CONTEXTO Y FUNCIÓN DE LOS INCENSARIOS DEL SURESTE DE PETEN
jssh2211 de Octubre de 2012
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CONTEXTO Y FUNCIÓN DE LOS INCENSARIOS DEL SURESTE DE PETEN
1. INTRODUCCIÓN
El programa Arqueológico Atlas de Guatemala, cuenta con una colección de incensarios los cuales han sido clasificados por el Dr. Juan Pedro Laporte en tres categorías de acuerdo a su forma.
En el presente trabajo el estudio de los mismos se enfocará al papel que estos jugaron dentro del contexto simbólico-ritual, tomando como base la Antropología Simbólica, y es a travéz de esta que se pueden ver como símbolos representativos de diferentes rituales.
La procedencia de los incensarios es de las áreas del Sureste de Petén los cuales en su mayoría fueron encontrados en contextos ceremoniales relacionados a rituales de diferentes tipos, aunque en algunos casos que son la minoría fueron encontrados en contextos no relacionados a áreas ceremoniales pero con evidencias de utilización ritual o de culto.
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Con este trabajo se pretende definir la importancia que tuvieron los incensarios para la sociedad maya del Sureste de Petén a través del contexto arqueológico, y de cómo estos fueron utilizados como parte fundamental dentro de diversos rituales, de la sociedad tal como lo demuestra evidencia arqueológica localizada en las diversas investigaciones llevadas a cabo en los diversos sitios de la región en estudio.
Siendo las preguntas principales del planteamiento ¿Cómo puede determinarse si los incensarios son de uso ritual? ¿Realmente los contextos arqueológicos pueden definir un artefacto como herramienta ritual? ¿Cuál fue la importancia de estos como elementos rituales de la sociedad prehispánica que los elaboró?
3. MARCO TEORICO
El estudio de los incensarios se enfoca desde una perspectiva simbólica puesto que a través de esta teoría pueden verse no solo como simples recipientes o contenedores de algún incienso o resina sino como objetos con sentido e interpretación según su contexto arqueológico que es él que nos proporciona la información necesaria para su comprensión, entendiéndose este como “la interpretación del significado de la deposición de un artefacto, en términos de su matriz, procedencia y asociación”. De esta forma se puede saber qué es, dónde se encontró y cómo llegó allí.
En esta investigación se propone utilizar la antropología simbólica para explicar la intención de elaborar los incensarios independientemente de su forma o estilo con el único fin de utilizarlo como un objeto que le permitirá conectarse con sus deidades, vistos de esta manera entonces son representaciones de una serie de signos que forman parte del sistema cultural e ideológico de las sociedades antiguas. Teniendo en cuenta lo escrito por Geerttz (1993: 89) cuando define “símbolo como cualquier objeto, acto, evento o relación que sirva como vinculo a una concepción”. Entendiéndose esta como la formación de una cosa o idea en el pensamiento o imaginación.
Sperber (1988) menciona que los principales exponentes de la antropología simbólica (Geertz, Schneider, Wilson, Turner y Sahlins) afirman que las culturas son sistemas de símbolos y de significados compartidos. Sin embargo, el mismo Sperber (1988:12) describe que el significado del símbolo no se remonta a las operaciones mentales, sino a la acción misma, siendo la praxis simbólica.
Asimismo, defiende que “el hecho simbólico debe considerarse en términos de tres niveles: 1) el significado exegético (interpretación endógena nativa), 2) la significación operacional (uso) y 3) la significación posicional que son las relaciones estructurales entre los símbolos.”
Según Melich (1996:63-64) la esencia del símbolo es su función sin importarle tanto su forma: “es una cosa que no hace referencia a sí misma, sino que remite a otra, puede ser un objeto material, una palabra, un sueño, una imagen, una narración” .
“Comprender el símbolo implica analizar también su significado. El simbolismo le da un nuevo valor al objeto o acción, sin que por ello queden afectados sus valores propios e inmediatos. El pensar simbólico hace “estallar” la realidad inmediata, sin disminuirla ni revalorizarla. En su perspectiva, el universo no está cerrado, ningún objeto está aislado en su propia existencialidad: todo se sostiene unido por un sistema cerrado de correspondencias y similitudes”.
El hombre de las sociedades arcaicas ha tenido conciencia de sí mismo en un “mundo abierto” y rico de significados: falta saber si estas “aperturas” son otros medios de evasión, o si, por el contrario, constituyen la única posibilidad de acceso a la verdadera realidad del mundo .
Toda existencia humana está plagada de símbolos y signos. La vida social, toda ella, es básicamente un vasto proceso de interacciones simbólicas y de signos. Los símbolos y los signos pueden transformarse, enmascararse, pero nunca desaparecer. Los símbolos, a diferencia de los signos, construyen el lado oculto de la realidad, su lado más hondo, más profundo; aquella dimensión a la que es imposible de acceder a través de cualquier otro modo de conocimiento. De este modo, Melich caracteriza al símbolo en seis aspectos:
1. Los símbolos construyen un aspecto del mundo que no resulta evidente a la experiencia inmediata.
2. Para el hombre primitivo, los símbolos son siempre religiosos, dado que se refieren a una estructura del mundo. En este nivel cultural, lo real no solamente es simbólico, sino es sagrado.
3. El simbolismo religioso es multivalente, es decir, expresa simultáneamente distintos significados.
4. El símbolo permite unificar lo heterogéneo y la unidad en la diversidad
.
5. El símbolo expresa situaciones paradójicas, ciertas estructuras de la existencia que son imposibles de expresar de otro modo.
6. El símbolo posee un valor existencial. La existencia humana está comprometida simbólicamente. El símbolo da sentido a la existencia del ser humano .
El símbolo da significado a las acciones sociales. Y fuera de lo simbólico nada –con sentido- puede existir. Las “formas simbólicas” (el arte, el lenguaje, el mito, la técnica, la ciencia) lo son en la medida en que construyen un mundo.
Eliade (1999:12) relaciona el simbolismo y el psicoanálisis, mencionando que: el símbolo revela ciertos aspectos de la realidad –los más profundos- que se niegan a cualquier otro medio de conocimiento. Imágenes, símbolos y mitos, no son creaciones irresponsables de la psique; responden a una necesidad y llenan una función: dejar al desnudo las modalidades más secretas del ser.
La presencia de las imágenes y de los símbolos es lo que conserva “abiertas” a las culturas: a partir de cualquier cultura, las situaciones-límites del hombre se revelan muy bien gracias a los símbolos que sostienen a estas culturas. Si se desprecia este fundamento espiritual, único, de los distintos estilos culturales, la filosofía de la cultura quedará condenada a ser un estudio histórico y morfológico, sin validez alguna para la condición humana .
Es necesario lo simbólico y los dos elementos básicos expresivos de este: el mito y el rito. El ser humano depende de símbolos, necesita de “fuentes simbólicas” para “orientarse” en su mundo cotidiano. El símbolo está tan estrechamente ligado a lo humano que hace imposible que el hombre viva lejos de él (Melich 1996:61). Es un racimo de símbolos sagrados, entretejidos es una especie de todo ordenado, lo que forma un sistema religioso .
Sperber utiliza la interpretación antropológica para lo simbólico, indicando así dos criterios que alternativamente, le han servido para delimitar el campo del simbolismo:
“según el primer criterio, lo simbólico es lo mental menos lo racional, conforme al segundo, es lo semiótico menos la lengua. Argumenta, también, que estudiar el simbolismo es postular que constituye un sistema y busca los principios que lo rigen.”
Desde la perspectiva arqueológica los rituales son parte importante de la vida de todas las personas. Éstos reflejan el ámbito sagrado del comportamiento humano, tocando temas religiosos de las sociedades que los practican. Los rituales pueden ser de naturaleza privada o pública según los contextos en los que se celebren.
Los primeros generalmente se realizan a nivel individual mientras los segundos involucran a muchas personas. Estas celebraciones utilizan herramientas particulares que dejan una huella en el registro arqueológico, y esto permite su conocimiento a través de los restos materiales dejados en diferentes contextos del mundo sagrado.
Visto de esta manera los incensarios son entonces, las representaciones de una serie de signos que forman parte del sistema cultural e ideológico de las sociedades antiguas. La interpretación cuidadosa de estos utilizando fundamentos teóricos de la simbología, aportará importante información relacionada a la función de estos dentro de los rituales mayas en la sociedad que los elaboró, ya que según Chase y Chase para “los antiguos mayas, el comportamiento ritual seguramente incluía la colocación de ofrendas, entierros y otros vestigios; acciones que sirvieron para unificar grupos sociales de varios niveles”
3.1 MARCO GEOGRAFICO
La zona de estudio del Atlas arqueológico de Guatemala comprende el Sur Este de Petén de donde proviene la mayoría de la muestra
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