Comentario Del Cuento El Soldadito De Plomo

El minicuento El Soldadito de Plomo, uno de los relatos que se encuentra en el libro escrito por Luis Barrera Linares Cuentos de humor, de locura y de suerte publicado en 1993. Debido a su brevedad, al extremo cuidado del lenguaje reflejado en la utilización exacta de las palabras y la recurrencia a la intertextualidad es lo que caracteriza al presente relato como una construcción literaria narrativa distinta de la novela o el cuento.

El microrelato El Soldadito de Plomo, narra la historia de un soldado que “carecía de una pierna” (Barrera Linares, L. (1993) p.19), el cual estaba enamorado de una bailarina y a pesar de su defecto físico, esto no era impedimento al momento de tener intimidad. Ambos pertenecían a un niño cuyo carácter no era tan fácil de manejar, y que un día decidió arrojar al soldadito debido a que ya no le causaba diversión jugar con él. Dicha decisión produjo la triste separación del soldadito y la bailarina quedando ella sumergida en la soledad y en el despecho. El soldadito comienza un recorrido por lugares nada agradables y a su vez recordaba los innumerables encuentros amorosos con su gran amor. El soldadito perdió las esperanzas de vivir ya que se encontró con “una espeluznante bola gris” y sus restos fueron a parar a “la atmósfera cálida de un cielo estomacal” (Barrera Linares, L. (1993) p.20. Sin embargo, la fortuna estuvo de su lado ya que de haber regresado a la casa de los ladrillos rojos habría sufrido un inmenso dolor al ver como su amada era consolada en un ardiente encuentro con un “burro de plástico que ostentaba un disfraz de General de División” (Barrera Linares, L. (1993) p.20).

En el minicuento El Soldadito de Plomo se introducen temas como el infortunio y el despecho, los cuales invitan a reflexionar sobre cuan complicado puede resultar el mundo de las relaciones amorosas.

El relato comienza con una descripción física del soldadito de plomo, el cual “carecía de una pierna”, cuya vestimenta estaba constituida por “un uniforme raído y arrugado”. Sin embargo “se sentía auténticamente elegante, bien parecido y enamoradizo” (Barrera Linares, L. (1993) p. 19). Esta descripción hace referencia al cuento El Soldadito de Plomo de Hans Christian Andersen, el cual a pesar de tener el mismo título y basarse en una historia de amor entre un soldadito que carecía de una pierna y una bailarina, establece una diferencia con respecto a su apariencia, ya que este tenía “un fusil al hombro” y vestía “espléndidas guerreras rojas y pantalones azules” (Andersen, H.C. (s.f) párr.1). En lo que a esto se refiere, es imprescindible aclarar que las obras de Luis Barrera Linares se caracterizan por ser modificaciones de creaciones literarias ya existentes.

Por lo que se refiere a la relación amorosa entre el soldadito de plomo y la bailarina, se puede observar que en el minicuento de Luis Barrera Linares es descrita sin censura al decir que “esto no les impedía vivir retozando permanentemente” (Barrera Linares, L. (1993) p. 19).

Por otro lado, en el cuento de Hans Christian Andersen, la relación entre la bailarina y el soldadito se basaba únicamente en miradas por lo que el contacto físico nunca existió. Como se puede evidenciar, Luis Barrera Linares no cuida el lenguaje y se expresa crudamente a diferencia de Hans Christian Andersen quien por escribir cuentos para niños utiliza un lenguaje más inocente.

A medida que avanza la historia se puede observar como la apariencia del soldadito causa un impacto en la madre del niño, dueño del soldadito y la bailarina, atribuyéndole como apodo “El manco del espanto” (Barrera Linares, L. (1993) p.19). Vale acotar que dicho apodo hace alusión al escritor Miguel de Cervantes Saavedra, conocido como “Manco de Lepanto” (Cervantes Saavedra, M. (s.f) párr.1).Tal escritor no carecía de ningún miembro pero padecía de inmovilidad en su brazo izquierdo. Se desempeñaba como recaudador de impuestos para la corona, pero los contribuyentes al darse cuenta de su deficiencia se asustaban y comenzaron a llamarlo “El manco del espanto” (Cervantes Saavedra, M. (s.f) párr.1).

De la misma forma ocurre, cuando la bailarina a pesar del defecto del soldadito le dice “tienes porte de General de División. Si no fuera por esa pierna roma no cojearías por ninguna parte” (Barrera Linares, L. (1993) p. 19). En este aspecto, la expresión “no cojearías por ninguna parte”, remite al refrán popular “Cada cual sabe de la pata que cojea”, lo que significa que ninguna persona es perfecta pues siempre se tiene algún defecto o debilidad.

Después de conocer la descripción física y como era percibido tanto por la madre del niño como por la bailarina, un

...