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Capítulos Conde Lucanor

alpacaidiotizada22 de Abril de 2014

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CAPITULO I De lo que aconteció a un rey con uno de sus privados.

Una vez el conde Lucanor estaba hablando con Patronio, su consejero, y le dijo, un gran hombre de esta tierra muy honrado y muy poderoso, es su voluntad marcharse de aquí y no volver de ninguna manera, me quería dejar toda su tierra, en parte vendida y en parte encomendada, aconsejadme vos lo que os parece en este hecho. Patronio le contó una historia al conde sobre lo que le paso a un rey con uno de sus privados y al final el conde aprendió la siguiente moraleja: No te engañes ni creas en lo regalado, nadie hace por otro su propio daño. Por la misericordia de Dios y por el buen consejo se libra el hombre de aflicción y cumple su deseo.

CAPITULO II De lo que aconteció a un hombre bueno con su hijo.

Otra vez acaeció también que el conde Lucanor hablaba con Patronio, su consejero, y le dijo como estaba muy preocupado por un hecho que quería hacer, pues si por ventura lo hiciese, sabia que muchos se lo reprocharían y que si no lo hiciese, el mismo entendería que se lo reprocharía con razón. le contó cuál era el hecho y le rogó que le aconsejase lo que entendía que en aquello debía hacer. Patronio al tratar de ayudarlo le contó algo sobre un hombre bueno y su hijo cuando Patronio el conde aprendió lo siguiente: Por lo que digan las gentes -Siempre que no sea a mal- al provecho para, mientes y haces esto.

CAPITULO III Del salto que el rey Ricardo de Inglaterra dio en el mar contra los moros.

Un día se aparto el conde Lucanor con Patronio su consejero., y le dijo así; me crié y viví en grandes guerras, a veces con cristianos, a veces con moros, y cuando la tuve con cristianos me cuide de que no se provocase por mi culpa, no se pudo evitar que recibieran gran daño muchos que no lo merecían., según el estado que tengo, penséis y me aconsejéis la mejor manera para que yo pueda hacer enmienda a Dios de los yerros que contra Él hice y pueda recibir gracia. Patronio le contó sobre el rey Ricardo y el salto que hizo contra los moros por lo cual el conde asimiló lo siguiente: “Quien por caballero se mantuviera más debe desear este salto, que si en convento se metiese o se encerrase en muro alto"

CAPITULO IV De lo que un genovés dijo a su alma cuando se quería morir.

Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero de esta manera: -yo tengo, loado sea Dios, mi hacienda en bastante buen estado y en paz. Algunos me aconsejan que comience un hecho de mucho riesgo y peligro pero no lo quise empezar hasta hablar con vos y rogaros que me aconsejaseis que hacer.

Patronio le dijo lo que un genovés que era muy rico le dijo a su alma cuando estaba apunto de morir y el conde comprendió que "Quien bien se siente, no se levanta. "

CAPITULO V De lo que aconteció a un zorro con un cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico.

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio y le dijo así: Un hombre que dice ser muy amigo mío, comenzó a alabarme mucho dándome a entender que había en mí muy cumplida honra y poder muchas bondades, me propuso un convenio que me parece que me es provechoso. Patronio comprendió el engaño que yacía escondido bajo las palabras hermosas, Por eso le dijo al conde. Lo que le sucedió a un cuervo que por confiar en un zorro perdió todo a lo cual el conde respondió que había entendido que "Quien te alabare con lo que no hay en ti sabed que quiere llevar lo que hay en ti".

CAPITULO VI De lo que aconteció a la golondrina con las otras aves cuando vio sembrar el lino.

El conde Lucanor hablaba un día con Patronio, y le dijo; -Patronio me dicen que unos vecinos míos, que son más poderosos que yo, se andan reuniendo y haciendo muchas artimañas con que puedan engañar y hacer mucho daño, pero por el buen entendimiento que tenéis os quiero preguntar, que debo hacer algo sobre esto, -Señor conde Lucanor -dijo Patronio- le contaré sobre una golondrina y lo que le sucedió con las otras aves al ver sembrar el lino después de escuchar a Patronio el conde comprendió que "En un principio debe le hombre apartar el daño para que no le puedan alcanzar. "

CAPITULO VII De lo que le sucedió a una mujer a quien llamaban doña Truhana.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Un hombre me dijo una cosa y me mostró de que manera se podría aprovechar y os digo que tantas son, que no sé si Dios quiere que se haga como él me dijo, Patronio le relató lo que le sucedió a una mujer llamada Truhana, de lo cual Don Juan entendió que “A las cosas ciertas encomendaos y de las esperanzas vanas alejaos”.

CAPITULO VIII De lo que aconteció a un hombre a quien le debían limpiarle el hígado.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio así; Sabes aunque Dios me hizo mucha merced en muchas cosas, ahora estoy muy apretado por falta de dineros; entiendo que habré de vender una de mis heredades o hacer otra cosa que me sería de tanto daño como esto; y he de hacerlo ahora para salir de esta miseria y de esta angustia en que estoy, y por buen entendimiento que Dios puso en vos, os ruego que me digáis lo que os parece que debo hacer de esto. Antes debe saber lo que le pasó a un hombre al cual tenían que limpiarle el hígado; después de escuchar el relato de Patronio el conde comprendió que "Si no sabes qué debes dar, en gran daño se podrá tornar”.

CAPITULO IX De lo que sucedió a los dos caballos con el león.

Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Hace mucho tiempo que tengo un enemigo de quien he recibido mucho daño y también él de mí, y ahora sucede también otro hombre mucho más poderoso, que nosotros está empezando a hacer algunas cosas de que cada uno de nosotros recela, aquel enemigo me envía decir que nos preparemos juntos para defendernos de aquel que quiere estar en contra nuestra; pues si ambos estuviésemos unidos nos podríamos defender de él. Por otra parte, entiendo que si no fuésemos amigos tal cual él me lo envía a rogar, puede sobrevenir gran daño por lo que os he dicho. Patronio le aconsejó que tomara una decisión después de escuchar otro más de sus relatos Al final Don Juan compuso los siguientes versos: "Preocúpate de no ser conquistado por un extraño manteniendo lo tuyo libre de daño. "

CAPITULO X De lo que aconteció a un hombre que por pobreza comía altramuces.

Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Patronio, reconozco que Dios me ha hecho más merecedor de lo que yo puedo servir, pero muchas veces me encuentro en tanta pobreza, que deseo más la muerte que la vida. -Señor conde Lucanor- seria muy útil que supieseis lo que sucedió a dos hombres que habían sido muy ricos pero al final uno llego a tan gran pobreza que comía altramuces. Después de esto el conde escribió lo siguiente: “Por pobreza nunca flaquees, pues otros más pobres que tú encontrarás”.

CAPITULO XI De lo que aconteció a un deán de Santiago con Don Illán gran maestro de Toledo.

Otro día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero de esta manera; Patronio un hombre vino a rogarme que lo ayudase y me prometió que en retribución haría por mí todas las cosas que contribuyeron a mi honra y provecho, pero antes que su problema estuviese solucionado del todo, aconteció algo en que él podía ayudarme. Le rogué que lo hiciese, el puso una excusa. Y aquel asunto, por él que me rogó aún no ha sido resuelto, ni se resolviera si yo quisiere, os ruego que me aconsejéis qué hacer. A lo que Patronio le contó una historia cuyo mensaje era que “El que ayudes y no te lo agradezca menos ayuda te dará cuando la gran honra tenga.”.

CAPITULO XII De lo que acaeció a un zorro con un gallo.

El conde Lucanor hablaba con Patronio, su consejero de esta manera; -Patronio, vos sabéis que mi tierra es muy grande y no está toda junta, tengo lugares que están muy apartados de la tierra en que yo tengo mayor poder. Y cuando tengo contienda con loa más poderosos que yo amigos y otros consejeros, aconséjame que de ningún modo me quede en aquellos lugares apartados, si no que me refugie y esté en los lugares muy fuertes y que están bien en mi poder. Por lo cual Patronio le platicó lo que le había sucedido a un zorro y aun gallo; Don Juan como vio que era un buen ejemplo reflexionó sobre lo siguiente: “No te espantes por algo si razón, mas defiéndete bien como varón”.

CAPITULO XIII De lo que aconteció a un hombre que cazaba perdices.

Hablaba otra ves el conde con Patronio, su consejero y le dijo: algunos hombres de gran calidad, y otros no lo son tanto, me causan algunas veces ofensas y daños en mi hacienda y en mis gentes, y cuando se hallan ante mí, dan a entender que le pesó mucho tener que hacerlo, y que siempre lo hicieron por mucha necesidad y con gran aflicción y que no lo pudieron evitar. Y Patronio le comentó lo que le pasó a un hombre que cazaba perdices. Y entendiendo don Juan que este ejemplo era bueno, lo mando poner en un libro e hizo estos versos; "De quien te hace mal mostrando gran pesar, busca cómo te puedas de él guardar."

CAPITULO XIV Del milagro que hizo, santo Domingo cuando predicó sobre el logrero.

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