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Colombia en el siglo XX


Enviado por   •  17 de Marzo de 2013  •  Ensayos  •  24.723 Palabras (99 Páginas)  •  554 Visitas

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Colombia en el siglo XX: cien años de cambio...

El colombiano de hace cien años tenía al menos una razón para sentirse tranquilo: el fin de una larga guerra civil. Pero en general la vida de ese colombiano típico no era fácil: un campesino analfabeta, cuya esposa, que trabajaba sin descanso en el hogar y la parcelita familiar, había dado a luz seis hijos, que vivirían en promedio menos de 30 años. Muy religioso, sabía del mundo exterior lo que oía decir al cura o a algún rico del pueblo, que hablaba del Papa y de los pecados de París. Los conflictos políticos podían haberlo convertido en un apasionado conservador, que veía en los liberales a los promotores de la impiedad, o en un liberal que miraba con ironía y escepticismo el papel de la iglesia; en ambos casos la política era una especie de contrato de adhesión con los dirigentes locales, que no ofrecían a sus seguidores más que algo de protección y de amistad paternal. Pocos impuestos pagaba y pocos servicios recibía: unas cuantas escuelas, caminos y ferrocarriles, eran todo lo que el Estado entregaba. Aunque hablar de un colombiano típico es abusivo: las diferencias regionales eran grandes, y sin las guerras civiles y algunos procesos de colonización, pocos colombianos habrían salido nunca de su departamento natal.

Las cifras son claras: en la primera década del siglo XX, de los cuatro millones de colombianos, solo el 12% vivía en ciudades de más de 10.000 habitantes. El analfabetismo superaba el 75% y solo uno de cada 6 niños iba a la escuela. Las epidemias amenazaban a los menores, y el tifo, la viruela o las enfermedades gastrointestinales mataban a uno de cada seis niños antes de cumplir un año. Los médicos solo existían para la minoría que podía pagarlos: para las enfermedades había que resignarse a infusiones de hierbas u otras formas de medicina alternativa y casera. Apenas uno de cada 50 colombianos terminaba secundaria, y uno de cada 200 la universidad: para ser campesino o peón urbano noColombia en el siglo XX: cien años de cambio...

El colombiano de hace cien años tenía al menos una razón para sentirse tranquilo: el fin de una larga guerra civil. Pero en general la vida de ese colombiano típico no era fácil: un campesino analfabeta, cuya esposa, que trabajaba sin descanso en el hogar y la parcelita familiar, había dado a luz seis hijos, que vivirían en promedio menos de 30 años. Muy religioso, sabía del mundo exterior lo que oía decir al cura o a algún rico del pueblo, que hablaba del Papa y de los pecados de París. Los conflictos políticos podían haberlo convertido en un apasionado conservador, que veía en los liberales a los promotores de la impiedad, o en un liberal que miraba con ironía y escepticismo el papel de la iglesia; en ambos casos la política era una especie de contrato de adhesión con los dirigentes locales, que no ofrecían a sus seguidores más que algo de protección y de amistad paternal. Pocos impuestos pagaba y pocos servicios recibía: unas cuantas escuelas, caminos y ferrocarriles, eran todo lo que el Estado entregaba. Aunque hablar de un colombiano típico es abusivo: las diferencias regionales eran grandes, y sin las guerras civiles y algunos procesos de colonización, pocos colombianos habrían salido nunca de su departamento natal.

Las cifras son claras: en la primera década del siglo XX, de los cuatro millones de colombianos, solo el 12% vivía en ciudades de más de 10.000 habitantes. El analfabetismo superaba el 75% y solo uno de cada 6 niños iba a la escuela. Las epidemias amenazaban a los menores, y el tifo, la viruela o las enfermedades gastrointestinales mataban a uno de cada seis niños antes de cumplir un año. Los médicos solo existían para la minoría que podía pagarlos: para las enfermedades había que resignarse a infusiones de hierbas u otras formas de medicina alternativa y casera. Apenas uno de cada 50 colombianos terminaba secundaria, y uno de cada 200 la universidad: para ser campesino o peón urbano no era n... Colombia en el siglo XX: cien años de cambio...

El colombiano de hace cien años tenía al menos una razón para sentirse tranquilo: el fin de una larga guerra civil. Pero en general la vida de ese colombiano típico no era fácil: un campesino analfabeta, cuya esposa, que trabajaba sin descanso en el hogar y la parcelita familiar, había dado a luz seis hijos, que vivirían en promedio menos de 30 años. Muy religioso, sabía del mundo exterior lo que oía decir al cura o a algún rico del pueblo, que hablaba del Papa y de los pecados de París. Los conflictos políticos podían haberlo convertido en un apasionado conservador, que veía en los liberales a los promotores de la impiedad, o en un liberal que miraba con ironía y escepticismo el papel de la iglesia; en ambos casos la política era una especie de contrato de adhesión con los dirigentes locales, que no ofrecían a sus seguidores más que algo de protección y de amistad paternal. Pocos impuestos pagaba y pocos servicios recibía: unas cuantas escuelas, caminos y ferrocarriles, eran todo lo que el Estado entregaba. Aunque hablar de un colombiano típico es abusivo: las diferencias regionales eran grandes, y sin las guerras civiles y algunos procesos de colonización, pocos colombianos habrían salido nunca de su departamento natal.

Las cifras son claras: en la primera década del siglo XX, de los cuatro millones de colombianos, solo el 12% vivía en ciudades de más de 10.000 habitantes. El analfabetismo superaba el 75% y solo uno de cada 6 niños iba a la escuela. Las epidemias amenazaban a los menores, y el tifo, la viruela o las enfermedades gastrointestinales mataban a uno de cada seis niños antes de cumplir un año. Los médicos solo existían para la minoría que podía pagarlos: para las enfermedades había que resignarse a infusiones de hierbas u otras formas de medicina alternativa y casera. Apenas uno de cada 50 colombianos terminaba secundaria, y uno de cada 200 la universidad: para ser campesino o peón urbano no era n... Colombia en el siglo XX: cien años de cambio...

El colombiano de hace cien años tenía al menos una razón para sentirse tranquilo: el fin de una larga guerra civil. Pero en general la vida de ese colombiano típico no era fácil: un campesino analfabeta, cuya esposa, que trabajaba sin descanso en el hogar y la parcelita familiar, había dado a luz seis hijos, que vivirían en promedio menos de 30 años. Muy religioso, sabía del mundo exterior lo que oía decir al cura o a algún rico del pueblo, que hablaba del Papa y de los pecados de París. Los conflictos políticos podían haberlo convertido en un apasionado conservador, que veía en los liberales a los promotores de la impiedad, o en un liberal que miraba con ironía y escepticismo el papel

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