EL DOCENTE ANTE SUS SABERES: LAS CERTEZAS DE LA PRÁCTICA Y LA IMPORTANCIA DE LA CRÍTICA DE LA EXPERIENCIA
avellaneda.jaime9 de Marzo de 2014
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EL DOCENTE ANTE SUS SABERES: LAS CERTEZAS DE LA PRÁCTICA Y LA IMPORTANCIA DE LA CRÍTICA DE LA EXPERIENCIA
El cuerpo docente ante la imposibilidad de controlar los saberes disciplinarios curriculares y de la formación profesional, produce, o trata de producir, unos saberes a través de los cuales comprende y domina su práctica.
Cuando interrogamos a los docentes sobre sus saberes y su relación con ellos, menciona, a partir de las categorías de su propio discurso, unos saberes que llaman prácticos o experienciales. Los saberes adquiridos mediante la experiencia profesional constituyen los fundamentos de su competencia.
Saberes Experienciales
Podemos llamar saberes experienciales al conjunto de saberes actualizados, adquiridos y necesarios en el ámbito de la práctica de la profesión y que no proviene de las instituciones de formación ni de los currículos. Son prácticos y forman un conjunto de representaciones a partir de las cuales los educadores interpretan, comprenden y orientan su profesión y su práctica cotidiana en todas sus dimensiones.
Los saberes experienciales, están enraizados en el siguiente hecho más general: la enseñanza se desenvuelve en un contexto de múltiples interacciones que representan condiciones diversas para la actuación del profesor.
Afrontar condiciones y situaciones es formador; solo eso permite al docente desarrollar los habitus.
Los habitus pueden transformarse en un estilo de enseñanza, en recursos ingeniosos de la profesión e, incluso, en rasgos de la “personalidad profesional”: se manifiestan a través de un saber ser y de un saber hacer personales y profesionales validad por el trabajo cotidiano.
La actividad educativa no se ejerce sobre un objeto, sino en una red de interacciones no se ejerce sobre un objeto, sino en una red de interacciones con otras personas.
Esas interacciones están medidas por diversos canales: teorías, comportamientos, maneras de ser, etc.
Los saberes experienciales proporcionan a los profesores unas certezas relativas a su contexto de trabajo en la escuela, de manera que facilitan su integración. Los saberes experienciales del docente poseen, por tanto, tres “objetos:
-Las diversas obligaciones y normas a las que debe someterse su trabajo
-La institución, en cuento medio organizado y compuesto de funciones diversificadas.
Estos objetos no son objetos de conocimiento, sino que constituyen la propia práctica docente, son sino las condiciones de la profesión, se derivan tras observaciones importantes:
-En relación con estos objetos condiciones, se establece un desfase, una distancia critica entre los saberes experienciales y los saberes adquiridos en la formación. Algunos docentes viven esa distancia como un choque en sus primeros años de enseñanza. Al convertirse en maestros, descubren los límites de sus saberes pedagógicos.
-La práctica de la profesión, el conocimiento de estos objetos-condiciones se inserta necesariamente en un proceso de aprendizaje rápido: al principio de la carrera profesional, los profesores acumulan, al parecer, su experiencia fundamental.
La experiencia fundamental tiende a transformarse, a continuación, en una manera personal de enseñar, en recursos ingeniosos de la profesión, en habitus, en rasgos de la personalidad profesional.
-No todos los objetos-condiciones tienen el mismo valor para la práctica de la profesión: saber dirigir una clase es más importante que conocer los mecanismos de la secretaria de educación.
Objetivación parcial de los saberes experienciales
Los saberes experienciales tienen su origen en la práctica cotidiana de los maestros cuando se enfrentan con las condiciones de la profesión.
Los saberes producidos por la experiencia colectiva, los saberes experienciales adquieren una cierta objetividad: las certezas
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