Biografía: Análisis de la miradas de sus ojos

Análisis Literario #1

Autor:

Eduardo Sacheri

Biografía:

Biografía de Eduardo Sacheri[pic 1]

Eduardo Sacheri es un escritor argentino. Nació en 1967 en Castelar (provincia de Buenos Aires), Argentina. Licenciado en Historia, ejerce como profesor de secundaria y universitario.

Comenzó a escribir cuentos a mediados de la década de 1990, relatos futboleros que encontraron una amplia audiencia gracias a la difusión que de ellos hizo Alejandro Apo en su programa “Todo con afecto”, que se emitía por Radio Continental. Reconocido hincha del Club Atlético Independiente, Sacheri expresa en los relatos su gran pasión por el fútbol de una manera atrapante, entretenida, y amable, demostrando un perfecto entendimiento de la cultura futbolera popular argentina.

Además de varios libros de relatos, ha escrito dos novelas. La primera, La pregunta de sus ojos (2005), fue llevada al cine por el director Juan José Campanella con el nombre de El secreto de sus ojos y ha cosechado numerosos premios, entre ellos el Oscar a la mejor película extranjera 2010. El guion de la película fue escrito por Campanella y Sacheri.

Algunas de sus narraciones han sido publicadas en medios gráficos de la Argentina, Colombia y España, e incluidas por el Ministerio de Educación argentino en sus campañas de estímulo de la lectura.

Su obra está siendo traducida al alemán, francés y otros idiomas. Actualmente, Sacheri está trabajando en la adaptación de un cuento de Roberto Fontanarrosa para la nueva película animada de Juan José Campanella, y que llevará el título Metegol.

Por último, su mejor frase: "Hay quienes sostienen que el fútbol no tiene nada que ver con la vida del hombre, con sus cosas más esenciales. Desconozco cuánto sabe esa gente de la vida. Pero de algo estoy seguro: No saben nada de fútbol".

Título:

“El secreto de sus ojos”

Personajes:

Argumento:

La historia inicia con un flashback (ocurrido en junio de 1974) en el cual se ve una estación de trenes de Buenos Aires muy concurrida,  en las plataformas 7 y 8. La escena se mueve y se encuentra con la mirada de una mujer (Irene Menéndez Hastings), tras esto la escena cambia y un hombre (Benjamín Espósito) levanta un maletín y camina hacia un vagón del tren, mientras la mujer se queda parada. El hombre llega a la entrada del vagón y voltea a ver a la mujer y duda en despedirse, y solo entra. La escena cambia y se ve el tren avanzando y se observa a la mujer corriendo tras éste para alcanzar el vagón donde se encuentra el hombre sentado que al verla, mueve su cabeza para mirarla. La mujer coloca su mano en la ventana del tren y el hombre hace lo mismo de su lado, la velocidad del tren aumenta y va dejando a la mujer atrás. El hombre camina hacia el último vagón para observar por una ventana circular a la mujer que aún corre detrás del tren que no alcanzará. La escena se aleja y deja en la lejanía la estación.

La escena cambia al tiempo actual, y se ve una hoja de libreta en la que se escribe lo ocurrido en el flashback, que empieza a ser rayada por bolígrafo de un hombre (Benjamín Espósito), que tras esto, arranca la hoja y se quita los lentes y se observa pensativo, nuevamente comienza a escribir otra nota (mientras se ven escenas de otro flashback) en la que relata que el 21 de junio de 1974 fue la última vez que Ricardo Morales desayuno con Liliana  Colotto. Benjamín vuelve a arrancar la hoja, mientras gruñe, y piensa un poco y al comenzar a escribir, la escena cambia repentinamente y se observa la brutal violación de Liliana, en la cual ella suplica y se resiste inútilmente, mientras que en su rostro se ve sangre debido a golpes. Vuelven a enfocar a Benjamín en la escena y cierra los ojos,  retira los anteojos, se queda reflexivo y nuevamente vuelve a arrancar la hoja.

Cambia de escena y Benjamín está durmiendo y despierta en medio de la noche y escribe algo en una libreta y vuelve a dormirse, en la mañana es despertado por una alarma, la apaga se pone sus lentes y toma la libreta y observa que escribió “Temo”. Cambia la escena y se ve bajando de un taxi llegando a un edificio y entra, adentro va pasando una secretaria a la cual Benjamín lanza un piropo “Se abrieron las puertas del cielo que se escapó...”, y no termina pues es interrumpido por ella que le llama por su apellido “Espósito” y él contesta “chau, nena”, en forma de despido. Entra por una puerta saludando al guardia diciendo y Benjamín pregunta por la doctora y el guardia le indica que siga derecho.

Benjamín se para frente a la puerta y la abre lentamente. Benjamín entra mientras dice “Su alteza”, dirigiéndose a la jefa del departamento (Irene Menéndez Hastings), que reacciona con sorpresa exclamando “¡Qué sorpresa!, ¿qué haces por acá?”, a lo que él responde que nada y le pregunta que si está ocupada y ella le dice que solo repasa para una audiencia pero que ya tiene todo memorizado y le ofrece café. Llama a Mariano y le dice que vaya al Café Uruguay por un café “de los ricos” para ella y Benjamín pero este le responde que debe terminar el expediente. Ante esto ella le presenta a Benjamín como recién jubilado con honor y causa del palacio y viejo amigo, y a Benjamín le presenta a Mariano. Le da el dinero a Mariano y le dice que si quiere puede comprarse una pipa, Benjamín pide su más leche que café, ante esto Irene comenta: “¿Qué era ese temita que tenías?, ¿Vejez?” a lo que Benjamín solo contesta con una sonrisa; antes de irse Mariano, Irene lo detiene y le pregunta a Benjamín que si le quiere hablar de un tema importante a lo que él le dice que no y le dice a Mariano que deje la puerta abierta.

Cambia de escena y se ve a ambos sentados en la mesa, mientras ella hojea un libro le pregunta: “¿Qué sabes tú de escribir novelas?”, (suena celular) a lo que él contesta que se pasó la vida escribiendo, que si quiere la lleva al archivo. A lo que ella contesta “¡Ah!, ¿los expedientes?”, cierra el celular y le pregunta “¿Cuántas copas va a tener la novela?, ¿ya la caratulaste?” a lo que él responde que necesita un poco más de ayuda, siguen charlando hasta que Benjamín le comenta que desea escribir sobre la causa de Morales, mientras ella se queda pensativa, hay un pequeño silencio. El comenta que se estaba acordando y pregunta que “¿Por qué nunca más hablaron de eso?”, ella no dice nada más que: “con esta letra de tu gran novela solo saldrán garabatos”. Se levanta y le dice que observe algo que va a buscar y él dice que no cree que corran peligro pues ha escrito más de 50 hojas pero jamás ha pasado del quinto renglón, mientras Irene retira cosas del estante y le pide ayuda a Benjamín. De la cual sacan una vieja y pesada máquina de escribir, que al parecer era de Benjamín y este pregunta si ya le arreglaron la “A” mientras presiona esta tecla e Irene le dice que se la lleve y dice que ya no le quedan excusas que tendrá que ponerse a escribir pero se pregunta: “¿Pero, por dónde empiezo?”, a lo que Irene le contesta: “Por lo que más recuerdes” y le pregunta que fue lo que más vio y pensó en ese momento, y que con esa imagen arrancar.

En ese momento Benjamín empieza a recordar el día que conoció a Irene. Irene con un traje rojo entra en la oficina y lo acompaña un hombre que la presenta diciendo que será su nueva jefa y que es egresada con honores de su doctorado en Harvard. El hombre prosigue diciendo que es la nueva secretaria del juzgado, y presenta a Benjamín Espósito como oficial primero, ella se acerca y le dice que fue a Cornelius no a Harvard. Pablo Sandoval se pone de pie y se presenta como oficial. Ya en el presente Irene le pregunta que si se acordó y lo que al asienta que si pero dice que eso no tiene nada que ver, a lo que ella responde que se deje de “hinchar”.

Vuelve la escena al pasado donde llaman al teléfono y Pablo contesta diciendo “Banco de sangre, buen día”, mientras un joven llega con Espósito y le dice que le llamaron de la “25” porque hay un homicidio, mientras Pablo cuelga diciendo “número equivocado”, Benjamín contesta “secretaría 18, le toca a ellos”. En ese momento llega Irene y saluda a ambos y Pablo le lanza un piropo y sonríe y le pide que le lleve los efectos de la causa Chávez. Ella se va y Pablo sigue acomodando unos archivos y Espósito lo observa durante unos momentos y se acerca y le pregunta que si le gusta pues al llegar ya le tenía un piropo preparado, a lo que Pablo contesta: “Lo que pasa es que no me ves vestido de sapo, en realidad soy un príncipe encantador”. Llega nuevamente el joven asistente diciendo que ya llamaron a la 18 y que el doctor Romano dice que es el turno de ellos. Benjamín le dice al asistente que le diga al doctor Romano que el mariscal Espósito lo va a “cagar a trompadas”, el asistente esta por irse cuando Benjamín lo detiene y se para tomar su saco; Pablo le dice que no está enamorado y Benjamín le dice que él tampoco lo está. Se pone su saco y se va.

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