Critica La Cantante Calva
Enviado por macka14 • 4 de Diciembre de 2011 • 1.661 Palabras (7 Páginas) • 817 Visitas
SRA. SMITH:
– Yo no la he visto nunca. ¿Es bella?
SR. SMITH:
– Tiene facciones regulares, pero no se puede decir que sea bella. Es demasiado grande y demasiado fuerte. Sus facciones no son regulares, pero se puede decir que es muy bella. Es un poco excesivamente pequeña y delgada y profesora de canto.
(El reloj suena cinco veces. Pausa) larga… (Pág. 6)
MARY:
– Fue usted quien me dio el permiso.
SR. SMITH:
– ¡No lo hizo intencionadamente!
MARY (se echa a reír. Luego llora. Sonríe):
– Me he comprado un orinal.
SRA. SMITH:
– Mi querida Mary, ¿quiere abrir la puerta y hacer que entren el señor y la señora Martin, por favor? Nosotros vamos a vestirnos rápidamente.( Pág. 9)
señor MARTIN habla con la misma voz rara, monótona, vagamente cantante):
– Entonces, estimada señora, creo que ya no cabe duda, nos hemos visto ya y usted es mi propia esposa. . . ¡Isabel, te he vuelto a encontrar!
SRA. MARTIN (se acerca al señor MARTIN sin apresurarse. Se abrazan sin expresión. El reloj suena una vez, muy fuertemente. El sonido del reloj debe ser tan fuerte que sobresalte a los espectadores. Los esposos MARTIN no lo oyen).
SRA. MARTIN:
– ¡Donald, eres tú, darling!
Se sientan en el mismo sillón, se mantienen abrazados y se duermen. El reloj sigue sonando muchas veces. MARY, de puntillas y con un dedo en los labios, entra lentamente en escena, y se dirige al público.(13)
SR. SMITH:
– ¡Hum!
Silencio.
SRA. SMITH:
– ¡Hum, hum!
Silencio.
SRA. MARTIN:
– ¡Hum, hum, hum!
Silencio.
SR. MARTIN:
– ¡Hum, hum, hum, hum!
Silencio..(Pags .15-16)…
EL BOMBERO:
– Pues bien, sea. ¿Hay fuego en su casa?
SRA. SMITH:
– ¿Por qué nos pregunta eso?
EL BOMBERO:
– Porque. . . discúlpenme, tengo orden de extinguir todos los incendios de la ciudad.
SRA. MARTIN:
– ¿Todos?
EL BOMBERO:
– Sí, todos.
SRA. SMITH (confusa):
– No sé... no lo creo. . . ¿Quiere que vaya a ver?
SR. SMITH (husmeando):
– No debe de haber fuego. No se siente olor a chamusquina.
EL BOMBERO (desolado):
– ¿No lo hay absolutamente? ¿No tendrán un fueguito de chimenea, algo que arda en el desván o en el sótano? ¿Un pequeño comienzo de incendio, por lo menos?
SRA. SMITH:
– No quiero apenarlo, pero creo que no hay fuego alguno en nuestra casa por el momento. Le prometo que le avisaremos en cuanto haya algo.
EL BOMBERO:
– No dejen de hacerlo, pues me harán un favor.
SRA. SMITH:
– Prometido.
EL BOMBERO (a los esposos MARTINA):
– Y en la casa de ustedes, ¿tampoco arde nada?
SRA. MARTIN:
– No, desgraciadamente.(24)
EL BOMBERO:
– ¡Ah!, no sé si voy a poder. Estoy en misión de servicio Depende de la hora que sea.
SRA. SMITH:
– En nuestra casa no tenemos hora.
EL BOMBERO:
– ¿Y el reloj?
SR. SMITH:
– Anda mal. Tiene el espíritu de contradicción. Indica siempre la contraria de la hora que es.(30)
SRA. MARTIN:
– Gracias a usted hemos pasado un verdadero cuarto de hora cartesiano.
EL BOMBERO (se dirige hacia la salida y luego se detiene):
– A propósito, ¿y la cantante calva?
Silencio general, incomodidad.
SRA. SMITH:
– Sigue peinándose de la misma manera.
EL BOMBERO:
– ¡Ah! Adiós, señores y señoras.
SR. MARTIN:
– ¡Buena suerte y buen fuego!
EL BOMBERO:
– Esperémoslo. Para todos.
EL BOMBERO se va. Todos lo acompañan hasta la puerta y vuelven a sus asientos.(34)
SR. SMITH:
– A, e, i, o, u, a, e, i, o; u; a; e; i; o; u; i.
SRA. MARTIN:
– B, c, d, f, g, 1, m, n, p; r; s; t; v; w; x; z. …
Todos juntos, en el colmo del furor, se gritan los unos a los oídos de los otros. La luz se ha apagado. En la oscuridad se oye, con un ritmo
...