mutuamente, esa incompetencia constituye un sistema. La burocracia es un círculo de donde nadie puede escaparse, la jerarquía guarda en su seno los misterios del Estado y se conduce frente al mundo exterior como una, corporación cerrada, engendra un culto de la autoridad, está expuesta a un materialismo, hace del objetivo del Estado su objetivo privado: “es la caza a los puestos más elevados”.

El análisis de Marx se refiere a la Alemania de la primera mitad del s. XIX, observa una nación donde el florecimiento de la burguesía ha borrado los particularismos y destruido las corporaciones, la Francia de Napoleón Bonaparte, mientras elabora su teoría del Estado, haciendo de éste un instrumento al servicio de la clase dominante, mantiene la idea, que ha defendido ya contra Hegel, de que la burocracia de Estado es un cuerpo parásito. Marx en El Estado y la revolución afirma que la burocracia y el ejército permanente son parásitos sobre el cuerpo de la sociedad burguesa, la burocracia de Estado es el premio del vencedor en la lucha permanente entre los grandes partidos que pelean por obtener las sinecuras administrativas del botín.

Max Weber define rasgos específicos de la burocracia moderna:

1. las atribuciones de los funcionarios son fijadas oficialmente

2. hay una jerarquía de las funciones

3. se consigna la actividad administrativa en documentos escritos

4. las funciones presuponen un aprendizaje profesional

5. el trabajo del funcionario exige que se consagre enteramente y sin reservas al cargo que ocupa

6. el acceso a la profesión es al mismo tiempo acceso a una tecnología particular

Al burócrata se la presenta su cargo como ejercicio de una profesión a la que va ligado un determinado conjunto de conocimientos, no es ni de hecho ni de derecho una fuente de rentas, ni el objeto de un contrato por el que el empleado alquilaría su fuerza de trabajo. El carácter particular del cargo implica que a cambio de ciertas garantías materiales, el funcionario acepta un deber específico de fidelidad al cargo, está al servicio de una finalidad objetiva impersonal y no de una persona, esa finalidad está inscrita en la empresa a la que está ligado, Estado, municipio, partido o empresa capitalista, que en tanto que comunidad también realiza ciertos valores culturales. El que trabaja en el marco de una burocracia pública o privada goza de un prestigio social ante el dominado.

El funcionario es nombrado por una autoridad superior, aunque en algunas burocracias cuyos miembros son elegidos. La estabilidad del empleo es normalmente segura, aunque nunca se reconozca un derecho de posesión al cargo. El burócrata recibe normalmente una remuneración en forma de estipendio determinado por la naturaleza del empleo y existe un escalafón en el que está colocado el funcionario según su remuneración, la mayor parte de los funcionarios aspira a una determinación mecánica de los ascensos.

Weber llega a identificar al movimiento de burocratización con el proceso de racionalización capitalista. La burocracia es el marco social más adecuado para la organización capitalista de la producción y para la de una sociedad adaptada a los fines de esa producción, eliminación de las relaciones personales, la subordinación de todas las actividades a la aplicación de una norma ligada a una finalidad objetiva hacen un modelo de racionalidad económica establecido por el capitalismo industrial.

Alain Touraine llamó burocracia a un sistema de organización donde los estatutos y roles, los derechos y los deberes, las condiciones de acceso a un puesto, los controles y las sanciones, están definidos por la situación en una línea jerárquica y por lo tanto por una cierta delegación de autoridad. Esas dos características presuponen una tercera: que las decisiones fundamentales no son tomadas en el interior de la organización burocrática, que no es más que un sistema de transmisión y de ejecución.

Michel Crozier, juzga que “el obrero de los países occidentales en general y el obrero francés en particular han avanzado ya considerablemente en el camino de la burocracia”, ya que “la delegación de la autoridad no es necesaria para la participación e le sistema burocrático”.

La identificación con el cargo de la que habla Weber encuentra su finalidad en el acto de producción, en el hecho de ocupar un cargo, ya que exige un comportamiento conforme al interés de la burocracia, como respuesta a la espera de los superiores jerárquicos, un comportamiento tal que cualquier miembro de la burocracia, situado en las mismas condiciones, no pueda tener otro, por lo que la burócrata tiene dos caracteres: técnica y burocrática.

Las relaciones de autoridad y los lazos establecidos con la empresa no son similares, la posición del técnico depende mucho más del trabajo que efectúa que del lugar que ocupa en la organización social de la empresa. La naturaleza del empleo responde al mismo tiempo a una activad profesional y se constituye como expresión de un orden social.

El marco de la burocracia es más amplio que del núcleo de los burócratas, lo constituyen los cuadros medios y superiores ligados a las tareas de administración y de explotación, jerarquía que llega al sector productivo.

Cuanto más numerosos son los burócratas, más complicado es el sistema de dependencia personal y la burocracia se constituye como un medio rico y diferenciado y sigue una especie de existencia par a sí misma.

Max Weber, dice que la empresa capitalista ofrece a la burocracia un marco de desarrollo privilegiado, ésta encuentra en le proceso de racionalización económica uno de los motivos de su organización, ya que la exigencia de una posibilidad de cálculo y de previsión lo más riguroso posible favorece el desarrollo de una capa especial de administradores e impone a ésta un cierto tipo de estructuración, esa capa elabora su conducta, interviene activamente en su estructuración, se desarrolla siguiendo su propio interés, tras la máscara de la ley y de la impersonalidad, encontramos la proliferación de las funciones improductivas, juego de las relaciones personales y delirio de la autoridad.

Los burócratas se determinan como aquellos cuyo trabajo mantiene la existencia y la unidad del partido, su actividad en el partido los convierte en elementos indispensables, el aspecto fundamental de esa organización es la multiplicación del los órganos del partido. La medida de la eficacia del trabajo burocrático es entonces la capacidad de los responsables de conservar y de extender el campo de actividad de la organización que los ocupa.

El conservadorismo inspira todas las relaciones interburocráticas: el culto de la autoridad, la voluntad de controlar en todos los niveles la actividad de los militantes, el valor de prestigio que se atribuye a las funciones de responsabilidad, todos esos rasgos son conocidos. El partido que puede parecer una burocracia imperfecta si se lo considera como una institución aislada, muestra determinaciones materiales de la estabilidad de su burocracia si se vuelve a colocar en la sociedad global. Lo que hace que la burocracia exista son los burócratas, su intención común de constituir un medio aparte, a distancia de los dominados, de participar en un poder socializado, unos y otros en función de una jerarquía, que les brinda prestigio.

El proletariado está excluido de la gestión de la producción y relegado a funciones de pura ejecución, todas las decisiones terminantes de la vida económica son tomadas de una capa social particular, eso basta para establecer frente al proletariado la posición de una clase dominante.

La burocracia implica un modo de participación social diferente del de la burguesía, si los burócratas se constituyen como elementos de una clase dominante, no es por obra de una actividad profesional que les confiera un poder privado, son miembros de su clase de modo inmediato y sus atributos personales provienen de esa pertenencia, son lo que son, gracias a su dependencia ante el poder de Estado que fundamenta y mantiene la jerarquía social. El poder político y económico se confunden en el seno de la clase burocrática, la burocracia es el terreno privilegiado del totalitarismo.

La formación de una clase burocrática puede aparecer como la consecuencia lógica de la existencia de las organizaciones burocráticas, como las vemos en el marco de las instituciones de masas, en función de u desarrollo acelerado de la técnica, que hace que las actividades humanas dependan cada vez más unas de otras y que impone una socialización de las tareas administrativas paralela a la de la producción; en otra perspectiva, esa clase exige un modo de integración política, de subordinación al poder del Estado de un género que puede decirse que no es nada menos de haber instituido un sistema de dominación. Esas dos perspectivas no son incompatibles, nos hacen percibir en la burocracia, un tipo de conducta social cuyo éxito o fracaso no está decidido de antemano, sino depende de un conjunto de condiciones históricas.

De la AUTORIDAD Y PODER EN LA ADMINISTRACIÓN BUROCRÁTICA Y PATRIMONIAL, bajo la interpretación de Lloyd I. Rudolph y Susanne Hoeber Rudolph la premisa de Weber de que la burocracia habría de triunfar históricamente debido a que era más eficiente y poderosa que la administración patrimonial y más permanente que el liderazgo carismático, lo condujo a presentar el cambio histórico como un proceso evolutivo de adaptación, el cual, era universal, inevitable y accesible a la comprensión y explicación humanas. La conceptualización de Weber sobre la burocracia en términos de autoridad legal-racional y de racionalidad formal, no toma en cuenta la existencia y el uso del poder dentro y fuera de organizaciones, así como la persistencia de rasgos patrimoniales. El empleo del poder produce conflictos y patologías, lo que es bueno para las organizaciones no lo es necesariamente para sus participantes o para la sociedad.

Los contrastes formales parecían como los medios para demostrar el cambio histórico de autoridad tradicional a autoridad moderna legal-racional y la administración patrimonial a administración burocrática, la administración patrimonial y la burocrática estaban relacionadas entre sí. A diferencia de la autoridad tradicional y legal-racional y de la administración patrimonial y burocrática, la autoridad carismática no está sujeta a la historia evolucionista, erupciona en tiempos de crisis cuando su portador trata de establecer un orden social nuevo. Weber argumenta que, como resultado de esto, la autoridad carismática pura carece de permanencia.

El uso que Weber hace del contraste formal entre la administración patrimonial y la burocrática y el uso alternativo de la tipología que desarrollan los Rudolph, tienen un objetivo en común: analizar y explicar las causas de la efectividad e inefectividad administrativas. Weber aisló y organizó los rasgos de las burocracias con el fin de explicar las causas de su superior efectividad, identificó la efectividad con la racionalidad formal. Halló que las burocracias son “formalmente los medios más racionales que se conocen para llevar a cabo el control imperativo sobre los seres humanos”. También los Rudolph seleccionan, abstraen y relacionan características organizacionales: pero se ocupan de las motivaciones de los participantes, cosa que Weber hizo sólo implícitamente. La principal característica de las estructuras administrativas y el problema primordial para su efectividad, es el potencial conflicto entre autoridad y poder.

La explícita posición metodológica de Weber con respecto a tipos ideales se aproxima más cercanamente al modo de análisis históricamente derivado. Un tipo ideal según Clifford Geertz, e a la vez un modelo de y un modelo para la realidad. Los tipos ideales están constituidos por atributos puros.

Según Weber, la autoridad personal obstaculiza la racionalidad formal, la eficiencia prácticamente mecánica de la burocracia, mientras que la autoridad del cargo es una condición necesaria para su realización. Reconoció en el nivel empírico, pero no el heurístico ni en el explicativo, de qué modo las compensaciones psíquicas que surgen por motivos y relaciones neopatrimoniales, contribuyen a la disciplina requerida para la mecanización estricta.

La no consideración del potencial conflicto entre autoridad y poder llevó a Weber a sobreestimar seriamente la superioridad de la administración burocrática. Éstos pueden contribuir a la efectividad administrativa tanto en la administración burocrática como en la patrimonial. Conceptualizó la burocracia en términos de autoridad más que de poder, la autoridad estaba jerárquicamente distribuida y fluía hacia abajo desde la cima de la estructura organizacional. El suponía que los participantes internalizarían los requerimientos de su rol formal y asumirían una relación dispuesta, consensual y no conflictiva hacia los objetivos organizacionales.

Reconoció que la burocracia tenía poder, “la posición de poder de una burocracia plenamente desarrollada es siempre excesiva. El amo político se ve a sí mismo en la posición del diletante colocado frente al experto”.

No contó a las burocracias entre los actores comprometidos en la lucha por el poder, no las percibió promoviendo sus intereses y valores en alianza o en conflicto con otros actores políticos. Las luchas por el poder en las organizaciones son continuas. Se expresan en conflictos por liderazgo, objetivos, políticas, reglas, procedimientos, tareas y tienen lugar desde arriba hacia abajo y a menudo involucran fuerzas y actores externos.

Weber no pudo apreciar hasta qué punto las burocracias y sus participantes se involucran en la lucha por el poder, no sólo dentro de las organizaciones, sino también como actores en arenas políticas externas, las burocracias, según él no perseguían sus propios propósitos sustantivos en la lucha por el poder. La burocracia, busca “meramente nivelar aquellos poderes que se interponen en su camino y en aquellas áreas que, en el caso de que se trate, intenta ocupar”. Está el hecho económico crítico de la separación del trabajador de los medios materiales de producción, destrucción, administración, investigación científica y finanzas.

Weber atribuyó al patrimonialismo motivaciones vitales y humanas y a la burocracia otros de tipo mecánico, tales como obediencia habitual y precisa.

El patrimonialismo puede corregir las disfunciones y patología generadas por la resistencia a las luchas entre autoridad y poder por su empleo.

El análisis de Weber sobre la burocracia es más pertinente en el contexto de la experiencia histórica (la francesa, prusiana y alemana), lo es mucho menos en el contexto de la experiencia inglesa y norteamericana. Comprendió el legado jacksoniano, pero creyó que la reforma del serbio civil hacia el final del siglo, había colocado a los Estados Unidos en el camino de la racionalización burocrática, no advirtió hasta qué punto la ideología populista y antiestatal continuó diferenciando el status y autoridad de los empleados públicos norteamericanos de aquellos de Prusia o Gran Bretaña.

Efectuó afirmaciones aún más fuertes de las relaciones simbióticas entre burocracia y democracia, especialmente democracia de masas, argumentó que la democratización de la sociedad en su totalidad constituye una base favorable para la burocratización y no es de ningún modo la única posible, las mismas reservas tuvo respecto al capitalismo.

En sus tipos ideales de autoridad reconoció la importancia del liderazgo personal para la autoridad tradicional, lo convirtió en el rasgo central de la autoridad carismática, pero lo excluyó virtualmente de la autoridad racional-legal. Respecto a su análisis de la administración burocrática y patrimonial, el liderazgo bajo la forma de autoridad personal, el carisma inherente a la función y otras formas de personalismo aparecen de manera prominente en la administración patrimonial, pero de ningún modo en la administración burocrática.

El liderazgo y el personalismo, juntamente con las relaciones afectivas y comunales, son víctimas de la diferenciación funcional y la especialización, en tanto la impersonalidad aparece adscrita a las estructuras y roles burocráticos y el personalismo a la vocación de la política.

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